TECNOLOGÍA

Airbnb se fija en las ciudades medianas después del choque en las grandes capitales

La plataforma arranca un proyecto de turismo sostenible en Igualada, con la oposición de vecinos

Paula Solanas
4 min
Entitats locals d’Igualada es queixen de la cessió a Airbnb de l’edifici de l’Adoberia Bella per fer-hi activitats.

BarcelonaEntre los diecinueve destinos que la plataforma de alquiler turístico Airbnb destacaba para el verano de 2019 no estaba ni Londres, ni París ni Barcelona. La lista –basada en datos de incremento de reservas– estaba encabezada por Kaikoura, un pueblo de poco más de 2.000 habitantes de Nueva Zelanda donde se pueden observar ballenas y que sufrió un fuerte terremoto en 2016. La compañía californiana ha mantenido una relación a menudo tensa con la capital catalana y se ha enfrentado este año a una regulación impulsada por Manuela Carmena en Madrid que limita su actividad. En el último minuto, en la lista de lugares destacados se sumó un vigésimo destino: Igualada (Anoia) ha recibido la empresa con los brazos abiertos. Desde noviembre, la ciudad acoge el primer laboratorio de destinos saludables de la empresa, un espacio para promover el turismo sostenible con el que Airbnb quiere apartarse del ruido de las capitales saturadas de visitantes.

¿Qué busca la plataforma en el Anoia? Desde la compañía recuerdan que –según datos del Idescat– la mitad de los pueblos catalanes no tienen ninguna opción de alojamiento tradicional, es decir, hoteles, hostales o pensiones. “La oportunidad para los municipios rurales es más que evidente”, destacan desde de Airbnb. En el caso de Igualada, la ciudad organiza al menos dos acontecimientos en el año que la plataforma cree que se pueden utilizar como reclamo turístico. El Festival Europeo de Globos y el de tiendas efímeras Rec.0 se han convertido en citas anuales que atraen turistas al municipio, al menos durante un fin de semana. “Igualada y el Anoia han sido históricamente industriales, pero creemos que también tenemos las características adecuadas para abordar el turismo como un nuevo sector tractor para la economía local”, insiste Patrícia Illa, teniente de alcalde de Dinamización Económica de Igualada.

A pesar del entusiasmo del Ayuntamiento, el aterrizaje de Airbnb también ha despertado críticas y sospechas entre algunas de las entidades de la ciudad. “Sentimos mucha indignación e impotencia al ver el anuncio”, lamenta David, portavoz de la suma de una decena de asociaciones contrarias a la presencia de la multinacional en Igualada. Estas entidades critican que la empresa ha aparecido “como una seta” y creen que Airbnb y el consistorio tapan con el concepto de turismo sostenible los efectos que puede tener en el mercado de la vivienda en el municipio. Denuncian que desde el 2014 el precio del alquiler en la ciudad ha aumentado más de un 35% y que el Ayuntamiento tampoco ha promovido proyectos de vivienda social en este periodo. Además, David recuerda que el tejido asociativo hace tiempo que reclama más espacios y no ve con buenos ojos que se haya cedido a la empresa las instalaciones de la Curtiduría Bella para ubicar el nuevo laboratorio.

La oferta de alojamientos de Igualada que hay en Airbnb, sin embargo, todavía es bastante limitada. Apenas hay un centenar de anuncios. De hecho, en 2015 cerró el Hotel Ciudad de Igualada y ahora el municipio sólo cuenta con el Hotel América. “Igualada tiene ahora mismo más de 2.000 pisos vacíos, y pensamos que el turismo puede ser un catalizador para recuperarlos y que vuelvan al mercado”, asegura Illa.

Pueblos vacíos en Italia

La experiencia en Igualada no es una excepción en la estrategia de la compañía californiana para seguir creciendo en entornos más rurales. En Italia, Airbnb ha arrancado una campaña para llevar el turismo a una cuarentena de pueblos en peligro de despoblación. El proyecto –que se hizo viral en las redes– ofrecía tres meses de alojamiento gratuito a cuatro voluntarios para que se convirtieran en anfitriones en Grottole, un pueblo de 2.000 habitantes en el sur del país.

También ha firmado un acuerdo con la Asociación de Alcaldes Rurales de Francia para llevar el turismo al 90% de pueblos de menos de 2.000 habitantes del país que no tienen hotel. A diferencia de las capitales, donde hace tiempo que se analiza el efecto de Airbnb, todavía no queda claro el impacto del alquiler turístico en las zonas menos pobladas. Según la compañía, la plataforma es una manera de revitalizar la economía de estos municipios sin tener que invertir en infraestructura turística –las casas son de los vecinos–, pero el experimento todavía tiene que presentar los resultados.

LAS CLAVES

1. ¿Qué es para Airbnb el turismo sostenible?

La plataforma de alquiler turístico ha estado en el centro de las críticas en algunas capitales europeas por la saturación de visitantes que sufren. No obstante, Airbnb asegura que promueve un modelo de comunidad que ayuda a combatir el turismo de masas y contribuye a revitalizar la economía local.

2. ¿Qué tipo de colaboración tienen Airbnb y el Ayuntamiento de Igualada?

El noviembre pasado Airbnb anunció que instalaría en Igualada su primer laboratorio de destinos saludables, un proyecto que cuelga de su nueva oficina de turismo sostenible. En la práctica, esta colaboración se ha traducido en una serie de talleres y conferencias que han tenido lugar en los espacios de la Adoberia Bella. La semana pasada la plataforma organizó una cumbre con expertos y alcaldes para debatir sobre este mismo tema.

3. ¿Qué opinan las entidades locales?

Desde el primer anuncio, algunas de las entidades de la ciudad se han mostrado contrariadas con el proyecto. Una decena de ellas ya se han agrupado para mostrar su desacuerdo, ya que temen los efectos de Airbnb en el precio del alquiler y el mercado de vivienda en Igualada. Aun así, desde el Ayuntamiento insisten en que otras entidades como los comerciantes y los restauradores están satisfechos con el acuerdo.

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