CRÍTICA TV

Antena 3, Telecinco y La Sexta son ejemplares

Mientras en TV3 el lunes por la mañana había disparidad de opiniones y sensibilidades en la tertulia, en las cadenas españolas reinaba el pensamiento único

Mònica Planas
2 min
Ana Rosa Quinatana / MEDIASET

El lunes por la mañana, en Espejo público de Antena 3 había una mesa de pensamiento único para abordar la cuestión del juicio a Mas, Ortega y Rigau. Lo simultaneaban, eso sí, recordando los escándalos fiscales de la familia Pujol y, a la vez, la corrupción de Convergència y el 3%. Un relato que mezclaba proceso y corrupción. La competición entre Joaquín Leguina y Paco Marhuenda para ver quién decía más barbaridades y falacias sobre Cataluña era chocante. Marhuenda afirmó que Pujol había creado la Universitat Pompeu Fabra para generar este "caldo de cultivo nacionalista" que ahora estorba. Aseguró, incluso: "A mí me Dijo Pujol «Si fueras de los nuestros serías catedrático»". Qué gran catedrático que ha dejado escapar el país, vaya. También afirmó con rotundidad (y ante Susanna Griso) que en TV3 los políticos daban órdenes a los profesionales de la tele para decir lo que tenían que hacer. Ella replicó: "Bueno, bueno, bueno".

En Telecinco, Ana Rosa Quintana tenía al tertuliano estrella, Eduardo Inda, que afirmaba que la manifestación frente al Palacio de Justicia era un golpe de estado en toda regla. Después de darle cuerda a la cuestión, emitieron un reportaje que habían grabado con Gabriel Rufián. El de ERC, hábil, supo contraprogramar la atención mediática de Mas ese día. Llevaron a Rufián a casa de unos vecinos con una situación económica muy crítica. El programa titulaba: "Rufián se enfrenta a la realidad catalana. ¿Los políticos son conscientes de los problemas de las familias?" Telecinco abría por fin los ojos a los independentistas sobre las penurias económicas de la gente.

El martes, en La Sexta, Antonio García Ferreras entrevistaba a Carlos Jiménez Villarejo, exfiscal de Anticorrupción. Ferreras le preguntó (se ve que él no lo tenía claro) si la gente tenía derecho a manifestarse. Villarejo aseguró que se estaba ejerciendo una presión para influir en el juicio. Y añadió: "Son frecuentes los movimientos de signo parafascista que se producen en Barcelona en torno a personajes como Mas y otros pequeños caudillos". Ferreras le enfatizó el concepto parafascista y el exfiscal se reafirmó, tildándolo esta vez de fascismo directamente.

Mientras en TV3 el lunes por la mañana había disparidad de opiniones y sensibilidades en la tertulia, en las cadenas españolas reinaba el pensamiento único: que si TV3 adoctrina y que si la gente adocenada y fascista ejerce presión en un juicio. En cambio, ellos no. Ellos son plurales, recogen todo tipo de opiniones, no transmiten ideología, ni los exfiscales que entrevistan ejercen ningún tipo de presión mediática. El periodismo más equilibrado, plural, moderado y sensible que hemos visto nunca. Y suerte que ellos tienen una audiencia inteligente que no se deja comer el coco. Y no como en Cataluña, donde sólo sintonizamos una cadena y quedamos todos hipnotizados con los mensajes de TV3.

stats