EscritorEn los últimos días al fin hemos oído en España alabanzas a Catalunya y a los catalanes, ¡hasta la derecha española ha hablado catalán, y no era en la intimidad! Era algo tan falso, una añagaza tan evidente. Tan hueco eso de "Se os quiere mucho, se os respeta", y vosotros lo sabíais.
Pero el grueso de la población española tampoco supo hacer otra cosa que rumiar los titulares y los gritos que exhalaron los medios de comunicación madrileños, toda Catalunya y todos vosotros formabais un país ridículo que se resumía en un “3%” y vuestro sueño era imposible, nunca os lo permitirían. No os permitirían ser libres. Pero lo fuisteis, lo estabais siendo desde hace cinco años y lo volvisteis a ser. ¿Qué envidia dais a quien ame la libertad?
Ha ganado las elecciones la República Catalana. Mucha gente se ha pasado meses advirtiendo sobre las consecuencias para Catalunya de tomar ese camino, olvidaron interesadamente hacer recuento de las consecuencias de todo tipo para el Reino de España. Todos esos poderes han sido derrotados, ahora es momento de pensar también en las consecuencias de esa derrota.
¿Ya ha presentado su dimisión el presidente del gobierno? ¿Aún no lo ha hecho? Si queda algo de decencia en la política española, ¿queda?, alguien tendrá que pedir la dimisión del gobierno en pleno o en caso contrario quedará palmariamente demostrado que el sistema político español se levanta sobre partidos conchabados.
Esos políticos que viajaron desde la corte a hacer campaña a ese país como si fuesen meramente provincias de Madrid o una colonia, ¿se atreverían ahora a repetir esos comentarios ofensivos? ¿A volver a repartir carnets de catalanes o inmigrantes entre la ciudadanía? ¿A gritar ofensas a los gobernantes de los catalanes? Qué vergüenza. ¿No la sienten? ¿No pedirán disculpas? Qué ridículo. Aquellas teatralizaciones ocultaban lo que verdaderamente buscaban, la preparación de las elecciones legislativas españolas. Era un precalientamiento en provincias, la “parrilla de salida” de “las importantes”. Pero resultó que para muchos catalanes las importantes eran las suyas.
¿Y las empresas de comunicación de Madrid que han bombardeado a la población con todo tipo de propaganda más que antiindependentista contra esa mitad del censo con idea independentista todavía se van a seguir llamando “españoles”? Ellos mismos han situado fuera de España a la población que atacaron y no reconocieron. ¿No dimitirán o serán despedidos los directores de esos medios? ¿No pedirán disculpas los columnistas que han envenenado tanto la opinión que ahora es imposible un diálogo?
Los catalanes nos habéis cambiado a España. España hoy ya no es la de ayer, todavía están por ver las consecuencias.
Se os observaba con prevención, con miedo también, y con asombro: ¿cómo se atrevían? ¡Si los estaban amenazando con el ejército, la policía, la Guardia Civil, los jueces! ¡Les iban a pegar, los iban a encerrar! Empezando por su presidente. Y todo eso resultaron ser espantapájaros para asustar a una ciudadanía infantilizada. Gracias, catalanes y catalanas, nos habéis demostrado que nuestros miedos eran un cuento para mantenernos asustados. A los que vivimos aquí del Ebro nos habéis cambiado, estamos desnudos ante un espejo nuevo, somos una ciudadanía raquítica y aterida, tendremos que espabilar.
Ahora os queda seguir con lo vuestro, no nos olvidéis porque miraremos hacia vosotros más que nunca. Nos importaréis más que nunca. En cuanto a vosotros, tendréis que respirar, recobrar resuello y calma. No aflojéis en ser quienes sois, pero tened calma para poder serlo. Sois una ciudadanía compacta y militante, una tropa de paz, un ejército verdaderamente hermoso. En el mismo día en que fusilaron hace cuarenta años a cuatro jóvenes que luchaban por la libertad al fin la vemos delante de nosotros, una libertad sin tutelas. 'Gràcies', en nombre de tanta gente. (¿Ya dimitió Rajoy? ¿Y qué dice el rey?)
