¿Nos hemos cansado de Twitter y Facebook?

La mayoría de usuarios de estas dos redes sociales publican menos y huyen a entornos nuevos

Nereida Carrillo
5 min
Ens hem cansat  de Twitter  i Facebook?

¿Hace tiempo que no veis el muro de Facebook a aquella amiga que contaba con precisión quirúrgica sus viajes? ¿No sabéis nada de aquel compañero de estudios de Murcia que os mantenía al día de sus peripecias laborales en la herramienta creada por Zuckerberg? Una posibilidad es que el algoritmo de la red os los esconda, pero la opción más probable es que no los veáis porque ya no están escribiendo o, al menos, no tanto como antes. Redes sociales como Facebook y Twitter están empezando a cansar y aburrir a los usuarios, que ahora reparten su tiempo entre herramientas que les seducen más.

Sin embargo, los datos no muestran un panorama dramático. Facebook tenía 1.790 millones de usuarios activos en septiembre de 2016, según la misma compañía, una cifra que va al alza y contrasta con los 313 millones de internautas activos de la red del pajarito, que continúa perdiendo fuelle. Pero si bien son muchos los que siguen manteniendo cuenta en las redes sociales veteranas -Facebook cumplirá 13 años en febrero y Twitter hizo 10 en marzo-, hay estudios que indican que cada vez pasan menos tiempo y sólo están ahí para mirar lo que hacen otros. Muchos usuarios de las redes son una mayoría silenciosa.

Los expertos señalan algunos síntomas y causas de este hartazgo, tales como la presión de publicar para mantener la comunidad, el cansancio que provoca conocer las vidas pseudomeravillosas de los demás o el recibir menos comentarios. "La gente cada vez está más cansada de entrar a nuevos lugares. Tienes que crear tu comunidad y esto cuesta tiempo y dinero. Tienes que empezar a pensar contenidos que sean interesantes para que a la gente le gusten, para que decidan seguirte, para no perderlos... Una trabajo", explica Francesc Grau, consultor de comunicación online. Silvia Llombart, profesora de periodismo digital en la UPF, coincide con el diagnóstico: "Cada vez da más pereza". Llombart añade que los usuarios renuncian cada vez más a crear contenido original y se limitan a menudo a "repostear o retuitear".

Aburridos y presionados

Facebook y Twitter están despertando una relación de amor-odio entre los usuarios. Por un lado, los internautas no borran sus cuentas porque allí está su vida pasada y gente de la que no tienen el teléfono. Por otro, cada vez que entran se aburren más, cansados de fotos bucólicas, y les puede la presión de tener que publicar periódicamente. "Se ha abusado mucho de explicar [en las redes] una vida maravillosa. Ya no nos creemos tanto humo. Quien realmente tiene una vida maravillosa no lo está contando en las redes", asegura Llombart. El VIII Observatorio de las Redes Sociales, elaborado por Arena Media y The Cocktail Analysis y presentado hace sólo unos días, señala en este sentido que "la burbuja del postureo empieza a desinflarse" y que los usuarios valoran los contactos que se muestran de manera más auténtica y natural.

Oscar Coromina, profesor del departamento de comunicación audiovisual y publicidad de la UAB, señala también este tedio: "Hay usuarios de Facebook que se han cansado de los mensajes más banales". El profesor de la UAB añade que la red de Zuckerberg se ha convertido "en una commodity, algo que usamos todos para entrar en contacto con alguien", cosa que también señala el estudio de The Cocktail Analysis y Arena Media, que atribuye a Facebook un papel más generalista.

El Estudio anual de redes sociales de 2016, elaborado por el IAB, que agrupa a los anunciantes en España, apunta que el tiempo dedicado a Facebook por los internautas encuestados ha bajado de 4 horas y 50 minutos a la semana en 2014 a 4 horas y 23 minutos en 2016. En la red del pajarito, si en 2014 los usuarios dedicaban 3 horas y 25 minutos, dos años después esta cifra se ha hundido hasta las 2 horas y 32 minutos. Baja el tiempo dedicado y también la publicación de contenidos. Si en 2015 un 39% de los encuestados confesaban que utilizaban las redes sociales para publicar contenidos, en la investigación de 2016 la cifra baja al 36%. La actividad que más se hace es chatear -un 79% de los usuarios utiliza las redes con esta finalidad-, seguida de ver vídeos, escuchar música y curiosear qué hacen los demás.

El VIII Observatorio de Redes Sociales también aporta datos interesantes en esta línea: baja, entre los encuestados, el porcentaje de gente que tiene cuentas activas en Facebook y Twitter, aunque la primera sigue siendo la red mayoritaria. El análisis señala que un 34% de los encuestados aseguran que tienen perfil abierto en Facebook porque sus contactos siguen usando la red.

Instagram y WhatsApp, refugios

La mensajería instantánea y el emergente Instagram -que ya tiene 500 millones de usuarios activos al mes y es la red social que crece más- están recogiendo buena parte de las conversaciones y la actividad que se están desdibujando en Facebook y Twitter. Las herramientas más veteranas ya olían este cambio de rumbo: Facebook compró Instagram en 2012 y WhatsApp dos años más tarde; además, las dos redes hicieron mejoras en sus herramientas para enviar mensajes y chatear. "Lo que antes se compartía en el muro de Facebook, ahora se hace en petit comité", señala Coromina.

"En los chats la gente habla de todo lo que ya no se habla en las redes sociales -asegura Grau-. Lo hace en un entorno con una audiencia más controlada y una frecuencia libre". Las herramientas de mensajería han recogido buena parte de las conversaciones pretéritas en la red de Zuckerberg, pero el trasvase también ha ido a parar a Instagram, donde se reciben más comentarios, según los expertos. "Vas allí donde sabes que te están mirando y te dirán cosas", explica Llombart. "Para explicar la vida cotidiana, Instagram ha tomado un papel importante: la gente cuelga las cosas que come, fotos de sus animales de compañía... Cosas que antes también veíamos en Facebook".

Grau señala una posible causa del trasvase de las conversaciones desde Facebook y Twitter a WhatsApp y otras herramientas similares: "En algunas aplicaciones de mensajería, como por ejemplo WhatsApp, tu comunidad autogenera. No tienes la presión de tenerte que ganar la audiencia". Al margen de la presión para publicar y para generar y mimar una comunidad, Coromina apunta otra razón que podría explicar el hartazgo de Facebook: señala que el algoritmo que nos muestra sobre todo la actividad de los amigos con los que el usuario tiene más interacciones provoca que el muro se convierta en poco variado e, incluso, aburrido. "Es lo peor que le puede pasar a una herramienta", concluye.

Llombart introduce un matiz: asegura que mientras que entre los usuarios que utilizan Facebook y Twitter de manera profesional el uso no decae tanto, sí que observa más sopor entre los que hacen un uso personal. "En lo personal, es un gasto de tiempo; en el profesional, es una inversión", explica la docente de la UPF. A pesar del desencanto, son pocos los que optan por una solución drástica y borran los perfiles. Continúan entrando a mirar, a hacer de estas herramientas un receptor de contenidos, a compartir casi por compromiso algo que se hayan encontrado accidentalmente. "Las redes aún son vistas como un lugar de ocio", recalca Grau. Los usuarios no han cortado los lazos con Facebook y Twitter, pero la mayoría se enredan cada vez más en silencio.

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