Unanimidad entre los expertos: hay que elevar el déficit contra la crisis

Preguntamos a cinco expertos si la receta para la recuperación pasa por incrementar la deuda

Paula Solanas Alfaro
8 min
Unanimidad entre los expertos: hay que elevar el déficit contra la crisis

BarcelonaLa pandemia ha hundido los ingresos de las administraciones públicas y las ha obligado a gastar más que nunca para mantener con vida sistemas sanitarios, familias y empresas. Sin embargo, la opinión entre los economistas es unánime: hay que elevar todavía más el déficit para hacer frente a una crisis sin precedentes que pide una respuesta a la altura. De hecho, por primera vez en su historia la Comisión Europea decidió suspender las normas fiscales que impedían sobrepasar el 3% del PIB en déficit público y permitir que los estados gasten tanto como sea necesario para detener la emergencia. En el ARA hemos planteado estas cuatro preguntas a cinco economistas catalanes.

1. ¿Cree que la receta para salir de esta crisis debe ser incrementar más el déficit?

2. ¿Considera que la Generalitat está gastando suficiente? ¿Debería hacerlo más el Estado?

3. ¿En qué medidas debería concretarse este incremento del déficit?

4. ¿Considera que a medio plazo habrá que aplicar recortes para compensar el aumento del gasto?

Núria Bosch, catedrática de economía pública de la UB

1. La situación actual exige una política macroeconómica de gasto para estimular la economía y compensar económicamente a los sectores más afectados por la pandemia del coronavirus. Por lo tanto, este contexto con una previsible bajada o contención de los ingresos impositivos lleva a incrementos del déficit público de todas las administraciones. Este incremento del dèficit no debería de ser un obstáculo para llevar a cabo las políticas económicas de estímulo. También los recursos puestos a disposición de los estados por parte de la Unión Europea –a través de los fondo Next Generation– tienen que tener un papel muy importante. Parece que el ejecutivo comunitario ha entendido que lo que ahora toca es hacer políticas de gasto y de estímulo económico.

2. Todas las administraciones deberían hacer un esfuerzo para ayudar a los sectores más afectados por la pandemia. Es una cuestión de prioridades. Seguramente se podía haber priorizado mejor dónde se destinaba el gasto público. Por ejemplo, creo que ha sido un error incrementar el sueldo a los empleados públicos, salvo a los del sector sanitario. Se podían gastar estos recursos en otros fines más necesarios para salir de la crisis económica provocada por la pandemia.

3. El incremento del gasto público debe destinarse a políticas de estímulo o de ayudas a los sectores más afectados por la crisis provocada por las medidas aplicadas para luchar contra la pandemia, como el comercio o la restauración, etc. También se deberían canalizar recursos hacia el sector sanitario. Por otra parte, algunas de estas medidas podrían consistir en la exención del pago de impuestos y de la cuota de autónomos para compensar la caída de ingresos.

4. Si se sale pronto de la crisis económica actual, también se recaudarán más ingresos impositivos, lo que ayudará a poder financiar el gasto futuro y la carga que suponga el pago de la deuda pública.

Albert Carreras, catedrático de Historia e instituciones económicas en la UPF

1. Soy los que están convencidos de que debe ser así. Hay un consenso muy transversal sobre el tema, tanto a la izquierda como a la derecha. Otras veces la economía ha sufrido problemas por irregularidades y ciclos que han obligado a aplicar medidas para evitar los peligros de una burbuja. Pero ahora se trata de un tema completamente exógeno a la actividad económica. Si se han de tomar decisiones que afectan negativamente a determinados sectores, se les debe compensar. De ahí que debamos endeudarnos, si nos dan facilidades para hacerlo. Es un seguro colectivo, entre todos estamos cubriendo a los que lo están sufriendo injustamente porque han tenido esta mala suerte. Lo haremos colectivamente y solidariamente. Cubrir el déficit público con endeudamiento es diferente esta vez que en la última crisis finaciera. Esta vez es una pandemia y el BCE ha suspendido las normas del límite de gasto y dará crédito por el momento mientras sea necesario para la situación.

