Llarena entreabre la puerta a la libertad

Si quieren salir de prisión, las defensas de los 10 querellados deben ofrecer su declaración

Ernesto Ekaizer
3 min
El vicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras, davant de l’Audiència.

MadridEl magistrado Pablo Llarena ya está a cargo. Ahora es el turno de los abogados de los diez querellados en prisión. Tras conocer la resolución del juez, algunas defensas expresaron su sorpresa por el hecho de que en su auto Llarena no cita a los presos para prestar declaración. Pero no tenía, ni tiene por qué hacerlo. Son ellos los que tienen que ofrecerse a hacerlo y aportar los argumentos para salir de prisión.

“Para la libertad, sangro, lucho, pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos” dice el verso de Miguel Hernández al que puso música Joan Manuel Serrat.

Las defensas tendrán, pues, que visitar a sus representados en las diferentes prisiones y explicarles una cosa: que es necesario ofrecer la declaración y que, además, les conviene contestar a las preguntas de los fiscales del Tribunal Supremo.

El juez ha primado para declarar su competencia la conexidad de los hechos y la “inescindibilidad”, palabreja que viene, en román paladino, a decir una cosa: la rebelión/sedición, o la conspiración, no se puede cortar en lonchas como si fuese un salchichón, debe investigarse de manera conjunta.

El auto solo deja fuera de los hechos “inescindibles” la conducta del mayor José Luis Trapero, ex jefe de los Mossos d' Esquadra, la intendente Teresa Laplana y otros imputados que seguramente caerán, y confiere a a la jueza Carmen Lamela la facultad para seguir la investigación.

Por el momento son los hechos del 20/21 de septiembre frente a la consejería de Economía, Rambla Cataluña. Pero en próximas fechas serán ampliados con una denuncia que está acabando la Fiscalía de la Audiencia Nacional, en base a las diligencias de la Guardia Civil, que no han cesado desde el 1-O, y que incluirán nuevos hechos y más imputados.

Llarena no asume ahora esta parte de los Mossos. Según explica, el papel de ellos es el siguiente: “Entre estas intervenciones está la de quienes se encontraban subordinados, en este caso concreto, al consejero de Interior: Josep Lluís Trapero y Teresa Laplana”.

¿Quiere decir que no asumirá Llarena en el futuro esta parte también? Lo explica así : “Sin perjuicio de que pueda resultar necesario revisar la decisión en un futuro, su participación, por relevante que sea, no compromete la calificación y el enjuiciamiento que pueda surgir de esta causa especial, no pudiéndose modificar la competencia ordinaria por no concurrir el elemento de inescindibildad respecto de ellos”.

Lamela, en cambio, sí considera en su informe que todos los hechos eran “inescindibles”. Llarena parece optar por ir a la “cabeza”, es decir, después de hacerse cargo de los parlamentarios, va a por los políticos, de ahí que coloque a los Mossos como “subordinados” al entonces consejero de Interior, Joaquín Forn.

Rebate Llarena el argumento de la Fiscalía del Supremo sobre la necesidad de esperar a las elecciones del 21 de diciembre. “ Y tampoco se justifica posponer la unificación en un solo proceso a que el resultado electoral”.

En la práctica, lo que viene a decir es que habrá probablemente cambios, algunos no aforados lo serán y otros aforados dejarán de serlo, lo que no puede ser una razón válida para retrasar la decisión un mes adicional.

Por otra parte, tales cambios afectarán a aquellos imputados en el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, como es el caso del ex secretario general de vicepresidencia, José María Jove, y el ex secretario de Hacienda, Luis Salvadó, que muy probablemente salgan elegidos al Parlament. Es decir, serán aforados, lo que les situará en la órbita del juez Llarena.

Si en los próximos días lo que se dirime es la libertad de los diez presos, la procesión, como suele decirse, va por dentro. Esto es: los cuatro fiscales del Supremo (Consuelo Madrigal, Fidel Cadena, Jaime Moreno i Javier Zaragoza) han empezado a trabajar, según fuentes judiciales, en un plan de trabajo para acometer la instrucción del caso en un tiempo breve que no podría ir más allá de los seis meses. Aunque esto es más fácil de decir que de hacer.

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