'Beginning': los testigos de Jehová que arrasaron en el Festival de San Sebastián

'Beginning'

(4 estrellas)

Dirección: Dea Kulumbegashvili. Guion: Dea Kulumbegashvili y Rati Oneli. Georgia y Francia (2020). Con Ia Sukhitashvili, Kakha Kintsurashvili y Rati Oneli. Estreno en los cines

Con Beginning, la georgiana Dea Kulumbegashvili nos propone una prueba de fe. ¿Qué significa creer? ¿Qué significa ser buena persona y cómo podemos protegernos del mal? ¿De qué manera Dios, si es que existe, juzga nuestros actos? Son preguntas de respuestas inescrutables que modelan, por otro lado, el magma dramático de esta poderosa opera prima, gran triunfadora del último Festival de San Sebastián al llevarse cuatro premios, entre los cuales la Concha de Oro.

No son cuestiones gratuitas, porque Beginning nos sitúa en una comunidad de testigos de Jehová de la Georgia rural para seguir las turbulencias morales de Yana, la mujer del predicador. En una clase de catequesi a los niños de la congregación, Yana explica que "la Biblia dice que Satanás puede aparecer en forma de ángel de la luz”, advirtiéndolos del mal inherente en el corazón de los humanos. En una milimétrica secuencia inicial del film, la cineasta ya mostraba que el peligro es real: un atentado de odio religioso provocará el incendio del salón de oficios de la comunidad y encenderá una profunda crisis dentro del corazón de Yana. Es un fuego que todo lo quema y que, como señala Kulumbegashvili, nos muestra que en el principio no fue el verbo sino la violencia.

¡Y qué violencia despliega Beginning! Con una apuesta por el preciosismo y la rigidez y depuración de Tarkovsky, Haneke o Akerman, la directora subyuga los cuerpos al formato 4:3 y, al mismo tiempo, deja fuera de campo los elementos narrativos amenazantes, mientras que el silencio parsimonioso de las tomas fijas expone la sumisión de la protagonista al orden patriarcal que marca su vida. La revuelta personal de Yana toma, aun así, una vía contradictoria, entre la belleza de un viaje astral y la incomodidad de reconocer el deseo en un acto repulsivo. Una prueba de fe, al fin y al cabo.