Manolete, la perfección imposible

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsSe cumplen hoy, día 29 de agosto, los veintiocho años de la muerte de un torero que ha entrado en el legendario de la fiesta, Manuel Rodríguez “Manolete”. […] Fue, probablemente, el último torero que reunió una afición no contaminada por el turismo ni por la especulación de nuestros días que convierten a los toros en un espectáculo que deja totalmente indiferente a las nuevas generaciones. He de confesar que “Manolete” colmó mi vida de aficionado. Después de su paso por los toros cambiaron las reses y posiblemente también cambió mi receptividad ante la fiesta. Murió en la madrugada del 28 al 29 de agosto de 1947 en el hospital de Linares. En aquel hospital de la melancólica ciudad que creó el cante jondo más angustiado, la taranta, se extinguieron heroicamente una época y un estilo del toreo. […] Por una serie de especialísimas circunstancias el gran torero cordobés se benefició de la adhesión de los intelectuales, del calor popular producido por el bloqueo de la postguerra, del clima un tanto exacerbado del retorno a la tradición, del aislamiento de los años de la Segunda Guerra Mundial. Y al lado de ello estaba su enorme calidad de hombre y de torero. […] Su estilo establece un equilibrio absoluto entre sus fascinadoras posibilidades plásticas y sus conocimientos técnicos. Todo lo cual había llegado a una madurez total, insuperable. Si Joselito llegó a ejecutar a la perfección todo el estilo antiguo de torear, “Manolete” toreó perfectamente, impecablemente, al modo moderno. […] Su lentitud, su lento pasarse el toro, permitía apurar las posibilidades plásticas de la suerte. Por otra parte, “Manolete” realizaba la unidad óptica del espectáculo -el ritmo del toro y del torero llevado por la muleta con claridad y fuerza. Algo parecido a lo que hicieron Fokine, Diaghilev y el pintor Bakst con el ballet. El juego casi coreográfico del toreo -sin perder su raíz emocional- lo imprimía “Manolete” a su arte. […]