Música

Dani Martín: "Querer gustarle a todo el mundo te genera un sufrimiento horroroso"

El músico publica 'Lo que me dé la gana', un disco contra las apariencias y las presiones sociales

Núria Juanico Llumà
5 min
Dani Martín presenta el disc 'Lo que me dé la gana'

BarcelonaDani Martín (Madrid, 1977) es, para muchas generaciones, el líder de El Canto del Loco. Pero desde la disolución del grupo el músico ha andado en solitario sin renegar de todo lo que le ha dado el pasado. A Lo que me dé la gana (Sony) Martín rompe sus límites musicales –hay desde cabaret hasta rap y una cumbia balcánica– para hablar de la necesidad de liberarse de los corsés sociales y de ser uno mismo.

¿Por qué has tardado cuatro años en lanzar un disco?

Cuando era más joven era más impulsivo, pero ahora me apetecía que cada gira y cada disco nuevo sonaran como si fuera la última cosa que fuera a hacer de mi vida. Decidí hacer un disco en el que me doy el permiso de jugar con muchos registros. Viajé y fui a buscar a gente que admiro para componer con ellos. He hecho un ejercicio de paciencia y de búsqueda, y con todo lo que fui reuniendo me he hecho un vestido a medida, con los colores que yo quería.

En La mentira

Los artistas hacemos cosas para gustar, y es difícil no querer gustarle a todo el mundo. Pero en realidad es una putada querer gustarle a todo el mundo. Durante mucho tiempo lo he querido hacer, pero ahora he tirado la toalla. Es imposible, te genera un sufrimiento horroroso, es agotador. Es como si todo el rato tuviera una voz que me está exigiendo la búsqueda de la credibilidad, el respeto, gustar a aquellos que crees que son mejor que tú. Yo no soy intelectual, ni hago rock ni hago indie, ni nada de todo eso que mi cabeza piensa que es lo más interesante. Tengo la sensación de que todos estamos todo el rato esperando que llegue algo, mientras en realidad nos está pasando la vida por delante.

Las redes sociales son, para muchos, la máxima expresión de esta necesidad de aparentar. ¿Qué papel juegan en tu vida?

Queremos demostrar a los otros qué bien que nos va la vida, dónde comemos, cómo son nuestras vacaciones… Tot esto ha cogido el protagonismo. Necesitamos muchos parapetos para sentirnos cómodos en la sociedad. Creemos menos en nuestros encantos. En las redes, o hago el imbécil, que me encanta, o hago música. Pero explicar a la gente dónde estoy, qué hago, me da miedo. También me parece que la gente que lo hace no lo disfruta lo suficiente. Si un día pudiera entrar en el camerino de Green Day, que me encantan, cuando saliera la última cosa que haría seria colgarlo en Instagram.

En cambio, viertes tu intimidad en la música y también la expones al público. Puede parecer contradictorio.

Lo que no me gusta es la frivolidad con la que se exponen ciertas cosas. Pero sí, muestro mi intimidad emocional a través de la música. Explico que soy sensible, que tengo miedos, que la violencia me hace daño, que no soy capaz de dejar de sentir cosquillas en la barriga y trabajar el amor. Son cosas que a mí me parecen más interesantes. Pienso en toda esa gente la vida de los cuales se basa en mostrar qué guapos que son, qué bien les quedan las prendas de ropa que les envían… Y de repente pienso que dentro de diez años quizás serán muy infelices. Si todo recae en tu culo, tu cara o tus bíceps, mañana no serán así. Hay que construir otras cosas que sí quedan para toda la vida. Es igual que Woody Allen sea feo y caiga mal, la cosa que importa son sus películas. Este baúl de cosas que ha ido almacenando toda su vida siempre estará ahí y será interesante. La rapidez de las redes sociales dejará muchas mentes rotas.

En tu baúl está la imagen del líder de El Canto del Loco, un ídolo de juventud para mucha gente. ¿Cómo te enfrentas al paso del tiempo?

La verdad es que no lo pienso. El hecho de ser el de El Canto del Loco no me ayuda a vivir la vida real. Es una cosa que es guai cuando estás arriba del escenario, cuando recuerdas cosas y ves lo que has conseguido. Pero creo que a mí me ha salvado el miedo, no creerme nunca que era alguien, ser inseguro. En el escenario soy muy seguro, pero en la vida no tanto. Soy alguien muy irracional, con muchas dudas. A veces esta apariencia da una imagen equivocada. Es mejor no vivir pensando quién eres, porque si no te vuelves loco. Ser artista las 24 horas del día debe de ser agotador.

El nuevo disco está envuelto de nostalgia por el pasado. Si pudieras volver atrás, ¿a qué momento de tu vida querrías volver?

Echo de menos cuando no formaba parte de la industria discográfica, ni conocía qué era un grupo de rock o un artista. Simplemente entraba en mi habitación y me ponía música, la que me generaba emociones. Y escuchaba La Polla Records, Camarón, Los Ronaldos, Red Hot Chilli Peppers, Green Day, rap. No tenía ningún prejuicio. Si me gustaba alguien de la televisión, me gustaba. El hecho de no tener filtros por las cosas me encantaba. Pero si pudiera volver al pasado también querría estar con mi hermana. Sería increíble, la cosa más bonita de la vida. Es verdad que en mis letras siempre hay un poco de nostalgia. Recuerdo mi niñez, mi barrio, los amigos, los veranos, pero porque todo lo que he construido hasta llegar donde estoy es gracias a todo eso.

Dani Martín durant la promoció del nou disc

Hace unos años decías al ARA que no te veías volviendo a cantar La madre de José

Pues ahora te diría que me encantaría cantar La madre de José, porque es una canción mía, la escribí yo y me merece muchísimo respeto. Es verdad que es una canción más caduca y muy popular, y acabamos hartos, y te vienen ganas de no volverla a tocar más. Pero tú pones La madre de José en un garito con gente normal y se vuelven todos locos.

Hay alguna canción que digas: "Esta no, ya está"?

Antes tenía muchas. Zapatillas, Besos... Porque me prejuzgo a mí mismo y pienso: "Qué letra más pueril", "esto pertenece a un momento concreto de mi vida". Pero después me digo: "¿Por qué no dejo de juzgarme a mí mismo?" Supongo que los Rolling Stones tampoco deben de sentir firmemente lo que escribieron en Brown sugar o a Satisfaction, pero forman parte de su vida. Estas canciones forman parte de una generación, y la generación las quiere escuchar. Nos tenemos que juzgar menos a nosotros mismos y ser lo que somos. Y yo soy La madre de José.

La pandemia está causando estragos en todas partes. Habías hecho conciertos muy multitudinarios años atrás, pero ahora has tenido que posponer la gira hasta abril del año próximo. ¿Cómo afectará el coronavirus al sector?

La cosa más dura es que ya está afectando a los que no se ven, a los que están detrás montando este tipo de espectáculos. Ya no se los necesitará tanto. Hay muchísimas familias pasándolo muy mal. Pero también afecta a la hostelería, las mercerías, el mundo del taxi, todo. Es un problema global, y como tal tendríamos que estar más unidos. A estos señores que nos están gobernando les tendríamos que demostrar que nosotros hemos hecho todo lo que se nos ha pedido. Necesitamos unidad, buenas palabras. Parece que estemos viviendo una guerra política, además de la sanitaria. Basta.

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