Sin referéndum no hay solución
El "problema catalán", tal como lo llaman a veces, no es sólo el problema de los catalanes. Es también el problema (tal vez el principal) de España. Y es también, no tanto pero cada vez más, un cierto problema para la comunidad internacional. A las tres partes les interesa que haya una solución, aunque no piensen en la misma. Lo más complicado es que, en mi opinión, cualquier solución pasa por un cuello de botella: un referéndum vinculante cuyo resultado sea aceptado por las tres partes. Esto es difícil, porque una de ellas, el gobierno español, no quiere pasar por ese cuello de botella, ni siquiera para avalar su solución. Pero no hay ningún camino alternativo que se salte este paso. Las insinuaciones catalanas de acciones unilaterales sólo tienen sentido si son la palanca para llegar al referéndum vinculante imprescindible. En cuanto a la práctica permanente de la unilateralidad (desprecio, tribunales y guerra sucia) por parte del gobierno español, lo juega todo a una sola carta: conseguir la fatiga, la división y la deserción del soberanismo catalán. Si esto no ocurre, o el problema se enquista eternamente o deberá celebrarse un referéndum para solucionarlo. Y cuál será entonces la solución? Pues la que gane en el referéndum...
