La ‘carajicomedia’ de El Bigotes en Gürtel

El PP, según declaró Álvaro Pérez ayer, solo le ha dado "disgustos", pero le dio trabajo entre 2002 y 2009, cuando afloró la investigación de la trama

Ernesto Ekaizer
3 min
Álvaro Pérez, àlies el Bigotes, ahir en la seva declaració pel cas dels vestits.

Cual poema obsceno paródico, épico-narrativo y satírico de principios del siglo XVI, la prerrenacentista carajicomedia, Álvaro Pérez El Bigotes hizo ayer viernes de bufón de la corte del acusado Francisco Correa y la trama Gürtel –aquella que Mariano Rajoy bautizó como la trama contra el Partido Popular– en su declaración ante su propia defensa en el juicio, en el que se le pide prisión de cinco años y dos meses.

El Bigotes, número tres de la banda, espera, como sus compinches, sentencia en el primer juicio de Gürtel, el caso Fitur en Valencia, donde se le han pedido 27 años y seis meses de prisión; tres años más incluso que la pena de 24 años y seis meses que se ha solicitado para su jefe, Correa.

Pérez había solicitado ausentarse en las sesiones de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares a raíz de una operación de próstata. Pero los jueces no se la concedieron. De modo que su dolencia fue su escudo durante la declaración de ayer.

“He intentado traer el tumor pero no he podido” explicó. De modo que su vejiga ha sobrevolado una sesión que abandonó varias veces para acudir al servicio.

Se trata del hombre que “enamoró”, según sus propias palabras, a la entonces primera dama Ana Botella en La Moncloa, en la época en la que José María Aznar, por recomendación de Alejandro Agag y Francisco Correa, le contrató para diversas actividades.

"Tenía una ceja poblada y un ojo hundido con lo que aparentaba siempre cara de mala leche", dijo a preguntas de su propio letrado, el único al que respondió. Por ello, explicó, en 2002 modificaron la forma de iluminarle en los mítines. "Nos preguntaron a raíz de ello si le habían hecho a Aznar un lifting. Pero solo fue la iluminación. Éramos los mejores en organizar eventos" para el Partido Popular.

Francisco Camps, el hombre que quería ser el presidente de la Comunidad Valenciana, requirió los servicios de El Bigotes para la campaña del PP en las elecciones autonómicas de 2003. La victoria convirtió a ambos en amigos inseparables.

En la Nochebuena de 2008, ambos mantenían esta conversación:

Álvaro Pérez: Oye... que te sigo queriendo mucho.

Francisco Camps: Y yo también... tenía que haberte llamado, te quería haber llamado, para contarte todo (...). Pero sobre todo para decirte que te quiero un huevo.

Entre 2004 y finales de 2008, El Bigotes fue responsable de decenas de campañas para el PP valenciano. Obtuvo alrededor de 40 contratas públicas, casi todas a dedo, de la Administración valenciana. Casi ocho millones de euros.

Un partido, el PP, que, sin embargo, y según declaró Pérez ayer, solo le ha dado "disgustos", pero que le dio trabajo entre 2002 y 2009, cuando afloró la investigación de la trama. Al punto que causó un "boquete inmenso" en la empresa de la trama llamada Special Events.

El Bigotes ha negado el reparto de sobres con dinero negro a políticos del PP que figuran en el sumario a su cargo como los realizados a Jesús Sepúlveda, ex alcalde de Pozuelo de Alarcón, el diputado Jesús Merino o Luis Bárcenas.

Ha negado que diera regalo alguno a la exministra Ana Mato o que organizara sus fiestas de cumpleaños y comuniones con payasos.

"En esas fiestas no me colé", dijo. No obstante, ha reconocido como suya una "firmita" asociada a un regalo de 180 euros para la exministra, que está acusada como partícipe lucrativo de la trama. "¿Qué cantidad indica?", le ha preguntado su abogado. "180 euros. Barato, ¿eh?".

Los informes policiales hablaban de 480 euros, puesto que la letra del primer número es confusa.

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