Líder en el trabajo, líder en la vida personal

El respeto, la empatía y la gestión de las emociones y del tiempo, que configuran las bases del liderazgo empresarial, también son útiles para el día a día

Berta Vilanova
5 min
Líder a la feina, líder a la vida personal

BarcelonaCada vez se habla más de la importancia del líder dentro de una empresa. Una figura que, lejos de limitarse a dar instrucciones a los trabajadores, tiene que saber motivarlos y guiarlos a través de unos valores, unas habilidades personales y unas ideas y objetivos compartidos. Es decir, crear un buen ambiente de trabajo para que el rendimiento sea más alto. De hecho, cada vez más escuelas de negocios incorporan postgrados y másters especializados en lo que se llama liderazgo empresarial, enfocados precisamente a dar este tipo de herramientas a los directivos. Por un lado, profundizan en el autoconocimiento -gestión de las emociones, seguimiento de unos objetivos, etc.- y, por otro, adquieren habilidades sociales -escucha, técnicas para comunicarse asertivamente, gestión de grupos, etc.-. Finalmente, también se enseñan técnicas para saber gestionar el tiempo y aumentar así la competitividad dentro de las empresas.

Pero, ¿no son también habilidades y técnicas que podrían servirnos perfectamente en nuestra vida cotidiana? Steven Poelmans, psicólogo, postgraduado en neurociencias por la Middlesex University (Londres), doctor en ciencias empresariales por el Iese y profesor de Eada Business School (Barcelona), considera que sí.

"La mayoría de estas habilidades y técnicas tienen que ver con el comportamiento humano y con cómo desarrollar más la parte humana. Por tanto, no sólo se pueden utilizar en un contexto laboral, sino que también son trasladables a nuestro día a día y a un contexto familiar o de pareja", explica el experto, que coordina el máster internacional en liderazgo y coaching organizativos y el máster en alto rendimiento de Eada. "Lo que enseño en estos cursos es psicología y ciencia aplicada a la empresa, pero esto también se puede aplicar en el día a día. Sólo se necesitan personas que puedan transmitir estos conocimientos, como un psicólogo, un coach o un líder, en el contexto empresarial".

Para un directivo de una empresa es muy importante tener un propósito en la vida, un objetivo a largo plazo, que puede estar relacionado con un sueño, una pasión o una causa por la que se quiere luchar, explica Poelmans. Esto es muy importante también en la vida personal. "Una persona con un propósito tiene más carisma y más facilidad para conectar con los demás de manera más trascendental. Además, es muy importante para la motivación", dice Poelmans. Otra técnica que también se enseña a los líderes y que, según este profesor, puede ser trasladable a la vida cotidiana, es la gestión de la información. Es decir, aprender a comunicarse de una manera acertada con las otras personas. "Para un empresario es importante saber qué piensan los trabajadores y cómo se sienten respecto a las tareas que hacen, por eso hay que saber preguntar y escuchar -explica-. Hay técnicas para aprender a decir las cosas y que la otra persona no se sienta afectada o atacada, y también técnicas de resolución de conflictos que, evidentemente, también son necesarias en la vida personal».

Otra habilidad es la gestión de las emociones y el estrés. "La inteligencia emocional tiene que ver con reconocer y gestionar las emociones, tanto las propias como las ajenas. Esto sirve para evitar conflictos pero también para detectar oportunidades -comenta Poelmans-. Se trata de ser observador, lo que se llama mindfulness: es decir, ser plenamente consciente de lo que haces en cada momento". Cuando se aprenden a reconocer las emociones, sin embargo, hay que saber gestionarlas. "Muchas veces los conflictos surgen por malentendidos. Quizás algo que para ti es trivial para otra persona es muy importante, y hay que saber ponerlo todo sobre la mesa", argumenta.

Relacionado con este punto también encontramos la gestión de personas, que, según Poelmans, consiste en saber motivar a nuestros compañeros a través de sus objetivos. "Interesarse en el propósito del otro es clave. Sobre todo es importante para un líder o para las personas responsables de un grupo, pero puede ser igual de útil para una madre o un padre, por ejemplo. Se trata de tener capacidad de inspiración".

Finalmente, una de las otras competencias importantes que sugiere este profesor es la gestión del tiempo. "Hay técnicas para aprovechar el tiempo al máximo, como aprender a reconocer a los ladrones de tiempo, priorizar las tareas o gestionar las interrupciones -comenta-. En el trabajo un ladrón de tiempo sería el correo electrónico, y en casa la televisión, por ejemplo".

Aprenderlo desde pequeños

Según Emma de Llanos, coordinadora de los programas de formación para directivos de Eada, el feedback que reciben los alumnos es muy positivo. "Dicen que les cambia la vida. Aprenden unos valores que no sólo son útiles para la empresa sino que los pueden utilizar en todos los escenarios que quieran. De hecho, sería muy poco coherente aplicarlos sólo en un ámbito de la vida". De Llanos considera que son competencias que todo el mundo puede adquirir entrenando y formándose. "Siempre hay alguien que tiene más facilidad, pero creo que depende mucho de la actitud de cada uno -explica-. Además, hay que aprender que no hay que ser muy bueno en todo. Quizás alguien será más creativo pero otro tendrá más constancia. Nosotros no somos partidarios de buscar el ideal, sino que intentamos que todo el mundo saque lo mejor de sí mismo, basándonos en las fortalezas de cada uno".

De hecho, Llanos considera que tendría que ser una formación que todo el mundo adquiriera desde pequeño. "Las habilidades personales son la clave del éxito hoy en día, ya que continuamente te tienes que estar relacionando con los demás. Hay escuelas que ya empiezan a incorporar este tipo de formación, pero tendrían que ser todas -opina-. No puede ser que en las universidades no se trabajen técnicas para gestionar conflictos o habilidades para comunicarse cuando en las empresas ahora es lo que más se valora". Poelmans está de acuerdo: "Al final lo que se enseña a un líder empresarial es plantearse objetivos y a ser ambicioso, pero también a ser respetuoso y humano, y esta formación debería estar al alcance de toda la sociedad, no sólo de las empresas. Son valores y habilidades que se tendrían que transmitir y empezar a trabajar ya desde pequeños", concluye.

Ocho actividades para cuidar el cerebro

Según Steven Poelmans, psicólogo, postgraduado en neurociencias por Middlesex University (Londres), doctor en ciencias empresariales y profesor de Eada Business School (Barcelona), vivimos en una sociedad en la que cada vez domina más el conocimiento, y por eso es necesario que la nuestra mente esté sana. "La gente ya no trabaja con sus músculos y las habilidades físicas como hace unos años, sino que lo hace sobre todo con su mente y su inteligencia. Por lo tanto, hay que optimizar el cerebro, y para que saque su máximo provecho lo tenemos que cuidar". Poelmans recomienda ocho actividades que tendrían que formar parte de nuestra rutina para tener una dieta mental sana.

Dormir

Hay que respetar las horas de sueño que necesita cada uno.

Deporte

Hacer ejercicio físico de manera constante disminuye el riesgo de sufrir estrés.

Trabajar

Tener un empleo que nos gusta y nos hace sentir útiles.

Desconexión total

Momentos para no hacer nada ni pensar en nada.

Vida social

Dedicar tiempo a estar con otras personas y socializar.

Meditar

Es la manera de hacer descansar el cerebro y es muy positivo para la concentración.

Reír y divertirse

El sentido del humor para los adultos es como el juego para los niños, y es igual de necesario.

Seguir una rutina

No hay éxito sin disciplina.

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