Micrófonos negros en TV3

En ningún momento se cerró plano ni se hizo el ridículo de querer evitar banderas

Mònica Planas
2 min
Micrófonos negros en TV3

La cobertura de TV3 de la manifestación del domingo 8 de octubre a favor de la unidad de España generaba recelo, sobre todo entre aquellos que, con el firme deseo de menospreciar la televisión pública catalana, deseaban una información sesgada que sirviera de prueba para validar todas las mentiras que se han vertido sobre TV3.

Pero TV3 fue informativamente ejemplar. Aplicaron los protocolos audiovisuales y periodísticos habituales de otras manifestaciones. Cambio de programación para retransmitir en directo su evolución, emisión simultánea de TV3 y el 3/24, redactores repartidos a lo largo del recorrido para ir haciendo conexiones y una realización que se ajustaba a las necesidades de los hechos. En ningún momento se cerró plano ni se hizo el ridículo de querer evitar banderas. Todo lo contrario: la colocación de cámaras en los balcones permitió un plano cenital que mostraba en pantalla la multitud de gente, las banderas y las pancartas. Desde plató también se complementaba la información dando repercusión a los tuits que tenían que ver con la manifestación y se entrevistó a los líderes políticos y responsables de la organización que estaban en la cabecera del gentío. TV3 también ofreció en directo los parlamentos desde el escenario y fue entrevistando asistentes para que explicaran su punto de vista sobre la situación que está atravesando Cataluña.

Era impactante como, sobre todo al inicio, algunos de los ciudadanos se dirigían a cámara o al reportero (especialmente a Xavi Rosiñol) con mucha virulencia e indignación. Los gritos constantes de "¡Puigdemont, a prisión!" que a menudo escuchábamos cada vez que los reporteros se dirigían a cámara hacían pensar. Primero, en la filosofía de la manifestación y en cómo han quedado de abollados los supuestos pilares democráticos de los que defienden la unidad de España, pero también en la transparencia de los servicios informativos de TV3. Desconozco cuántas televisiones públicas aguantarían un par de horas, más el posterior Telenotícies (que fue igual de impecable), con tanta gente exigiendo cárcel para el presidente del país, cada dos por tres, delante de la cámara.

Con todo, hubo un hecho que vale la pena no pasar por alto. Si bien a las once de la mañana los reporteros de TV3 que estaban a pie de calle lucían el micrófono habitual con el logotipo de la cadena en la esponja y en el dado, a los tres cuartos de hora los periodistas ya tuvieron que cambiar el modelo. Tanto Xavi Rosiñol como Gemma Aragall aparecieron con micrófonos negros sin lugar distintivo de la cadena. Una estrategia para evitar ser increpados o alterar los ánimos de los más intolerantes. Porque ya se sabe que, por muy bien que lo hagan, lo que molesta no es el contenido de un canal que a menudo ni siquiera ven, sino simplemente que exista esta televisión.

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