El repartidor de Glovo muerto en un accidente estaba 'subcontratado' por otro

Los empleados protestan que la empresa no hace nada en prevención de riesgos; la compañía lo niega

Paula Solanas / Elisabet Escriche
4 min
Els treballadors de Glovo davant de les instal·lacions de l'empresa aquest dilluns

BarcelonaEl repartidor de Glovo que murió atropellado el sábado en Barcelona no estaba registrado en la plataforma. Lo ha admitido este lunes la propia compañía en un comunicado, en el que admite una práctica que ya había sido denunciada públicamente por ser bastante habitual. Es común que migrantes sin papeles realquilen las cuentas de otros repartidores legales para poder facturar a través a la plataforma, a menudo a cambio de una comisión. Esto hace que lo que realmente acaba cobrando el mensajero sea aún menos de lo que paga Glovo.

El ARA publicó en junio del año pasado que la cesión de cuentas era una práctica común entre las aplis de reparto. Entonces, Glovo aseguró que estaba trabajando en mejoras tecnológicas para detectarlo, pero los repartidores niegan que se haya aplicado ningún filtro de control desde entonces.

Esta mañana, la muerte de un mensajero nepalí de 22 años ha vuelto a concentrar cerca de un centenar de personas en las oficinas de la empresa, que ha optado por pedir a los trabajadores en plantilla que se quedaran casa. Sin embargo, la aplicación ha funcionado con absoluta normalidad.

Al debate sobre el tipo de relación laboral entre repartidores y plataforma -esta última rechaza que sean falsos autónomos- se ha sumado otra crítica. Desde la organización RidersXDerechos insisten en que Glovo no aplica ninguna política de prevención de riesgos para evitar casos como el del sábado por la noche. Uno de los portavoces de la entidad, Dani Gutiérrez, ha denunciado que la compañía no ha invertido "ni un euro" en formar a los repartidores en temas de seguridad vial, ni reparte chalecos reflectantes para reducir los accidentes de tráfico durante los repartos.

Glovo ha rebatido que la cesión de cuentas es una "práctica ilegal" y que "dificulta que se pueda entregar el material didáctico en seguridad vial" que, aseguran, se ofrece normalmente a los 'riders'. "Para poder evitar que esta situación irregular se repita, Glovo ha puesto a disposición de los usuarios y los establecimientos de la plataforma mecanismos para denunciar estos casos", afirman desde la tecnológica. Además, la empresa ha querido recalcar que asumirá todos los gastos que habría cubierto el seguro privado de la aplicación, en caso de que el repartidor muerto hubiera sido registrado y no subcontratado.

Durante la protesta de esta mañana se han vivido algunos minutos de tensión, con el lanzamiento de huevos y tomates contra la fachada de Glovo. Los manifestantes también han vuelto a quemar algunas de las características mochilas amarillas. Esto ha provocado la intervención de los Mossos y de los Bomberos, que han acabado apagando las llamas y reabriendo la circulación.

"La del sábado tiene que ser la última muerte", reclamó Dani Gutiérrez. En su opinión, la presión que tienen los repartidores para entregar el máximo de pedidos en el menor tiempo posible también les obliga a ir a más velocidad cuando circulan por la ciudad y, por tanto, aumenta el riesgo de sufrir un accidente. "La empresa tiene la capacidad y está obligada a formar en riesgos laborales", ha dicho el portavoz, que considera que Glovo incumple la ley en este sentido.

Fuentes de la Inspección de Trabajo han confirmado al ARA que investigarán "el accidente, las causas y la situación del trabajador". Sin embargo, han recordado que no se puede dejar en sus manos "lo que tiene que hacer la legislación de manera clara" y han urgido de nuevo al Estado a sacar adelante una regulación concreta para los modelos de trabajo de la nueva economía digital.

Desde los grandes sindicatos coinciden en que las condiciones de trabajo de los repartidores favorecen que estos puedan ser víctimas de una tragedia como la del sábado. "En la medida en que Glovo no reconoce la relación laboral, se produce una falta de inversión en la prevención de riesgos laborales y la protección de la seguridad y salud de estas personas", lamentó CCOO en un comunicado.

UGT también ha denunciado "el alto grado de siniestralidad" que hay en el sector del reparto, "donde los trabajadores hacen entre 60 y 80 kilómetros diarios". Aseguran, pues, que cada seis meses se produce un accidente grave que no se considera laboral, sino como "una enfermedad común".

Un conflicto judicializado

La organización RidersXDerechos ha confirmado que estudia llevar la muerte del repartidor de Glovo a los tribunales, como se ha hecho en las denuncias que reivindican que este modelo en realidad encubre una relación laboral. En este sentido, el abogado del Col·lectiu Ronda Nacho Parra defiende que -si los tribunales reconocen al mensajero como falso autónomo- también deberán definir cuál es la responsabilidad de la empresa en cuanto a la prevención de riesgos laborales. Por ejemplo, si éste no llevaba casco, había trabajado una jornada excesiva o estaba sometido a demasiado estrés. Además, añade que el hecho de que el repartidor no estuviera registrado en la plataforma "no exonera la responsabilidad" de Glovo.

Hasta ahora, los tribunales no han establecido un criterio único sobre el modelo de trabajo demanda que plantean este tipo de plataformas. En primera instancia, algunos magistrados han dado la razón a los repartidores mientras que otros fallan a favor de la apli. De hecho, Parra avisa que el camino hasta que este debate llegue al Supremo aún será largo.

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