Ver los vídeos para calibrar la violencia de la rebelión o sedición

¿Por qué no convertir la documental en lo esencial?

Ernesto Ekaizer
4 min
Imatge del pati interior d’illa del departament d’Economia per on va sortir la secretària judicial.

MadridEl registro de la consejería de Economía, Rambla de Cataluña 19-21, comenzó sobre las ocho de la mañana y acabó a las nueve o nueve y cuarto de la noche del 20 de septiembre de 2017. Esta duración, ¿se debió a una obstrucción de la labor de la justicia de los funcionarios del interior de la consejería o por la acción de masas tumultuarias y altercados en la calle? Según la letrada de la Administración de Justicia del juzgado de instrucción número 13, Montserrat del Toro, no ocurrió ni lo uno ni lo otro. Señaló que siempre en los registros hay cierta obstrucción pero que en este caso una de las funcionarias facilitó su trabajo aportándole claves de los ordenadores o facilitándole teléfonos fijos para llamar al exterior, en este caso al juez Juan Antonio Ramírez Sunyer. Pudo haber algún retraso por el hecho de que los detenidos en los registros que también ser produjeron en sus domicilios no acudieron para estar presente como estipula la ley durante los registros de cuatro despachos. Ni Jordi Sánchez ni Jordi Cuixart, que convocaron la manifestación de protesta frente a la consejería, obstruyeron dentro del edificio la labor de la comisión judicial, y, según vio la letrada, desde cierta distancia, sí dialogaron, en un despacho de la planta baja, en varias ocasiones con el teniente de la guardia civil a cargo de la comisión judicial como una especie de mediadores. Los cuatro despachos, en distintas plantas, fueron registrados y se hicieron cajas con el material a trasladar al juzgado. Los miembros de la comisión judicial, según la letrada, comieron bocadillos porque, dijo, uno de los Mossos “se había apiadado” de los presentes.

He aquí el relato de hechos. También hay un relato de emociones. La letrada quería subir, ya de noche, después de escuchar gritos y algunos cánticos -gritos y ruido, señaló- a la azotea pero alguien le recomendó que no lo hiciera. “Cuando subí entendí por qué me lo habían dicho”, apuntó la letrada. ¿Qué pudo ver? Esto: “Al mirar hacia abajo ví un mar de gente”. Tomó imágenes con su teléfono móvil para informar al juzgado, según explicó.

La letrada, finalizada la actividad, quiso marchar lógicamente a su casa, pero sintió miedo ante lo que había visto y estaba convencida de que estaba en peligro por la presencia de la muchedumbre. Se le ocurrió que debían enviar un helicóptero pero se lo tomaron a broma los que estaban junto a ella. Técnicamente, obvio es, era imposible. Rechazó la oferta de salir por la puerta principal y a través de un pasillo y finalmente la intervención del mayor Josep Lluís Trapero a quien se lo “ordenó previamente el juez Ramírez Sunyer” logró que saliera acompañada por los Mossos a través de la azotea de la segunda planta –“que es como la cuarta”, matizó- y saltando un murete de un metro, con ayuda de los Mossos, salió a través del teatro vecino, después de terminada la función, entre actores, poco después de medianoche.

La letrada ha hecho dos declaraciones: una en instrucción y la segunda, en el juicio. La primera el 16 de octubre de 2017 ante la juez Carmen Lamela en la Audiencia Nacional y por videoconferencia desde Barcelona. Allí ya explicó que el espectáculo que pudo ver era “dantesco” y todo estaba “desbocado”.

Una tercera declaración de la letrada se frustró en el Tribunal Supremo. A petición de la defensa de Oriol Junqueras, la letrada fue citada como testigo. En el Tribunal Supremo Montserrat del Toro solicitó prestar declaración como testigo protegido detrás de un biombo para que no se la reconociera. El instructor, Pablo Llarena, solicitó a las partes que dieran su opinión. La Fiscalía apoyó la solicitud. Los letrados de la defensas que conocen a la letrada por sus trámites cotidianos en el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona apuntaron que no creían que fuese necesario. Querían apreciar cómo explicaba los hechos del 20 de septiembre. El instructor canceló la comparecencia.

Al escuchar el interrogatorio uno se plantea si siendo la violencia el elemento típico del delito de rebelión ¿no tendría más sentido que el examen de los videos o fotografías- es decir la fase documental del juicio oral- tengan más relevancia que la percepción de los testigos?

El relato de la letrada remite a otra pregunta: ¿desafía la Constitución celebrar una manifestación como la del 20 de septiembre en protesta por los registros ordenada por el juez?

La comisión judicial cumplió sus objetivos, según la letrada, y por tanto no se obstruyó o impidió la acción de la justicia, uno de los cometidos, precisamente, del delito de sedición.

Y, por cierto, el coronel Diego Pérez de los Cobos, fue preguntado ayer por el abogado Francesc Homs sobre el estado de excepción.

El letrado dijo si al ver los hechos violentos que se acumulaban después de hacerse cargo de la coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del 21 de septiembre, y advertir las dificultades por la presunta falta de colaboración de los Mossos para impedir el referéndum, no había propuesto al Gobierno la declaración del estado de excepción.

-No -dijo el coronel.

El mayor Trapero será citado a declarar el próximo 14 de marzo.

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