BARCELONA

"Trabajo de noche pero más duro era ser mantero"

Cuatro ex vendedores ambulantes sin autorización, ahora contratados en Mercabarna como pescaderos, son los primeros casos de éxito del plan municipal

Silvia Barroso
4 min
Alassane Fall, un senegalès de 25 anys, treballant a l’empresa GranBlau, a Mercabarna. Va ser manter i ara és peixater.

BarcelonaQuería ser futbolista. Le decían que en Europa había muchas oportunidades. Dejó de hacer de electricista con su tío en Senegal para venir a Barcelona, la ciudad del Barça. Y se ha pasado tres años haciendo de mantero, huyendo de la policía, ganando una miseria. Había chocado con la realidad. Hasta que tropezó con uno de los planes de empleo creados por el Ayuntamiento de Barcelona para afrontar el problema del top manta "no sólo desde la perspectiva policial, sino de manera integral".

Ahora Alassane Fall, de 25 años, ya no piensa en ser futbolista. Tiene una vida normal y es feliz haciendo de pescadero en la empresa GranBlau, en Mercabarna. Trabaja de noche en una sala muy fría preparando el pescado -lo limpia, lo corta en filetes, lo empaqueta- para distribuirlo a restaurantes y otros clientes. "Puede parecer duro, pero más duro es hacer de mantero. Es mucho mejor que estar en la calle, nadie quiere estar en la calle haciendo venta ilegal, lo hacemos para no robar", explica. ¿Y el fútbol? "Ya lo he dejado. Si no tienes un agente, no hay manera. Yo era bueno [sonríe], pero ahora he cogido peso, ya es tarde. Es igual. Estoy contento".

Este joven senegalés es uno de los cuatro exvendedores ambulantes sin permiso que ya han completado el proceso que preveía el plan municipal para insertar a los manteros en el mundo laboral. A su lado, más tímida, está Adama Gueye. La chica llegó a Barcelona en 2008 en un avión y con un visado de turista. Ha estado una década sobreviviendo -malviviendo- gracias a la manta. Lo ha resistido porque aquí conoció a su marido y han tenido una hija, pero tampoco quiere ni pensar en volver a la venta ambulante en la calle.

A pocas calles de distancia, también en Mercabarna, está Souleymane Diamé en la empresa Gestión, Elaboración y Servicios (GES), de la familia Barrufet, tres generaciones de pescaderos. La sala donde se preparan filetes de pescado envasados al vacío, que luego se cocinarán en algunos de los mejores restaurantes de Barcelona, está a tres grados de temperatura. Souleymane, Abu para los compañeros, trabaja con la capucha puesta y un anorak bajo el delantal. Llegó en 2011 y no había conseguido regularizar su situación. Ahora está "muy contento y tranquilo" y ha aprendido "muchas cosas".

Un contrato de un año

Alassane Fall, Adama Gueye, Souleymane Diamé y Serigne Khadimlo -que trabaja en Comercial Glas Intermares- forman parte ya de las plantillas de tres empresas de pescadería del gran mercado de mayoristas de Barcelona. Tienen un contrato de un año y ganan 1.200 euros al mes, la mitad de los cuales los aporta Mercabarna mediante becas que la empresa pública tiene para favorecer la integración en el mundo laboral de personas que se han acogido a planes ocupacionales. Maite Palat, directora de organización y formación de Mercabarna, puntualiza que "normalmente se da una beca de seis meses a cada usuario, pero se ha hecho una excepción y se han dado dos a cada uno porque hace falta un contrato de un año para obtener el permiso de trabajo".

Palat se muestra entusiasmada con la capacidad de adaptación de los exmanteros. El hecho de que en su país haya una gran tradición de pequeños pescadores les ha ayudado, porque están familiarizados con el género. Pero lo que le ha llamado la atención es como se ayudan unos a otros. "Durante las prácticas, los que sabían más se ponían al servicio de los que sabían menos", recuerda.

Los empresarios que los han contratado para este primer año los miran como candidatos a quedarse en la casa. Nuria Gustems, gerente de GranBlau, glosa las virtudes. "Son trabajadores, prudentes y están encantados con un trabajo que mucha gente no quiere hacer. Nosotros queremos trabajadores implicados y que se queden en la empresa. Si el trabajo no baja, dentro de un año les haremos un contrato indefinido", augura.

La cooperativa, en proyecto

En total, once exvendedores ambulantes han hecho la formación para trabajar en Mercabarna -pagada por el Ayuntamiento- y ocho ya han recibido ofertas de trabajo de un año -con la ayuda de las becas-. Cuatro ya han podido regularizar su situación y se han incorporado a su puesto de trabajo, y los otros esperan tener los papeles pronto.

Hay 43 personas más en planes de empleo para otros sectores y 15 más en una cooperativa que impulsa Barcelona Activa y que se ampliará hasta 25 socios. El Ayuntamiento ha invertido un millón de euros en los planes de empleo y medio millón en la cooperativa entre el 2016 y el 2017. Las cifras del primer balance -79 exmanteros en proceso de encontrar una salida- pueden parecer pequeñas respecto a los 250 vendedores no autorizados que se calcula que hay en Barcelona en temporada baja. Lo admite el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, pero recuerda que sólo es un primer paso y que lo importante es que se ha demostrado que "una vía inédita en España es efectiva". "Se ha abierto un camino y otros muchos municipios lo seguirán", concluye.

Un proceso más lento de lo deseado por la ley de extranjería

"Dijimos que era posible y necesario abordar el problema de la venta ambulante no autorizada desde una perspectiva no sólo policial, y lo hemos demostrado. Un año después, hemos visto que se puede dar una salida digna a estas personas". Es el balance que hace del proyecto Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona e impulsor de la idea. Está satisfecho y esperanzado -el método se aplicará en otras problaciones-, pero no todo el monte es orégano. "Nos gustaría que el proceso fuera más rápido, pero por culpa de la ley de extranjería no es fácil", se lamenta. Carga las tintas contra el texto legislativo, pero no contra la aplicación que se está haciendo en este caso en la Subdelegación del Gobierno en Barcelona. El subdelegado corrobora la relación fluida que existe con el Ayuntamiento. "Se ha favorecido la colaboración y se trabaja para dar una respuesta rápida a estos expedientes", afirma Emilio Ablanedo. Según sus datos, sólo un permiso de trabajo solicitado dentro de este proyecto para los exmanteros ha denegado, en 2015, porque el interesado tenía antecedentes penales. El resto, están "concedidos o en estudio". Para Pisarello, la clave es que la ley de extranjería es "injusta e ineficaz. No permite aprovechar el talento y las aptitudes de personas que viven aquí y que están dispuestas a aportar su trabajo a empresas que los necesitan y que no entienden por qué el proceso es tan difícil y tan lento".

stats