Entran en vigor las restricciones en restauración y comercio sin esperar al TSJC

El DOGC publica el cierre de bares y restaurantes como una medida de urgencia

Ara
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Un home ahir guardant les taules i cadires de la terrassa a l’interior d’un establiment de restauració al barri de la Barceloneta.

BarcelonaEl Govern decidió ayer, jueves, poner la directa y aplicar el grueso de las restricciones anunciadas sin esperar el aval del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). Así pues, a partir de hoy y durante al menos quince días, estarán cerrados bares y restaurantes –excepto para comprar comida para llevar y los restaurantes de los hoteles para sus clientes– y se limitan los aforos en los comercios, en la cultura y en los gimnasios. Las únicas restricciones que la Generalitat ha decidido dejar "en suspenso" hasta que el TSJC se posicione son las tres que podrían chocar con los derechos fundamentales: la prohibición de reuniones de más de seis personas, la suspensión de la actividad presencial en las universidades y la limitación del aforo en las actividades de culto. Las nuevas medidas ya se han publicado, a la una de la madrugada, en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) y por lo tanto ya son vigentes.

El tira y afloja entre el Govern y el TSJC volvió a poner de manifiesto que la lucha contra el virus choca, de nuevo, con la justicia. El jueves a mediodía el TSJC pidió al Govern que concretara las restricciones anunciadas el miércoles y que afectan a derechos fundamentales para poderse pronunciar. La sala de lo contencioso administrativo del tribunal también pidió que se corrigieran defectos de forma, puesto que el documento presentado no incluía ni firma ni número de decreto ni tampoco fecha. Unas horas después el Tribunal confirmó que había recibido a tiempo un escrito del Govern en el que identificaba qué derechos fundamentales podrían quedar afectados. Todos los errores, sin embargo, todavía no estaban reparados, y el propio tribunal advertía: “No se han reparado los defectos formales advertidos por la sala (fecha, firma y número)”. En el mismo comunicado, el TSJC anunciaba que “previsiblemente” la sala respondería hoy, dejando en el aire unas horas más su aval o no a las medidas que la Generalitat ya había anunciado que preveía tener en vigor este viernes.

Tres limitaciones en suspenso

Para no tener que esperar la decisión judicial, y alegando que las medidas “se toman con urgencia para hacer frente al incremento de contagios de covid-19 y cortar la expansión lo antes posible”, el ejecutivo decidió que el grueso de las restricciones -que son las que no afectan a derechos fundamentales- fueran de aplicación “inmediata”. La vía para hacerlo era publicar a medianoche la controvertida resolución en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), pero incluyendo una disposición para dejar en suspenso las tres restricciones que pueden limitar derechos fundamentales.

Así pues, a partir de la una de la madrugada del viernes tienen que cerrar bares y restaurantes, también los centros de estética, discotecas, salas de juego y casinos; se limitará al 50% el aforo en cines, teatros y otros espacios culturales, y se reducirá al 30% la capacidad de los comercios, los mercados y también los gimnasios.

Con todo, sin embargo, el aval judicial para las otras tres restricciones pendientes es un mero formalismo. La prohibición de reunirse más de seis personas ya está en vigor (con el visto bueno del TSJC) desde septiembre, pero necesita ser ratificada otra vez porque ahora se incluye en este nuevo decreto; la suspensión de las clases teóricas presenciales empezó ayer en todas las universidades públicas sin esperar al TSJC, y la limitación de los aforos en los actos religiosos ha sido avalada siempre en anteriores rebrotes graves en el territorio.

La Fiscalia no pone pegas

De hecho, la Fiscalia Superior no puso objeciones a las nuevas medidas sanitarias propuestas por el Govern, y el propio secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, aseguró el jueves que solo prevé que el TSJC las ratifique. Argimon insistió en defender las “duras y contundentes” restricciones -que han contado con la firme oposición del sector de la restauración- porque optar por otras más suaves solo habría provocado que “en dos semanas o 10 días” se tendrían que tomar medidas todavía “más drásticas”.

Otra cosa es que los 15 días sean suficientes para contener los contagios. Y aquí Argimon no se mostró tan tajante: admitió que las medidas solo podrán “frenar la velocidad de transmisión”, pero “no se conseguirá aplanar la curva”. “Ojalá me equivoque, pero en principio estas medidas servirán para frenar la escalada”, afirmó. Según dijo, las restricciones tienen que servir simplemente para que el Departament de Salut pueda ir “a remolque” del covid, pero no “delante”. “El virus está corriendo y nosotros tenemos que responder con velocidad”, reconoció.

Argimon recordó que los datos apresuran al Govern a actuar enseguida: hace tres semanas se detectaban unos 7.000 positivos semanales, la semana pasada eran 12.700 y los últimos días se registran más de 2.000 al día, un ritmo muy superior al que preveía la consejería.

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