CHOQUE INSTITUCIONAL

Acusan a dos exdetectives de Método 3 de trabajar para la operación Cataluña

Mensajes entre uno de ellos y su expareja indicarían que cobraron de la policía por espiar políticos

Enric Borràs
5 min
Periodistes davant de l’antiga seu de Método 3 durant un escorcoll pel cas de La Camarga.

La expareja de uno de los antiguos detectives de Método 3, Julián Peribáñez, lo ha implicado en la operación Cataluña. Según una denuncia que hizo a los Mossos la semana pasada, tanto Peribáñez como Antonio Tamarit, que también había trabajado en Método 3, cobraban de la Policía Nacional para hacer informes sobre políticos catalanes. La exmujer de Peribáñez, que vive en Miami, viajó expresamente a Barcelona el martes de la semana pasada para denunciarlo por haberla amenazado después de haber entregado al director de la desaparecida agencia Método 3, Francisco Marco, una serie de correos electrónicos y mensajes de WhatsApp que pueden demostrar que los dos detectives colaboraban en la operación Cataluña.

"Peribáñez trabaja o ha trabajado para la policía de Madrid", declaró la expareja, según consta en la denuncia a la que ha tenido acceso ARA. Añade que "se relaciona" con un hombre llamado el Bigotes que identifica a partir de una fotografía que le mostró Marco como Antonio "Jiménez" -se refiere al policía en excedencia Antonio Giménez Raso-. La denunciante dice que ha visto tres veces al Bigotes con Peribáñez y Tamarit y que es este hombre quien habría pagado a su ex para hacer informes "sobre políticos de Cataluña". Todo esto lo avala con mensajes de WhatsApp y correos electrónicos que había entregado a Marco y que él usó para presentar su propia denuncia contra Peribáñez y Tamarit.

Que ella diera estos mensajes a Francisco Marco habría enfadado a Peribáñez. La mujer denuncia que él la amenazó "con demandarla por encarcelarla y quitarle la hija" si no firmaba "una serie de papeles con los que pretendía desacreditar el contenido de las conversaciones". Asegura que su ex es "capaz" de hacer daño y que "tiene contactos con policías y con delincuentes violentos".

"Prefiero no manifestarme hasta que los tribunales determinen los aspectos concretos que denuncié", declaró Marco a ARA sobre su denuncia. Explica que "se centra en el uso de confidentes por parte de las unidades de inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía y de fondos reservados para hacer seguimientos a políticos con dos ex trabajadores de Método 3". También denuncia la creación "de un plan de trabajo ad hoc" en su contra como venganza por haber hecho públicos los nombres de policías "que actuaban en Cataluña sin amparo judicial". "Espero poder demostrar que el operativo policial que se desplegó desde Madrid en mi contra fue irregular, fruto de la llamada operación Cataluña y del uso de las cloacas del Estado para proteger a los confidentes que utilizaban las unidades de inteligencia policial", insiste. Tanto Marco como Peribáñez fueron detenidos por el escándalo de la conversación grabada en el Restaurante La Camarga entre la política popular Alicia Sánchez-Camacho y el ex amante de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez. Tamarit también declaró como testigo y tanto él como Peribáñez terminaron enfrentados con Marco.

ARA no ha conseguido hablar con Peribáñez pero Tamarit afirma que no le han notificado ninguna denuncia, que las acusaciones "no tienen sentido" y que ni Marco ni la ex pareja de Peribáñez tienen "credibilidad". Dice que Marco "está investigado en varios juzgados por injurias, calumnias, denuncia falsa y simulación de delito" y que ella "es una estafadora".

Contra el independentismo

Marco llevó un escrito a los Mossos en septiembre -al que ARA también ha tenido acceso-, con documentos y una memoria USB que contienen copias de los mensajes de móvil entre Peribáñez y su expareja enviados desde 2013 hasta principios de 2015. Según esta denuncia, Peribáñez y Tamarit hicieron "un plan de acción" a partir del cual "trabajan para la policía" investigando a una serie de personas, incluyendo Marco, "a cambio de dinero". Todo ello se enmarca "en lo que la prensa ha denominado operación Cataluña". "Hay una lucha política muy importante en la que Cataluña se quiere separar de España y esto causaría muchos problemas económicos -dice uno de los mensajes de Peribáñez que constan en la denuncia-. Estamos intentando que esto no ocurra. Todo es muy complicado porque están involucrados los máximos poderes ".

Según la denuncia de Marco, Tamarit fue a Madrid en octubre de 2013 "para entrevistarse con policías y políticos". Ese mismo año los detectives se habrían reunido en Barcelona al menos cuatro veces con un grupo de policías coordinado por el Bigotes, que haría de "intermediario con la policía" y es "quien cobra de fondos reservados y se reparte el dinero" con los detectives, dice el escrito de Marco.

Marco también aportó la grabación de varias llamadas de julio con la expareja de Peribáñez, en la que ella le explicó que los dos detectives "son espías" para "la policía de Madrid" y que a través de el Bigotes cobran 1.500 euros al mes por hacer informes sobre la familia Pujol. Antonio Giménez Raso es un funcionario de policía en excedencia que se dedica a la seguridad desde el sector privado. A través de una empresa colaboró un tiempo con el entorno Método 3, según reconoce Marco. Giménez fue juzgado -y absuelto- en 2012 con siete guardias civiles a los que el fiscal acusaba de formar parte de una trama de policías corruptos y narcotraficantes que robó un contenedor con 200 kilos de cocaína en el Puerto de Barcelona.

Fondos reservados

El comisario jubilado que admitió este verano que había participado en la operación Cataluña, José Villarejo, ya hablaba de dos detectives "a quienes se interrogó durante horas" en diciembre de 2014 en una "nota informativa" vinculada al sumario del caso Pujol. En este documento, Villarejo culpaba al jefe de la unidad de asuntos internos, Marcelino Martín Blas -también implicado en la operación Cataluña-, de esconder información relevante. Entre otros aspectos destacaba que si se había escondido la existencia de estos "colaboradores" podía ser por miedo a que, ante un juez, declararan que se les había pagado "con fondos reservados" para "seguir a dirigentes políticos de los que no constaban claras acciones ilegales o a ciertos responsables de los Mossos".

El juzgado de instrucción número 21 archivó provisionalmente la denuncia de Marco y la Audiencia de Barcelona lo confirmó hace tres semanas en un auto a la que ha accedido este diario. Marco afirma que ha presentado nuevas pruebas en el juzgado y no da la vía judicial por cerrada. A pesar de los mensajes de Peribáñez sobre la operación Cataluña, la denuncia estaba centrada contra los intentos de los dos detectives de atacar al mismo Marco y contra un empresario al que acusa de haber mentido para implicarlo en una acusación de corrupción contra el exconsejero Felip Puig que se archivó. La Audiencia considera que los hechos que se describen en la denuncia no encajan con ningún delito y que no hay ninguna prueba "que avale razonablemente la realidad". Tampoco ve ningún documento "que avale indiciariamente estos cobros procedentes de fondos públicos".

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