Paul Preston: "Franco murió con una fortuna de unos 400 millones de euros en dinero de hoy"

El historiador, deprimido por el Brexit y la situación en Cataluña, publica 'Un pueblo traicionado'

Antoni Bassas
7 min
PAULPRESTON: “Franco va morir amb una fortuna d’uns 400 milions d’euros en diners d’avui”

Cuando apunta a los orígenes de la corrupción se remonta al Lazarillo de Tormes.

Sí, claro. La picaresca es genuinamente española, pero corrupción hay en todas partes, también en Inglaterra. El caso de España y también del sur de Italia y de Grecia es una cuestión de pobreza. Lo más triste es que España fuera pobre cuando había hecho un grandísimo imperio. En Inglaterra se ve algo parecido: el imperio enriqueció a sus dirigentes. El otro día pensaba que durante la segunda mitad del siglo XIX Gran Bretaña tenía el mayor imperio del mundo, con una riqueza que puede verse en la arquitectura de Londres, pero al mismo tiempo Charles Dickens describía en sus novelas las terribles condiciones en las que vivía la clase trabajadora.

Ha contado que entre el 1814 y el 1981 en España hubo 25 pronunciamientos militares y habla del trauma posimperial que pasó el ejército español tras perder Cuba en 1898, hasta el punto de que se conjuraron para no perder nunca más ninguna parte del territorio; y de ahí la obsesión por la unidad.

En 1898 ya hacía muchos años que el ejército español no ganaba ninguna guerra fuera de casa, y creo que esto también les inclinaba a no pensarse como el instrumento para proteger la nación del enemigo exterior, sino del enemigo interior. ¿Pero cuál es el enemigo interior y de quién? Evidentemente, el enemigo de la clase dominante era el pueblo. En un país dividido socialmente, cuando la clase dominante debía elegir entre reforma o represión, elegía represión para conservar su riqueza. De ahí la alianza con las fuerzas represivas. Esta es la noción existente en el ejército o entre algunos generales: los únicos españoles realmente españoles eran ellos. Esto se ve perfectamente durante el franquismo. Es un poco crudo decirlo así, pero es la alianza entre los ricos que necesitaban una guardia y los militares que se aprovechaban. Se ve en el caso de Cambó, que me parece escandaloso: uno de los padres del catalanismo (o el tío, al menos) se pone al lado de Franco en cuanto empieza la Guerra Civil.

¿Cuál ha sido la función de la Guardia Civil en la historia de España?

Cuando se fundó, en los años 40 del siglo XIX, era como un ejército de ocupación de la España rural para proteger a los terratenientes. Me di cuenta haciendo la tesis doctoral: el concepto que había de la Guardia Civil entre los campesinos y la gente de izquierdas era de una fuerza brutal y cruel. Esto ha cambiado con la democracia. La Guardia Civil, hoy, es más bien la de las novelas de Lorenzo Silva.

¿El franquismo fue el momento culminante de la corrupción?

Sí, evidentemente. Era una cleptocracia. ¿Pero qué era la dictadura de Primo de Rivera? Lo que pasa es que Franco presidía un estado cleptocrático con una represión cruel. He calculado que Franco murió con una fortuna cercana a los 400 millones de euros, en dinero de hoy. Al mismo tiempo era un tipo muy tacaño. Franco y su esposa, Carmen Polo, tenían almacenes llenos de regalos, habitaciones con armarios llenos hasta el techo de cajones con joyas. Pero, en cambio, cuando despidió a su médico personal de toda la vida, Vicente Gil, sólo le regaló un televisor de los que le habían regalado a él.

¿Qué le ha parecido la exhumación del Valle de los Caídos?

Ya era hora. Aun así, trasladar el cadáver más cerca de Madrid sólo facilitará las peregrinaciones de sus seguidores. Además, ahora se tiene que resolver el caso de José Antonio Primo de Rivera y los cuerpos de los republicanos almacenados allí. El Valle fue una idea de Franco, pero no como monumento a los caídos de la guerra. Eso es una gran mentira. Desde el primer momento quería que fuera un monumento a su obra, y después, el monumento a los caídos, robando cadáveres de republicanos sin el permiso de los parientes. Hay que pensar en lo que costó en dinero y en el sufrimiento de los 20.000 trabajadores que lo levantaron a la fuerza. Hacer casi una catedral de roca sólida es increíble, y por eso yo creo que no se debe demoler: debe convertirse en un lugar de memoria, podría ser un gran museo de la Guerra Civil. Durante el franquismo hubo un servicio de limpieza nacional, con el control de la educación y los medios de comunicación, y se creó lo que llamamos el franquismo sociológico. Y como la democracia no creó un servicio de limpieza democrática, en España todavía hay muchos franquistas o mucha gente que se ha criado en un ambiente franquista. Que haya un monumento al dictador culpable de la muerte de miles de muertos parece increíble, ¿no? No se puede imaginar que en Berlín hubiera un monumento a Hitler.

La diferencia es que Hitler perdió y Franco ganó.

