Como conseguir una cita previa en el SEPE por 10 euros

Hay establecimientos que comercializan de manera fraudulenta los turnos de atención en Barcelona

Elisabet Escriche Rivas
3 min
Locutori davant l'oficina del SEPE i SOC del carrer Sepúlveda de Barcelona

BarcelonaCualquier persona que haya intentado pedir cita previa al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) desde que estalló la pandemia ha perdido incuantificables horas ante una pantalla de ordenador o de móvil sin éxito. Hay locales que han visto en esta dificultad una oportunidad de negocio y han empezado a vender la tramitación de estas citas de manera fraudulenta.

Es el caso de uno el establecimiento que está justo ante la oficina que el SEPE comparte con el Servicio de Ocupación de Catalunya (SOC) en la calle Sepúlveda de Barcelona. Se dedica a hacer un poco de todo: desde fotocopias o impresiones hasta la venta de tarjetas para móviles o transferencias al extranjero. Trabajan dos personas, que son de pocas palabras, y cuando se les pregunta si venden citas previas para el SEPE sacan un bloque de notas donde hay una veintena más de solicitudes y piden que se anote nombre y apellidos de la persona afectada, código postal, NIF y un teléfono móvil. "A principios de la semana que viene tendrá la hora", se limitan a decir, además de añadir que normalmente la cita se da en un plazo de dos semanas.

Cuando se los pregunta si no se puede conseguir antes aseguran que es imposible, porque con las nuevas restricciones por la segunda oleada de la pandemia se han vuelto a disparar las peticiones. Anotada toda la información, el trabajador aclara que una vez consiga la cita llamará al teléfono móvil que se le ha facilitado para que la persona afectada pase a buscar el papel que acredita la reserva de cita con el SEPE y pague los 10 euros que cuesta la gestión.

El presidente de la junta de personal de los funcionarios del Estado en la provincia de Barcelona y trabajador del SEPE, Miguel Ángel García, asegura que esta tramitación fraudulenta se está concentrando sobre todo en las oficinas de Sepúlveda y la Guineueta. "De las 60 citas que dan al día, un 90% se hacen de forma fraudulenta", asegura García. La manera de operar de estos establecimientos –añade– es a través de un programa informático que va pidiendo continuamente citas al SEPE. Para frenarlo el organismo tiene previsto cambiar las horas de apertura de petición de citas y los mecanismos internos a la hora de dar hora. Además, el SEPE ya ha anunciado, según avanza este jueves La Vanguardia, que llevarán el caso a la Fiscalía. Mientras tanto, los Mossos d'Esquadra aseguran al ARA que son conocedores del caso pero que no pueden abrir una investigación hasta que haya una denuncia por parte de los afectados.

Un servicio colapsado

En cuanto al colapso que sufre el organismo, García cree que a finales de noviembre se habrán acabado de tramitar los parados de agosto y empezarán con los de septiembre. Esta situación, denuncian los sindicatos, es fruto de la saturación que sufre el servicio. De hecho, la UGT ha denunciado este jueves que en diez años el organismo ha perdido un tercio de la plantilla, mientras que el aumento de carga de trabajo debido a la pandemia se ha disparado un 600%. En un comunicado, el sindicato lamenta la situación de "colapso" que viven las oficinas. "Esta situación es consecuencia de años de desidia por parte de la Administración General del Estado en la dotación de personal al servicio público de ocupación. Ahora nos encontramos que llueve sobre mojado y que el personal ya sobrepasado sufre la protesta legítima de una población que necesita más servicios y más atención que nunca", añade.

Según el sindicato, la del SEPE no es una situación excepcional: también sufren un colapso similar las oficinas catalanas del Instituto Nacional de Seguridad Social, que ha perdido un 20% del personal desde el 2010. La falta de trabajadores se nota especialmente ahora, cuando hay un incremento de carga de las tramitaciones del ingreso mínimo vital y la gestión del régimen de clases pasivas con "muchos menos efectivos", concluye la UGT.

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