De Mandela a Messi

John Carlin busca los secretos del juego del argentino en un documental

Enric Jové
4 min
Carlin explora la relació entre l’esport i la política als seus documentals, però un l’ha dedicat a Messi.

Si no eres de Amazon Prime, hazte. No lo hagas porque quieres recibir mañana las últimas botas de fútbol, hazlo para ver el último documental sobre Messi gratuitamente. Vale la pena. El autor, el maestro John Carlin, ha vuelto a escribir una maravilla deportiva tal como hizo en 'El factor humano' (en el que se basó la película 'Invictus'), pero esta vez el formato que ha utilizado, plenamente actual, es un documental llamado 'Wonder', dentro de una serie llamada 'This is football'.

El último capítulo es una pieza dedicada al mejor jugador de la historia. Opinión consensuada por todos aquellos que aparecen, desde un taxista hasta todo tipo de académicos. Eso sí, no han invitado a Pelusa Maradona, que seguramente estaría en contra. La búsqueda del legado de Messi se hace en el entorno de la admiración global de los fans de cualquier procedencia geográfica, cultural y religiosa. El profesor David Sumpter, un matemático que ha estudiado la toma de decisiones en el fútbol, distancia a Cristiano, un jugador único en una generación, del chico de Rosario, único en una vida. Razona que la probabilidad de que aparezca un nuevo Leo es de una cada 74 años. El científico de la Universidad de Uppsala ha analizado los toques de balón y los movimientos para buscar donde nace su genialidad y la ha encontrado en la creación de geometrías en el césped. Rompe la capacidad de defenderse de los oponentes mediante la búsqueda de cambios direccionales constantes que encuentran nuevos espacios que alejan a los defensores.

Rio Ferdinand, mítico defensa central del Manchester United que perdió dos finales de Champions con el Barça, lo resume ridiculizando voluntariamente: "No podía defender, porque no conseguía acercarme". ¿Por qué? Porque la respuesta es la velocidad de pensamiento de los jugadores en el campo, y en eso el argentino también es superior. Facundo Manes, un neurocientífico cognitivo, dice que somos nuestro cerebro. La musculatura y los movimientos parten de la cabeza y las neuronas. Allí es donde hay que buscar la ventaja de Leo. Las inteligencias van mucho más allá del coeficiente intelectual. En la inteligencia futbolística de Messi es donde nace su superioridad: capacidad de predecir lo que pasará y decidir qué debe hacer en menos tiempo. Pero Manes recuerda que el contexto es imprescindible en la ciencia de la gestión del talento. El Barça es Messi el que Florencia fue a Leonardo da Vinci o Michelangelo. Quizás en este contexto es donde hay que encontrar su fracaso con la selección, según el científico.

El papel de Guardiola

Evidentemente, en el documental tiene un papel de protagonista Guardiola, un filósofo de las banquetas convertido en el entrenador en activo con más pedigrí para hablar del crack. Pep cree que Messi es el mejor cerebro analítico que ha visto en el fútbol: sus ojos son un radar que miran lo que pasa alrededor, mientras su cerebro decodifica los espacios y el panorama de un partido en menos de diez minutos de juego para tomar las decisiones correctas. Guardiola reconoce que reorganizó su concepto futbolístico para adaptarlo al juego de Leo. ¿Cómo? El balón tenía que buscar a Messi, haciéndolo omnipresente en la construcción del equipo. Guardiola afirma que su influencia en el futbolista es cercana a cero, que Messi es el Mozart del fútbol solito, aunque seguramente hay algo de falsa modestia por parte del técnico.

A medio documental, los compases de un tango y una bailarina se sincronizan perfectamente con los movimientos del argentino. Fútbol a ritmo de tango, un baile que vive de la improvisación y utiliza todo el cuerpo, y no sólo los pies, para determinar la excelencia. Viajan a Rosario en busca de razones, pero queda claro que la esencia es genética pura. Ni los potreros ni la escuelita del Newell's son garantía de nada, sólo del origen. Paco Seirul·lo, un intelectual en las bambalinas de Can Barça, dice que sus estadísticas son contradictorias: es el jugador que menos suele correr, el que menos sprints de alta velocidad hace, el que menos participa del juego colectivo..., pero es la eficiencia convertida en jugador de fútbol. Su sola presencia determina un partido. No es lo que hace, sino lo que no hace o hace que hagan los demás. El tiempo es más determinante que el espacio, lo realmente importante es el tiempo en que estamos haciendo algo en un espacio. En esencia: Einstein juega al fútbol disfrazado de Messi. Traducido para buscadores de futuros jugadores: el secreto son más apoyos que ningún otro jugador en el mismo tiempo, esto le permite controlar la dirección mejor que nadie. Muy fácil, cuando estás en el aire no puede cambiar de dirección; por tanto, hay que buscar más pisadas y cambiar de trayectoria mediante los cambios de velocidad amparados en pasos muy pequeños. Esto lo define, esto es el principio de la relatividad absoluta futbolística serul·liana: hay que anticipar los espacios donde no confluyen las trayectorias.

En el documental, gracias al Sr. Macri, Messi recibe el indulto del presidente de Argentina por no haber ganado un Mundial. Macri agradece a Messi ser argentino y lo califica de regalo de Dios para el país. Eso sí, estamos ante un presidente que no es peronista. Por lo tanto, esto todavía no es populista en este país sudamericano.

Vuelvo a Guardiola, que equipara al argentino a Michael Jordan en belleza deportiva. ¿Entonces Cristiano es LeBron? Si fuera así, felicidad extrema, estoy totalmente de acuerdo. Quedan frases que podrían haber salido de la capacidad sintética-gramatical-creativa de Valdano o Cruyff. Messi es gestión del espacio-tiempo. Los otros jugadores juegan a cámara lenta a su lado, ya que siempre le sobra un segundo. Es como Neo de Matrix en los estadios de fútbol (esta es mía). Usa la geometría para cambiar la forma de las defensas, manipulando los espacios en su interés ególatra, porque piensa en más dimensiones que cualquier otro jugador.

Disfrutemos de Messi un año más, nos lleve o no "la Deseada". Esto se acabará, pero los documentales como éste nos lo harán eterno. El autor británico ha llegado a declarar que no es de ningún equipo, que él es de Messi. 'Wonder and clever', Mr. Carlin. Ha cambiado el canal pero el mensaje es igualmente magnífico. "El medio es el mensaje", dijo McLuhan. Pues sí.

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