Claro, sí, y en Alemania hubo un proceso de desnazificación, cosa que no se ha hecho en España. Pero alguna vez he pensado que lo mejor habría sido lanzar el cuerpo de Franco al mar. Su gran ambición era entrar en la marina y no pudo, pero siempre que podía se vestía de almirante y le encantaban las ceremonias navales. Cuando visitó Salazar en Lisboa, por ejemplo, no fue en tren desde Madrid, que era la ruta más fácil, sino que fue a la Coruña, y con una flota de barcos de guerra llegó al puerto de Lisboa. Creo que era su gran obsesión.

Usted escribió una biografía de Franco que casi permite conocerle en su intimidad psicológica. ¿Cree que pensó que un día le sacarían del Valle?

No, porque una de sus ambiciones, quizás la central, es que todo fuera eterno. Por ejemplo, la manera de hacer la guerra, y ya durante la posguerra, la idea de eliminar físicamente todos los republicanos. Siempre digo en broma que Hitler habló del Reich de 1.000 años, pero que esto, para Franco, era lo que llamamos en inglés shorter thinking. Él quería un régimen para siempre, y los que dicen que Franco planeaba la democracia para el día que no estuviera cometen un error absurdo. Él pensaba siempre en la persistencia del régimen después de su muerte.

La corrupción del PP en la época de Aznar, la del PSOE, la de la época de Jordi Pujol, la de la familia real española... ¿son una continuación natural de las corrupciones de los siglos XIX y XX?

Sí, y ésta ha sido para mí la parte más difícil del libro, porque, con la excepción del PP, hay grupos que yo había admirado. Yo había hecho una biografía del rey Juan Carlos muy favorable. Me entristeció mucho también la cuestión de los Pujol, a quien había tenido en la London School. El caso de Aznar es muy fuerte, porque él cuando tomó el poder dijo a Felipe González: "Nosotros eliminaremos la corrupción, no seremos como vosotros", y la corrupción del PP ha sido mucho peor. A veces pienso que la corrupción que ha habido después de Franco, la de la democracia, por decirlo así, está basada en la idea del "Ahora nos toca a nosotros".

En el caso del rey, ¿está basada en el recuerdo del exilio de Roma o de Estoril, cuando dependía de las donaciones de la nobleza o las grandes fortunas?

Quizás sí, pero esto depende de los bolsillos que necesites para vivir. Quizás lo miro con cierta candidez (me pasa igual que con los futbolistas), pero es algo que no entiendo. Sólo puedes conducir un coche a la vez. Sólo puedes cenar una vez cada noche. Con todo, cuando Alfonso XIII fue al exilio, pudo sacar de España una fortuna colosal.

Que el título del libro hable de "pueblo traicionado" ¿no es una idealización de las virtudes del abnegado pueblo español?

Sí, tienes razón, pero es lo que creo. Quizás porque en todos mis libros me pongo al lado de las víctimas. Cuando he escrito libros sobre la Guerra Civil siempre me ha emocionado lo de los últimos días de la República. Machado decía que la gente seguía luchando por los valores republicanos, los derechos de la mujer, todo lo que significaba el progreso, la educación... Todo esto siempre me ha inspirado mucho. Claro que, como te decía, estás hablando con un cándido.

¿Debemos considerar este libro su obra definitiva sobre la historia de España? ¿Es una despedida?

No, ¡espero que no! Por lo menos tengo previsto escribir unos cuatro libros más, si mi salud me deja.

¿Qué le parece lo que está pasando en Cataluña?

Hombre, me parece un desastre. Mi especialidad es el pasado, y tengo muchos problemas con el presente, pero para mí esto es una conjura de los necios. Lo veo muy parecido al Brexit. Hay tantos errores, tantas mentiras, a ambos lados, y en ambas situaciones, ¡la catalana y el Brexit! Es fácil decirlo, pero todo esto se habría podido hacer de manera más gradual y realista. Protestas masivas hay, como las de la Diada o las del centro de Londres protestando contra el Brexit. El Brexit me tiene deprimido de una manera horrible, al igual que la situación en Cataluña, porque todo el mundo sabe que soy catalanófilo e hispanófilo.

¿Se había imaginado que vería Boris Johnson en el número 10 de Downing Street?

No, es como si en España hubiera un gobierno de coalición con Tip y Coll. Johnson es un mujeriego importante y tiene un don para mentir. En comparación con Theresa May, que era una persona muy gris, Boris es el gracioso, ha salido en programas de comedia en la televisión. Y detrás hay una especie de Rasputin que se llama Dominic Cummings, que es una persona que le planea todo lo que hace. Es horrible.

Perfil

Hagan un hueco en el estante para una nueva obra monumental de Paul Preston (Liverpool, Inglaterra, 1946), Un pueblo traicionado (Debate, edición en castellano; Base, en catalán). No se dejen desorientar por el título. Se trata de una historia de España entre el 1874 y las elecciones de abril de este 2019 escrita desde un ángulo concreto: el de la corrupción y la incompetencia. ¿Por qué? "Quería hacer dos cosas: una historia de España puesta al día que pudiera rivalizar con el famoso libro de Raymond Carr, y para no aburrirme mucho [ríe] pensé que sería interesante pasarla por el filtro de la corrupción, la incompetencia política y su consecuencia, que es la división social". Preston es uno de los grandes biógrafos de Franco y un especialista en el franquismo, por lo que esta semana le han silbado los oídos en su casa, en Londres. Él lo habría solucionado de otra manera.

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