Sólo el Estado español odia a España

Cataluña no ha renegado ni renegará de los vínculos culturales que la unen a España

Sebastià Alzamora
2 min

Todo Góngora es un repositorio digital en que se puede encontrar, como su título indica, toda la obra de Luis de Góngora, uno de los poetas más destacados del Siglo de Oro español, perfectamente ordenada y editada, incluyendo los materiales más desconocidos y / o menos divulgados. Por ahora es la mejor biblioteca existente en el mundo, digital o presencial, especializada en este autor. Una bendición de Dios de alta poesía y de excelente labor filológica, creada y alojada en la web de una universidad catalana, la Pompeu Fabra de Barcelona.

Es sólo un ejemplo de tantísimos que podríamos encontrar, en el ámbito de los estudios hispánicos y en todos los que queramos examinar. Nunca la cultura española (es decir, España: ¿qué es un país sino su cultura?) ha sido rechazada, despreciada ni menos odiada en Cataluña. Al contrario, es conocida, respetada, admirada y querida, e incorporada con toda naturalidad en nuestras vidas y en nuestros planes de estudio y currículos escolares, por mucho que lo nieguen todos los mentirosos y los farsantes de todas las Españas. Cataluña no es España, pero Cataluña no ha renegado ni renegará de los vínculos culturales que la unen a España, ni mucho menos de los afectos personales que cada uno de nosotros mantiene en dicho país. Afirmar lo contrario, como oímos una y otra vez hasta la extenuación, es una falsedad burda, tóxica e intolerable.

Ante tanta sevicia anticatalana y antidemocrática, es una alegría recibir la noticia del manifiesto que un centenar de artistas (ahora todo el mundo llama a los artistas "intelectuales") andaluces han firmado, en el que rechazan la aplicación del artículo 155 y piden mediación imparcial entre los gobiernos catalán y español, así como la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, legal y con todas las garantías. Poetas como Ángeles Mora, José Manuel Caballero Bonald y Luis García Montero, cineastas como Alberto Rodríguez y Benito Zambrano, actores como Antonio de la Torre y Juan Diego, cantautores como Lucía Sócam, Lara Bello y Kiko Veneno. Referentes vivos de la cultura andaluza, algunos nombrados Hijos Predilectos de Andalucía, poniendo en entredicho y en evidencia la actitud de Susana Díaz y del PSOE de Pedro Sánchez en el negro episodio del 155. Es la España que tampoco reniega de Cataluña, ni piensa hacerlo aunque proclame la independencia. Una España que también existe y que era hora que se hiciera oír.

Mientras tanto, España tiene presos políticos, tiene un rey que se dirige a los catalanes "que nada tienen que temer" (se ve que hay otros catalanes que sí deben tener miedo) y tiene un gobierno carcomido hasta las entrañas por la corrupción y por el fanatismo de extrema derecha, apuntalado por una ultraderecha aún más extrema y por un socialismo desnortado y decadente. Un Estado que se dispone a dar un golpe contra sí mismo con el único propósito de aplastar la diferencia. Sólo los que sostienen este Estado odian a España: son los mismos que ya la destruyeron en otros momentos de la historia y que ahora se mueren de ganas de repetir la proeza.

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