Memòria històrica

“Tenemos que sacar a la policía de la Vía Laietana”

Òmnium apresura al gobierno español para que la comisaría sea un espacio de memoria

Xavier Cervantes
3 min
La comissaria de la Via Laietana en una imatge del documental 'Què fem amb els espais de la repressió franquista?'.

BarcelonaEl Congreso de Diputados español aprobó el junio del 2017 una proposición no de ley presentada por el portavoz de ERC, Joan Tardà, para transformar la Jefatura Superior de Policía en la Via Laietana en “un centre memorial, documental y archivístico de la represión franquista en Catalunya”. Los diputados del PP votaron en contra, y los del PSOE a favor. Aun así, ni entonces el gobierno de Mariano Rajoy ni después el de Pedro Sánchez han hecho ningún gesto que indique que hay la intención de atender la petición de ceder el edificio a la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona para que puedan convertirse en un centro de memoria. Ante el silencio político del gobierno español, y para apresurarlo a actuar, Òmnium Cultural y diferentes asociaciones memorialistas han impulsado el documental Què fem amb els espais de la repressió franquista?, que se ha estrenado este viernes en el canal de YouTube de la entidad presidida por Jordi Cuixart.

“Tenemos que sacar a la policía de allá”, dice en un momento del documental Montse Torres, secretaria de la Asociación Catalana de Expresos Políticos del Franquismo (ACEPF) y afiliada al sindicato CCOO desde los años 70. El documental, por cierto, tiene una dedicatoria especial para Maria Salvo, la luchadora antifranquista muerta el 16 de noviembre: ella fue una de las muchas personas represaliadas en el centro de tortura y represión de la Brigada Político-Social en la Via Laietana. Sacar a la policía de allá es la condición primera para que la comisaría pueda convertirse en “un espacio ciudadano que se llene del reconocimiento a las personas represaliadas”, tal como dice Jordi Rabassa, regidor de Memoria Democrática del Ayuntamiento. Con él coincide Gemma Domènech, directora general de Memoria Democrática, que quiere “incorporarlo a la red de espacios de memoria democrática”. El propósito es seguir el ejemplo de centros como el Sitio de Memoria ESMA de Buenos Aires, el Museu do Aljube de Lisboa y el Museo del Stasi de Berlín, los tres modelos de liberación democrática de espacios ligados a la represión.

Torturas y vejaciones

La memoria de los torturados forma buena parte del relato del documental. Carles Vallejo trabajaba en la Seat cuando fue detenido el 1970. Lo torturaron durante veinte días a la jefatura de la Via Laietana y después estuvo seis meses a la Modelo. “En el momento que te detienen empieza la tortura”, explica Vallejo. También aparece Pep Martínez, el primer denunciante de torturas en el estado español, y Pilar Rebaque, de la Comisión por la Dignidad. Las mujeres represaliadas, después de Via Laietana, donde eran “humilladas y vejadas”, eran enviadas a la prisión de la Trinidad. “Allá no había funcionarias, sino las monjas Cruzadas Evangélicas de Cristo Rey, que nos tenían que reeducar”, dice Rebaque, para quienes la prisión de la Trinidad también tendría que formar parte de la memoria contra la dictadura junto con la Modelo, el Camp de la Bota y la comisaría de la Via Laietana.

El documental también cuenta con la colaboración del periodista Antoni Batista, pionero en la investigación de las atrocidades cometidas por una policía franquista que no fue depurada, porque “los mismos agentes siguieron en los mismos despachos” después de la dictadura.

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