De Jong choca con la realidad

El centrocampista holandés no esconde públicamente que aún necesita encontrar su sitio

Xavi Hernández Navarro
3 min
De Jong va jugar de titular al Gamper, però encara no ha coincidit sobre la gespa amb Sergio Busquets.

Con las mejillas rosadas y la frente brillante, víctima de un bochorno insoportable, Frenkie de Jong recogió el domingo la estrella dorada que le acreditaba como el mejor jugador del Trofeo Joan Gamper. La escena incomodó al holandés, que correspondió al premio con una media sonrisa protocolaria cuando lo normal era que hubiera enseñado la dentadura generosamente. Desde el banquillo del Camp Nou, sudados por el calor y por la alegría final del gol de Luis Suárez, sus compañeros también notaron que algo le inquietaba. De ahí que Gerard Piqué, veterano, le llamara "¡Bien, bien!" Mientras acompañaba la gran ovación del estadio y, al mismo tiempo, se deleitaba con la forma entrañable de refunfuñar del recién llegado.

De Jong, siempre activo cuando la pelota rueda, tampoco se esconde a la hora de dar explicaciones. Ya lo demostró la temporada pasada con el Ajax, cuando supo dar la cara, por ejemplo, tras caer eliminado en el último minuto del partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones contra el Tottenham: había defendido mal un gol de los ingleses en un momento en el que Amsterdam ya celebraba la clasificación para la final de Madrid. Es cierto que el domingo la cita era mucho menos importante, pero el centrocampista holandés no baja la guardia si toca hacer autocrítica. Y cuando le pidieron por su actuación en el Trofeo Joan Gamper, no quiso hacer equilibrios innecesarios: "No me esperaba que me dieran el MVP, no me lo merezco. Creo que no he jugado bien, que puedo hacerlo mejor". A título individual, hizo un análisis sin rodeos. Él habría entregado el galardón en cuestión al uruguayo Luis Suárez, verdugo del Arsenal 'in extremis', o a Riqui Puig, siempre atrevido en los metros finales. Por decir algo.

Buscando el sitio

A nivel colectivo, sin embargo, la valoración de De Jong fue aún más impresionante. O más honesta. "Podemos presionar mejor y estar mejor con el balón. La idea y la filosofía del Ajax y del Barça son las mismas. Querer la pelota, jugar bien, amar el juego ... Pero en el desarrollo hay diferencias. Tenemos que ir mejorando", comentó el centrocampista, que fue titular en su estreno en el Camp Nou en la posición de pívot.

Si hay que juzgar por sus declaraciones, De Jong aún no ha pillado el truco a la propuesta de Ernesto Valverde, lo que también se percibe en ciertos movimientos que hace durante el juego y que los compañeros de momento no le compran. En el primer partido de la gira japonesa le faltó conexión con los centrales y con Neto a la hora de superar la presión alta del Chelsea. Y contra el Arsenal lamentó que Nelson Semedo abusara de la salida en vertical por la banda derecha y vio como Gerard Piqué le aleccionaba a la hora de aplicar la salida de balón conocida como 'lavolpiana', bautizada así en honor del técnico que la puso de moda en México (cuando el pivote se alinea con los centrales). De momento, con el central catalán tiene más química fuera del campo.

"Quiere mejorar siempre y está muy alerta con todo lo que hace", observó Valverde sobre la autoexigencia de De Jong, que en el Barcelona echa de menos la naturalidad de mecanismos de la que hacía gala en Amsterdam. El holandés escogió vestirse de azulgrana en gran parte porque la tradición futbolística le era familiar. "Somos herederos de Cruyff", le explicaron cuando el PSG hizo más presión para ficharlo. Pero aún le cuesta ver el paralelismo más allá de las líneas de ropa, de "el balón nos hace más" y los murales de colores en la ciudad deportiva.

De repente, se ha topado con la realidad perenne de un Barça cada vez más alejado del estilo y que, al mismo tiempo, ficha a jugadores como él o como a Arthur para intentar recuperarlo. En la gira americana, el brasileño y De Jong podrán ponerse a prueba mutuamente. Y el holandés también con Sergio Busquets, tras tres partidos sin coincidir ni un minuto. A falta de Messi para probar el tridente de la delantera, el Barça tendrá la oportunidad de estrenar el del centro del campo en los dos amistosos contra el Nápoles dentro de una gira que no acaba de gustar a Valverde, que hubiera preferido evitar hacer tantos viajes a pocos días para que comience la Liga. La parte positiva es que podrá seguir buscando el lugar para un Frenkie de Jong que se ha ganado en pocos días el respeto de todos sus compañeros por su profesionalidad y las ganas de aprenderlo todo, desde la letra de el himno hasta los nombres de los trabajadores. Y los detalles del juego, por supuesto...

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