Noticia bomba: Cómo llega el número 2 de la 'rebelión' a actual jefe de los Mossos

La ex fiscal general del Estado pregunta al ex ministro Zoido por las "armas de guerra"

Ernesto Ekaizer
5 min
"Trapero no era gaire col·laborador, plantejava reticències": deu frases destacades de la declaració de Zoido

MadridSoraya Sáenz de Santamaría declaró que fueron los "operativos" quienes resolvieron el dispositivo policial del 1-O. Mariano Rajoy, que leyó el interrogatorio de su vicepresidenta antes de declarar -según confesó-, explicó que incluso siendo ministro del Interior durante dos años nunca se había ocupado de diseñar una operación policial y que el 1-O se hicieron cargo los "operativos". Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior durante el último gobierno del PP, declaró ayer que fueron su secretario de Seguridad, Juan Antonio Nieto, y los "operativos", los responsables de elaborar el plan de actuación, entre ellos el entonces coordinador, el coronel Diego Pérez de los Cobos.

Zoido dijo ayer en ese estilo suyo de 'pasaba por allí' que "parece que el señor Trapero no era muy colaborador, planteaba reticencias". Es que en la Junta de Seguridad de Cataluña del 28 de septiembre de 2017, Trapero dice, según el acta, que ante los dos millones de personas que podían salir a la calle el 1-O, "la forma como la policía debe llevar a cabo esa orden judicial [de impedir el referéndum], es preservando la convivencia, como indica el auto judicial, y actuando con proporcionalidad, congruencia y haciendo uso de la fuerza únicamente cuando haya que repeler agresiones a la policía o a terceras personas y evitando causar un daño mayor al que se pretende evitar".

Y Zoido decide, caliente la aplicación del 155, nombrar a Ferrán López. Eso ocurre el 28 de octubre de 2017, unas horas después de destituir al mayor Josep Lluís Trapero durante la madrugada. El nombramiento del número 2 de Trapero tuvo lugar dos días antes de que el entonces fiscal general del Estado, José Manuel Maza, presentase la querella por rebelión o sedición, entre otros delitos, por el referéndum del 1-O. En el mes de noviembre, Trapero estuvo a punto de ingresar en prisión acusado del delito de sedición por la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela.

Como número dos de Trapero, el comisario López participó en las reuniones de coordinación de la respuesta policial al referéndum, y trabajó codo a codo con el responsable del dispositivo, coronel Pérez de los Cobos, y con los responsables de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

El nombramiento de Pérez de los Cobos como jefe de la operación disgustó profesionalmente a Trapero, un hecho que ha sido manipulado para presentar al mayor como el jefe de un ejército de 17.000 hombres armados al servicio de la rebelión-insurrección (juez Pablo Llarena, Fiscalía del Tribunal Supremo y Fiscalía de la Audiencia Nacional) o sedicioso (juez Carmen Lamela).

El 22 de febrero de 2018, cuatro meses después del nombramiento de López, estaba yo en el programa que dirige Pepa Bueno en la Cadena Ser, donde acababa de entrevistar a Zoido. Aproveché la circunstancia de que el nuevo jefe de los Mossos debía prestar declaración al día siguiente, 23 de febrero, ante la juez Lamela y el lunes 26 ante el juez Llarena.

Señalé a Zoido que Ferrán López, el nuevo jefe de los Mossos, iba a declarar en las próximas horas y que, según mi información, se aprestaba a defender ante Lamela y Llarena su actuación como número dos -y por ende la de su superior Trapero- durante los acontecimientos de septiembre y octubre de 2017.

¿Cómo se explicaba -inquirí- el nombramiento de López? Esta fue la respuesta de Zoido: "El nombramiento es mío. Conté con información muy fidedigna en el sentido de que el señor López no había participado en el dispositivo que organizó Trapero. Cuando López vino a verme a mi despacho para agradecerme su nombramiento, le dije que solo le pedía tres cosas: actuar dentro de la legalidad, cumplir el Estatuto de Autonomía de Cataluña y acatar la Constitución Española".

El viernes 23 y el lunes 26, López reivindicó la actuación de los Mossos el 1-O, es decir, se identificó con todo lo que había hecho su jefe Trapero. Es posible que el carácter diplomático y el talante cordial de López y su buena relación con el coronel Pérez de los Cobos, por un lado, y la simpatía que le profesaba el entonces secretario general técnico del Ministerio del Interior, el mallorquín Juan Antonio Puigserver Martínez, llevaran a Zoido a considerar que el respeto del escalafón sería una acertada decisión para calmar a los Mossos.

Zoido optó pues por el juego del poli malo y el poli bueno. Trapero tenía que pagar la factura y su número dos, Ferrán López, le podía rendir unos servicios muy valorados en aquellos días. Problema: había que segregar a Ferrán López del ejército de Pancho Trapero Villa. Y Zoido, pragmático, no vio ningún problema de principios en ello.

Hay un paralelismo en la conducta de Zoido y la del juez Pablo Llarena. El primero no vaciló en escoger al número dos de la presunta rebelión catalana como jefe de los Mossos; el segundo, después de describir en sus autos al ejército de 17.000 hombres armados como uno de los fundamentos del delito de rebelión rechazó incorporar a Trapero a la causa del Supremo.

Y hablemos, por qué no, de armas.

Ayer Consuelo Madrigal, que fuera fiscal general del Estado durante el gobierno de Rajoy entre el 13 de enero de 2015 y el 4 de noviembre de 2016, fecha en la que a su vez Zoido fue nombrado ministro del Interior del gobierno de Rajoy, preguntó al testigo por la compra de armas por parte de la Generalitat para los Mossos.

La fiscal introdujo el asunto al final de su interrogatorio. Quería saber si la preocupación del Ministerio del Interior respecto a los actos violentos en Cataluña era anterior a los hechos de septiembre y octubre de 2017, y si tuvo conocimiento de la compra de armamento para los Mossos en 2017.

El exministro apuntó que en noviembre de 2016 -acababa de ser nombrado- hubo una solicitud pendiente de compra de armamento que frecuentemente utilizaba, armas de guerra y municiones, asunto que se informó, como de costumbre al Ministerio de Defensa. Se autorizó a comprar las armas cortas y la munición habitual pero no los subfusiles y "armas que llaman de guerra", Zoido dixit.

- Se impidió la compra -preguntó la fiscal.

- No. Se entendió que no era necesario-respondió Zoido.

"Se impidió la compra". ¡Elemental mi querido Watson! Es la presentación "penal", por así decirlo, de una solicitud de compra autorizada parcialmente. Querían armas de guerra y lo impedimos. Es curioso que ninguno de los dos hizo referencia alguna al comienzo de la tramitación de la compra. Porque no interesa. El que comenzó la tramitación del asunto fue el consejero de Interior Jordi Jané, un hombre que la Fiscalía siempre presenta en su relato como un buen político catalán, precisamente por haberse marchado del gobierno ante la deriva del referéndum del 1-O.

Mira por dónde, Zoido apuntó ayer: "Hay gente buena en Cataluña".

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