Delgado y Conde-Pumpido o que la tortilla se vuelva…

Una brecha en el feudo del conservadurismo

Ernesto Ekaizer
3 min
La futura fiscal general de l'Estat, Dolores Delgado, en la compareixença davant la comissió de Justícia del Congrés

MadridNo será desde luego lo que evoca aquella canción de Chicho Sánchez Ferlosio (Cuando querrá el Dios del cielo/ que la tortilla se vuelva/que los pobres coman pan/ y los ricos, mierda, mierda), pero la ceremonia de toma de posesión de Lola Delgado como fiscal general del Estado en la Salón de Plenos del Tribunal Supremo, en la que el Rey inaugura el año judicial, y en la que se celebró, durante cuatro meses, el juicio del procés,ha sido sugerente.

Como dirían los franceses se respiraba cierto nouvel air du temps o nuevo espíritu de la época.

Delgado, que en menos de dos años ha protagonizado la carrera meteórica desde fiscal de la Audiencia Nacional a ministra de Justicia y a fiscal general del Estado, eligió -tras conocer su cese en el gobierno y el nuevo destino que le deparaba Pedro Sánchez- al magistrado del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido para ejercer de padrino en la toma de posesión.

Podía haber optado por dos padrinos, pero se decidió por uno solo. Porque, según fuentes judiciales, quiere identificar su mandato con el de Conde-Pumpido, quien pasó de la Sala Segunda del Tribunal Supremo a ejercer como fiscal general del Estado durante los dos gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, entre 2004 y 2011.

La nueva fiscal general del Estado visitará este jueves la sede en la madrileña calle de Fortuny y ha convocado a una reunión de la inspección de la FGE, con el fiscal de sala Fausto Cartagena al frente, el teniente fiscal Luis Navajas y los fiscales miembros de la sección, para conocer el mapa de la actividad del Ministerio Público.

Tiene Delgado alrededor de cuarenta nombramientos por realizar, pero fuentes consultadas señalan que andará con pies de plomo, midiendo cada paso. Ayer dejó saber que Álvaro García, ex presidente de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), actualmente miembro del Consejo Fiscal, será el nuevo fiscal jefe de la secretaría técnica, en sustitución de Fernando Rodríguez Rey.

El teniente fiscal Navajas, el segundo de la FGE, cumplirá 72 años el 17 de diciembre de 2020, edad de su jubilación, y Delgado ha confirmado que seguirá en su puesto. Durante estos diez se desarrollará una suerte de transición hasta el nombramiento de “su” segundo.

Esa transición ha comenzado, simbólicamente, con la tutela de Conde-Pumpido en la toma de posesión, lo que ha permitido advertir cierto impacto del cambio de tornas entre los magistrados y fiscales presentes.

Porque Delgado se introduce en una región especialmente convulsa. Fue ella quien a través de la Abogacía General del Estado compitió con la Fiscalía del Supremo en el juicio del procés. Fue desde su ministerio desde donde se impulsó la calificación de sedición frente al delito de rebelión, ofreciendo al tribunal la alternativa por la que se decantó, una sedición que es el día de hoy cuando, todavía, los cuatro fiscales del procés continúan combatiendo como don Quijote en la “buena guerra” contra los “desaforados gigantes” en Campo de Criptana.

El pasado jueves 20 de febrero, al comparecer ante la comisión de justicia del Congreso, la candidata rechazóque se deba hacer una causa general de abstención contra ella por el hecho de haber sido ministra y diputada socialista.

“Habrá de valorarse caso a caso si procede o no procede una determinada abstención”, señaló.

Y citó la decisión del Tribunal Constitucional de no admitir la recusación de magistrado Andrés Ollero en los asuntos relacionados con Cataluña a pesar de haber sido diputado por el PP, o el respaldo a Francisco Pérez de los Cobos como presidente del TC , habiendo sido sido afiliado al PP.

Es un asunto que dará múltiples dolores de cabeza ya que los partidos políticos dispararán solicitudes de abstención para bloquear la actividad de la nueva fiscal general del Estado.

Pero, ¿es aplicable la doctrina Rodríguez Sol a Delgado?

Es decir, ¿la abstención general decretada por el Consejo Fiscal para el caso de un fiscal de a pie que, tras pasar por una actividad política -en este caso elecciones-, vuelve a su posición anterior, en este caso a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), es mismo el caso de una ministra que pasa a ser fiscal general del Estado, quien no lleva directamente los asuntos?

Hay quien dirá que no; hay quien dirá que es todavía peor.

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