Van den Eynde y el imposible don de la ubicuidad

No pudo asistir a Junqueras por estar en el Supremo con Forcadell y estará en Luxemburgo el lunes

Ernesto Ekaizer
3 min
Van den Eynde assegura que Romeva "no té gaires incentius" per respondre a l'Advocacia i la Fiscalia

MadridAndreu Van den Eynde carece, como todo ser humano, del don divino de la ubicuidad, un don que hubiera necesitado en la causa del procés en el inicio de las diligencias, con las declaraciones, en noviembre de 2017, de sus clientes, Carme Forcadell y Oriol Junqueras, y otros dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) imputados, y también el próximo lunes, día 14 de octubre, cuando se notifique la sentencia, cuando ya estará en Luxemburgo.

La magistrada instructora de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, citó el 2 de noviembre de 2017 a Junqueras y los dirigentes independentistas imputados que habían perdido su condición de aforados tras la disolución del Parlament por aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y para ese mismo día, el magistrado instructor del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, también convocó a prestar declaración a la que todavía permanecía como presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y a los miembros de la Mesa.

Van de Eynde envió un escrito la noche del 1 de noviembre a la Audiencia Nacional a través del sistema informático lexnet en la que solicitaba aplazar la vista por no poder estar presente ya que debía asistir a Carme Forcadell en el Supremo.

Al dia siguiente, nada más conseguir el aplazamiento de las declaraciones en el Supremo, Van den Eynde salió corriendo para atravesar la plaza de la Villa de París que separa al Supremo de la Audiencia Nacional. Demasiado tarde.

La magistrada Lamela no suspendió la declaración como había solicitado el letrado la noche anterior. Durante la vista, ninguno de sus compañeros advirtió que Van den Eynde estaba en el Supremo. Ese día, precisamente, Lamela dictó el auto de prisión para Junqueras y los otros imputados.

Van den Eynde recurrió la decisión invocando su comunicación por lexnet del 1 de noviembre. Lamela en su auto confirmatorio de su decisión de mantener las declaraciones explicó que la comunicación que el letrado envió no se había abierto hasta la tarde del día 2 de noviembre, cuando las declaraciones ya había tenido lugar.

Ahora cuando el tribunal del procés va a dar a conocer la sentencia, el próximo lunes, día 14, Van den Eynde estará en Luxemburgo, en la vista del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la cuestión prejudicial de la inmunidad de Junqueras, planteada por el Supremo en una reinterpretación de la solicitud de su letrado defensor. Y no regresará a Barcelona hasta el lunes por la noche, lo que le impedirá visitar a su cliente en la cárcel de Lledoners el mismo día de notificación de la sentencia.

Van den Eynde acude a Luxemburgo para exponer que el Supremo debe solicitar la autorización al Parlamento Europeo en orden a mantener a Junqueras en prisión, aunque los hechos por los que ha sido enjuiciados son anteriores a su elección como eurodiputado el pasado 26 de mayo.

Tanto el Parlamento Europeo como la Comisión Europea, empero, han echado balones fuera en sus alegaciones ante el TJUE. Según señalan, no pueden inmiscuirse en un proceso electoral nacional, y apuntan que a Estrasburgo no llegó el nombre de Junqueras en la lista enviada desde España. Al tiempo, señalan que la inmunidad arrancaría con la constitución del Parlamento Europeo el 2 de julio, sesión a la que no acudió Junqueras. Precisamente, no pudo hacerlo por estar en prisión y carecer de permiso al denegar el Supremo el primer paso, a saber, acudir al Congreso de los Diputados para jurar o prometer el cargo de eurodiputado el 17 de junio.

Van den Eynde no sabe qué se va a encontrar el lunes 14 en Luxemburgo. Las partes deben exponer durante 15 minutos y someterse a las preguntas de los jueces. Luego el abogado general expondrá in voce sus conclusiones. Pero Van den Eynde no descarta, por ejemplo, que antes de comenzar la sesión se informe que dictada la sentencia en España ese mismo día, 14 de octubre, el tribunal resuelve anular la vista porque la cuestión prejudicial ha perdido su eficacia.

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