La dependencia de los 'lobbies' dinamita la coalición PP-Ciudadanos en Madrid

La directora de Salud evidencia que la salud no es lo que importa en la solicitud de la Fase I

Ernesto Ekaizer
4 min
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MadridEl martes 5 de mayo, la directora de Salud de la Comunidad de Madrid, Yolanda Fuentes, entregaba al Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso el informe que echaba agua al vino de la ya anunciada solicitud, desde hacía varios días, de pasar a la fase primera de la desescalada por parte del vicepresidente de la CAM, Ignacio Aguado, miembro de la ejecutiva de Ciudadanos.

Ese mismo día 5, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, dio un titular que ya había ofrecido a una revista. "De nada sirve que una persona no se mueva de su casa, que cumpla a rajatabla todas las normas aunque se esté empobreciendo, para que después baje al 'súper' y le contagien allí. Es como si prohibiéramos los coches para evitar accidentes. Todos los días hay atropellos y por eso no prohíbes los coches".

Esta ocurrencia tenía su inspiración. Sus colaboradores en la Real Casa de Correos, sede de la CAM, son expertos en reciclar tuits y mensajes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Precisamente, en su rueda de prensa del 23 de marzo el presidente norteamericano había lanzado su genialidad: "Los accidentes automovilísticos provocan mayor número de muertes. Eso no significa que vamos a decirles a todos que no conduzcan más automóviles. Tenemos que hacer cosas para abrir nuestro país ".

Pero el informe de Yolanda Fuentes del martes 5 de mayo no vendía mensajes mediáticos, la pretendida especialidad de Díaz Ayuso.

Fuentes es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de la Laguna y especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Desarrolló su actividad profesional en diferentes hospitales: el 12 de Octubre e Infanta Cristina, directora médico del Hospital Carlos III durante cuatro años, entre ellos los del ébola donde coincidió con el doctor Fernando Simón, y subdirectora médico del Hospital La Paz durante más de tres años.

En el primer folio de un informe de 28 páginas, la directora anunciaba su conclusión: “En las próximas semanas es previsible que se pueda tener el control epidemiológico y poder pasar a la fase de transición. En estos momentos evaluando los datos disponibles, no es recomendable cambiar de fase”.

Díaz Ayuso pareció comprender a Yolanda Fuentes. Porque el miércoles 6 de mayo, en una entrevista con Radio Nacional de España, señaló que Madrid “no tendrá prisa por entrar en la fase 1 de la desescalada”. Y añadió que el consejo de gobierno lo iba a decidir en las próximas horas.

Tras empezar la reunión y en medio del debate sobre si solicitar o no la desescalada, la presidenta se marchó. El vicepresidente Aguado, ansioso por sacar adelante la solicitud de la fase primera expresó su malestar. El examen de la situación se pospuso hasta la tarde. El gobierno, finalmente, aprobó, sobre las 20:horas, la petición de la fase primera a Sanidad a partir del lunes 11 de mayo.

Tanto el informe de Yolanda Fuentes como las diferencias internas ya habían provocado el incumplimiento del plazo de entrega de la solicitud a Sanidad, que vencía para todas las comunidades autónomas a las 14:00 horas del miércoles 6. El jueves el equipo de la CAM se reunió con Sanidad y acordó enviar su solicitud el jueves por la noche.

Pero el informe de la directora de Salud ya no servía. Porque, precisamente, fundamentaba que no se cumplían las condiciones (“En estos momentos seguimos teniendo más pacientes Covid ingresados en UCI que la capacidad habitual de camas UCI en la Comunidad de Madrid”), lo contrario de los que pretendían Aguado y Ayuso. Había que reelaborar, pues, los datos para justificar la solicitud de la desescalada.

El jueves, al conocer la nueva posición de Díaz Ayuso, la directora Fuentes decidió presentar su dimisión. Lo único que trascendió: no eran criterios de salud los que fundamentaban la petición de la fase primera.

Esa noche del jueves la presidenta designaba al mediático Antonio Zapatero viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 mientras se hacía un copia y pega de datos. La CAM los enviaba, sobre las 22:00 horas, a Sanidad. No llevaba ninguna firma.

¿Qué pasó? Díaz Ayuso ha explicado, como quien no quiere la cosa, la raíz del problema. No tuvo tiempo, dijo, de hablar con Yolanda Fuentes. Pero, en cambio, se concentró en otro frente: mantuvo reuniones con los empresarios.

Otra vez su equipo recicló a Trump, quien el miércoles 6 había dicho a la cadena Fox News que las muertes eran el precio de la reapertura. "Tenemos que ser guerreros. No podemos mantener nuestro país cerrado durante años".

Ayuso lo explicó el viernes 8 en el programa de Ana Rosa: “La directora no quería dar el siguiente paso. Yo sí. Yo también hubiera sido la primera que me hubiera quedado esperando pero, es cierto, que también a lo largo de la semana, según me he reuniendo con distintos sectores económicos, que son los que levantan la economía, los que emplean, y viendo también la situación que tenemos con las familias más vulnerables, y viendo que las UCIs las podemos estirar, hay que tomar una decisión".

Díaz Ayuso y su equipo sabían que la solicitud a la fase primera no tenía pase. Por eso la solicitud no lleva firma. El PP prefirió mantener la aparente unidad con Ciudadanos y dejar la decisión en manos del “gobierno central” a sabiendas de la negativa que recibiría.

Las empresas y sus lobbies consiguieron los recortes de la sanidad pública y la privatización (llamada elegantemente externalización) durante la presidencia de Esperanza Aguirre, un proceso cuya última fase fue frenada en 2014 por la justicia durante la presidencia de Ignacio González.

Y esos lobbies siguen donde estaban. Detrás de Isabel Díaz Ayuso y con gran fuerza detrás de Ignacio Aguado, el impulsor de la fallida fase primera.

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