Marchena llamó en dos ocasiones al juez Velasco

El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Suprem y el fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, hicieron pinza para expurgar las grabaciones del sumario de Lezo

Ernesto Ekaizer
3 min
El jutge del Tribunal Suprem, Manuel Marchena

MadridEl presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, llamó al menos en dos ocasiones al juez instructor de la Operación Lezo, según ha confirmado el ARA, para hablar sobre el procedimiento judicial. La primera llamada se produjo, han precisado fuentes solventes, al caer la noche del jueves 20 de abril, un día después de la detención del ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.

Las mismas fuentes calificaron la llamada de Marchena como un contacto amigable para dar al juez instructor “solo un consejo con buenas intenciones”. El presidente de la Sala Segunda del Supremo quería advertir al juez que en las grabaciones de las conversaciones telefónicas aparecía en boca de González el nombre de la esposa del juez en relación a sus trabajos como letrada para la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad Autónoma de Madrid. Eso, le dijo, podía ser usado para impugnar el procedimiento.

Tanto el juez como la Fiscalía Anticorrupción estaban, lógicamente, al corriente de lo que aparece en las grabaciones. ¿A qué venía la advertencia o consejo con buenas intenciones de Marchena, el presidente de la sala de lo Penal de otro tribunal, nada menos que el Supremo?

La llamada se producía el jueves sobre las ocho y media de la tarde, la noche anterior a la declaración de Ignacio González. El juez Velasco, al día siguiente, al interrogar a González, preguntó a la Fiscalía Anticorrupción si había alguna razón por la que debía abstenerse. Los fiscales Carlos Yañez y Carmen García dijeron que no había razón alguna. Luego se dirigió a Ignacio González y su abogado, Esteban Mestre. Preguntó si habían comido juntos alguna vez. González contestó que no y a continuación inquirió si creían que debía abstenerse, a lo que respondieron negativamente. Fue entonces cuando Velasco empezó la declaración describiendo los derechos del imputado.

Pero no fue la única llamada telefónica que hizo Marchena al juez Velasco. Todavía en esas fechas –jueves y viernes 19 y 20 de abril- no se habían filtrado todavía ampliamente a los medios de comunicación grabaciones de conversaciones que han sido incorporadas al sumario.

Pero Marchena sí conocía el contenido de ellas. ¿Cómo era posible?

La teniente fiscal de la Fiscalía Anticorrupción, Belén Suárez, había aportado al fiscal general del Estado, Manuel Maza, el 14 de febrero de 2017 la transcripción de todas las conversaciones grabadas a los investigados. Fuentes fidedignas aseguran que Maza confió esa situación a Marchena, cuyo nombre aparecía en algunas conversaciones.

Cuando el presidente de la Sala Segunda del Supremo advirtió que se filtraban gran parte de algunas conversaciones decidió volver a llamar a Velasco. Le sugirió que era necesario expurgar aquellas conversaciones incorporadas al sumario que tenían un carácter privado y que nada aportaban a los hechos delictivos investigados. Precisamente, el 3 de mayo pasado, mientras los fiscales celebraban el Consejo Fiscal, Manuel Moix, fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción explicaba a la emisora de radio Onda Cero que hay grabaciones telefónicas de la Operación Lezo “que tarde o temprano van a desaparecer porque no afectan a la investigación”.

Según Moix, esas conversaciones son privadas y por eso serán purgadas de la causa. Moix relaciona estas grabaciones que deben ser censuradas con las informaciones que aparecían en los medios de comunicación.

El nombre de Marchena terminó por saltar a los medios, según avanzó el ARA. En una de esas grabaciones, Ignacio González sugiere al letrado de Cortes, Enrique Arnaldo, el pasado mes de noviembre, que sería mejor nombrar a Marchena fiscal general del Estado.

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