Así fichó Núria Mas por el Banco de España

La economista berguedana fue la sorpresa para un cargo que ambicionaban muchos primeras espadas

àlex Font Manté
4 min
Núria Mas, professora de l’Iese de 44 anys i experta en el sector sanitari, és la nova consellera del Banc d’Espanya.

Jefe de EconomíaEn las últimas semanas, el Banco de España ha visto como un histórico de la casa, Guillem López Casasnovas, abandonaba el cargo de consejero que había ocupado desde 2005. Aunque era de origen balear, López Casasnovas encarnaba la cuota catalana en la cúpula del supervisor como catalán de adopción que es. En un momento de alta tensión política como la actual, su relevo fue analizado con lupa. En muchos despachos se hicieron listas de posibles sucesores y, aunque no fuera obligatorio, se daba por hecho que el elegido sería catalán para mantener una teórica cuota catalana en la institución. Los economistas más reputados y con más trayectoria del país protagonizaban estas listas. Finalmente, la elegida fue Núria Mas, profesora del Iese nacida en Berga en 1973.

La elección de esta economista discreta y especializada en el sector sanitario sorprendió en muchos de aquellos despachos. Su nombre no salía en ninguna de las listas de candidatos que se elaboraron inicialmente. Algunas fuentes aseguran que Luis María Linde, gobernador del Banco de España y famoso por haber pronosticado un corralito en Cataluña en caso de independencia, ambicionaba un tótem, alguien de larga trayectoria y de gran talla académica. Pero había un problema: la mayoría de los principales economistas catalanes que cumplen estos requisitos simpatizan con el proceso soberanista catalán. Buscando alguien de un perfil menos significado, una de las personas sobre las que recayó el foco fue Jordi Canals, que el verano pasado dejó de ser director general del Iese. Su candidatura, sin embargo, no progresó a pesar de que la elección del nuevo consejero recaía directamente sobre el ministerio de Economía, es decir, sobre el ministro Luis de Guindos, que mantiene unas relaciones excelentes con la escuela de negocios.

¿Candidato de consenso?

A pesar de las actuales tensiones políticas, y aunque la elección dependía exclusivamente de Guindos, en algún momento se creyó que se podría pactar un candidato de consenso que fuera bien visto por los gobiernos de Barcelona y de Madrid.

En Cataluña también se hicieron listas, pero con nombres muy diferentes. Las fuentes consultadas dan por hecho que los equipos de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras seguro que pensaron en Jordi Galí, seguramente el número 1 en Cataluña para este trabajo. Galí es asesor de grandes bancos centrales (como el europeo) y, por tanto, reunía muchas de las cualidades que se supone que debe tener un consejero del Banco de España. Galí dirige el Centro de Investigación en Economía Internacional (CREI), que depende de la Universidad Pompeu Fabra, y el mismo CREI era uno de los viveros de posibles candidatos. Alguno de ellos, como Galí, pertenecen al Colectivo Wilson, el grupo de economistas partidarios de la independencia. Por este último motivo, es difícil de imaginar que el gobierno español hubiera aceptado que ninguno de ellos llegara al cargo.

Hubo otros candidatos que aparecían repetidamente en las quinielas, como Albert Marcet, del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea), que en 2015 se adhirió a una iniciativa para pedir la dimisión de Luis María Linde, precisamente por haber alertado de la posibilidad de un corralito en Cataluña. La dimisión también la firmaban los integrantes del Colectivo Wilson y otros economistas, como Ramon Marimon, que durante la etapa de Aznar fue secretario de estado de Política Científica. Es fácil suponer que haber firmado una petición como esa no facilitaba ocupar un cargo a las órdenes del mismo Linde.

Otros nombres del Iese, como por ejemplo el de Xavier Vives, también sonaron. Pero Vives es consejero de CaixaBank, y entrar en el Banco de España le habría obligado a renunciar a la silla que ocupa en la entidad financiera catalana por incompatibilidad de cargos. Sea por motivos económicos (la remuneración del Banco de España es muy inferior) o por otras cuestiones, el hecho es que finalmente Vives no fue el elegido.

Algunas fuentes dan por hecho que economistas como José Luis Peydró o Xavier Freixas también habrían sido excelentes opciones. Ser consejero del Banco de España aparentemente es un caramelo apetitoso, pero lo cierto es que no todo el mundo lo considera atractivo, sea por los problemas de prestigio que sufre últimamente la institución o por otros motivos. "No es una posición muy atractiva desde ningún punto de vista", explicaba hace unos meses un posible candidato antes de añadir: "Pero parece que no todo el mundo piensa lo mismo".

En manos de Guindos

Las quinielas se acabaron rápidamente cuando Luis de Guindos mantuvo una conversación con Jordi Canals, el exdirector general de Iese que algunos veían como candidato. Según las fuentes consultadas, fue Canals quien aconsejó a Guindos que eligiera a Núria Mas, una economista que, como él y el ministro, también había trabajado en Lehman Brothers años atrás (Mas lo hizo en Londres y Guindos en Madrid). Consultado por el ARA, Jordi Canals no quiso confirmarlo ni desmentirlo. La flamante consejera del Banco de España tampoco ha querido hacer ninguna valoración. El 25 de abril tomó posesión del cargo.

Algunos ven en Mas una buena elección: permite mantener la cuota catalana y no está muy significada políticamente, aunque en el pasado ha colaborado con el Consejo Asesor de la Generalitat para el Sistema Sanitario, el Casost. Otros consideran que ha sido una elección sorprendente desde un punto de vista técnico: "No hay nada en su currículum o trayectoria que tenga que ver con la economía monetaria o la macroeconomía: es una experta en el sector de la salud", dice un economista que pide no ser identificado. En la Generalitat se limitan a indicar que la elección de Mas fue "adecuada" y que su nombre ya aparecía en sus listas de candidatos.

Además, el hecho de que sea una mujer y que sólo tenga 44 años supone una pequeña rendija de renovación en una casa tan masculina y veterana como es el Banco de España.

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