¿Pagaríais por ir a un lavabo limpio?

Los inodoros de pago son un nuevo negocio que se extiende poco a poco por Cataluña

Raquel Alba
5 min
Torniquet que impedeix el pas lliure als lavabos

BarcelonaBarcelona, las ocho de la tarde. Una flecha indica que los aseos del centro comercial El Triangle, ubicado en la plaza de Cataluña, están en las plantas inferiores. Se llega bajando unas escaleras situadas en un lateral del centro. Pero lo que os encontraréis no son unos lavabos convencionales. La entrada recuerda a la del metro: un severo torniquete metálico impide el paso, y para hacerlo rodar debéis introducir 70 céntimos.

Al toparse con el acceso cerrado, una señora y su hija, que han aprovechado la tarde para hacer las últimas compras de Reyes y cargadas de paquetes, exclaman: "!No puede ser! ¿De verdad?" Resignadas -la necesidad manda-, rebuscan monedas en sus carteras hasta encontrar cada una los 70 céntimos reglamentarios. Pasan no sin dificultades por el torniquete, que amenaza con quedarse bloqueado por algunos de los paquetes.

"De alta gama"

Una vez dentro, lo que les espera son lo que 2theloo, la empresa holandesa que los ha ideado, define como "aseos de alta gama, divertidos y siempre limpios". Los inodoros, que incluyen un miniespacio para dejar las bolsas de mano, están decorados con paneles llamativos que recrean escenas supuestamente inspiradoras: desde un bucólico campo florido hasta un mosaico de Antoni Gaudí, pasando por un paisaje urbano con la Sagrada Familia de fondo. El papel de inodoro, normalito: no es perfumado, ni de color rosa, ni acaricia la piel. Fuera, hay un espejo que llaman zona de make up, con una cesta provista de leche hidratante, un extraño líquido para pelo rizado, un tubo de laca low cost y un desodorante.

También hay más espejos y picas con toallitas y jabón. Pero quizás el detalle que diferencia más estos lavabos de unos públicos es que habita una muchacha asiática que empuña un producto de limpieza como si se tratara de un revólver cargado de pólvora. Mantiene una actividad frenética y en cuanto los usuarios salen de los baños entra estresada para asegurarse de que todo quede impoluto. Eso sí, sus esfuerzos ingentes no pueden impedir que, esporádicamente, un olor sospechoso se esparza por el baño. Después de todo, a pesar de los 70 céntimos que deben abonar religiosamente los usuarios, los lavabos de pago huelen a lo que son: lavabos.

Un negocio ascendente

La compañía 2theloo dispone hoy de ocho baños de pago repartidos por cuatro ciudades del Estado: dos en Barcelona -el de El Triangle y uno que se abrió en el centro comercial Maremagnum en 2012 y fue el pionero en España-, tres en Madrid -en la estación de Madrid Puerta de Atocha-, dos en Valencia -en las estaciones Valencia Nord y Valencia Joaquín Sorolla- y uno en Málaga -en el centro comercial Vialia, situado en la estación Málaga-María Zambrano.

El precio para entrar en los baños depende de la dependencia: de los 70 céntimos de los lavabos de El Triangle al euro que cuesta acceder a los del Maremagnum, pasando por los 60 céntimos de los baños de Valencia. En 2theloo son líderes en el ascendente negocio de los baños de pago en España, a pesar de que les han salido algunos competidores, también extranjeros: los alemanes Sanifair gestionan, por ejemplo, los lavabos de la estación de Sants, a los que se puede entrar por 50 céntimos.

Niels Bakker, director general de 2theloo en España y Portugal, recalca que a cambio de los 70 céntimos que cuesta entrar en los servicios privados de El Triangle el cliente no sólo obtiene un inodoro inmaculado: "El visitante recibe un cupón por valor de 70 céntimos con descuentos en tiendas de la zona o en la tienda asociada a los lavabos que hay en muchos establecimientos 2theloo".

En el caso de estos aseos, la "tienda asociada" a la que se refiere Niels Bakker son cuatro estantes a la salida del baño que acumulan tampones, cepillos de dientes, velas, compresas y pañales, entre otros productos de higiene personal. El cupón de descuento es el mismo ticket que se obtiene cuando se paga para entrar.

Misión imposible

Tal como explica el directivo holandés, la idea de desarrollar el concepto de lavabos de pago surgió de la experiencia personal de Eric Treurniet, fundador 2theloo: "Eric estaba de compras en Brujas con su familia y se encontró con la necesidad de ir al baño. Le fue muy difícil alguno limpio. Por ello, comprobando esta carencia evidente de aseos en buenas condiciones en lugares concurridos, decidió crear 2theloo [nombre que, en inglés, significa «al lavabo»]".

Bakker defiende la necesidad de cobrar por ir a un baño limpio: "Debemos tener en cuenta que el sector privado es incapaz de ofrecer un servicio digno. Sin cobrar resulta imposible mantener unos aseos en condiciones. Los lavabos requieren mantenimiento y reparaciones y esto, obviamente, conlleva gastos". Y añade que los aseos de pago son una realidad ya consolidada en Europa. "Es un concepto extendido y aceptado no sólo en los países nórdicos. También en otros: en Francia, Italia, Grecia... "

Inadmisible

Por el contrario, a Miguel Ángel Serrano Ruiz, miembro del gabinete jurídico de Facua-Consumidores en Acción -una ONG que defiende los derechos de los consumidores-, el surgimiento de lavabos de pago en espacios públicos como estaciones de tren o centros comerciales le parece inadmisible. "Ir al baño es una primera necesidad y un servicio que estos espacios deberían ofrecer de manera gratuita. Es como si, de repente, en el centro comercial nos quisieran hacer pagar por utilizar las escaleras mecánicas o el ascensor. ¿A que nos parecería muy extraño?", se pregunta.

Para Serrano ofrecer unos aseos limpios no debería ser un pretexto para hacernos pagar. "En el caso de edificios públicos la administración debería asegurar la salubridad de los lavabos. No puede despreocuparse y afirmar que la única manera de tenerlos limpios es que los clientes paguen y una empresa privada se lucre", señala. El abogado añade que el hecho de que los sanitarios estén situados en edificios privados pero de acceso abierto al público tampoco justifica que tengan que asumir el coste que conllevan: "Las concesiones privadas también deberían asegurar el uso gratuito de los aseos: estamos hablando de una cuestión que no es un capricho, !es salud pública!"

A pesar de la polémica que provoca el hecho de tener que pagar para ir al baño, en 2theloo están bastante satisfechos con el feedback recibido en España: "Ha habido gente encantada desde el inicio, sobre todo muchas mujeres, y gente no tan afín a la iniciativa. En España pagar para ir al baño es un hábito nuevo y la gente, culturalmente, aún no tiene este servicio integrado en su vida cotidiana. Nosotros ofrecemos un servicio a cambio de un importe".

Seamos más afines o menos, lo cierto es que el negocio de los lavabos de pago está arrancando en nuestro país. Y la pregunta es inevitable: ¿pagaríais por ir a un lavabo limpio?

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