2. La Generalitat ahora no tiene capacidad de endeudamiento. En la situación en la que estamos, quien la tiene es el Estado. El Govern tiene que gastar todo lo que pueda para atender al máximo la necesidad de cubrir los daños de la pandemia, pero muchas cosas no las podrá hacer solo. Aquí también interviene el BCE, que puede comprar la deuda al Estado. Parte de la polémica es un poco falsa porque en septiembre la Generalitat tenía mucha liquidez sólo porque había recibido una serie de ingresos extraordinarios que luego tenía que destinar a pagar los gastos del otoño.

3. Cuanto más nos podamos parecer a Alemania, mejor. Debemos compensar los ingresos perdidos por los perjudicados que no tienen ninguna culpa. Esto se debe aplicar a los autónomos, el comercio o el sector turístico. Si fuéramos un país bastante avanzado se podría hacer con ayudas directas que cubrieran los recursos perdidos según la última declaración de la renta. Así los compensaríamos por lo que no han podido ingresar, pero también es cierto que tenemos mucha economía sumergida y podría ser complicado.

4.Todo depende de circunstancias que ahora están fuera de nuestro control, como la velocidad a la que nos recuperemos. Si es con energía podría ser suficiente para atender el incremento suplementario del gasto. También si se mantienen bajos los tipos.Si no, tendremos un poco más de factura. Si las cosas van bien, podríamos salir de él sin recortes, pero nos estamos asegurando todos para hacer frente al empobrecimiento de algunos, y es justo que esto sea colectivo.

Joan Tugores, catedrático de ciencias económicas de la UB

1.Obviamente a corto plazo sí lo es, pero el problema no es solo incrementar el gasto, sino hacerlo de manera edificante e inteligente. No podemos repetir errores del pasado, en el que se derrochó dinero público porque los recursos se otorgaban con intereses clientelares sin ningún control. A corto plazo, tenemos que apoyar a los sectores más afectados por las restricciones e impulsar a aquellos que pueden contribuir a transformar el modelo económico o que son industrias de futuro. No puede que se incremente el déficit sin resultados sociales positivos.

2. Este es un problema del conjunto del sector público. Las fricciones entre los diferentes niveles territoriales deberían pasar a un segundo plano. Se debe priorizar la asistencia a los sectores más afectados y los proyectos con sentido de futuro. Todas las rencillas se deberían apartar porque es una tarea de responsabilidad compartida. No podemos volver a caer en eso. Si no conseguimos un comportamiento cooperativo no sé qué podemos esperar. Pero deberíamos actuar de manera colegiada en favor de la eficiencia.

3. Está todo inventado, pero cuanto más nos inspiramos en los modelos europeos de éxito como los nórdicos o Alemania, mejor. Es una buena fuente de inspiración para hacerlo de manera que los recursos que vengan de Europa no los capturen los lobbies más poderosos. Tiene que ser un esfuerzo cooperativo y coordinado para evitar el desperdicio.

4. Lo que demuestra la historia es que la forma de superar situaciones en las que ha aumentado el déficit es conseguir más crecimiento y más prosperidad. Después de la Segunda Guerra Mundial se redujo el endeudamiento con más crecimiento. Una forma de ser sostenibles en la situación actual es que parte de estos recursos contribuyan porque se han utilizado con eficiencia y, por tanto, también generen valor a la larga. Esto evitaría un coste social insoportable a medio término.

Joan Ramon Rovira, Jefe de estudios de la Cambra de Barcelona

1.No se trata tanto de que sea la salida como que es una condición necesaria para mantener la viabilidad de la economía y evitar que debido a la destrucción de empresas sea más complicada después de la recuperación. La única herramienta ante una gran catástrofe natural para mantener en vida negocios que no tienen ninguna culpa es compensarles entre todos por la vía de la financiación pública. Los estados deben gastar más de lo que generan inevitablemente. La alternativa sería peor. Lo que tienes que intentar es que por cada euro de inversión y financiación a cargo de la deuda se incremente el PIB.

2.Es el Estado quien tiene capacidad para gastar. La Generalitat no tiene capacidad de endeudamiento. Si tiene que ser por la vía de los mercados o del MEDE, esto ya es una decisión política. Se deben utilizar todos los recursos disponibles. El Govern está haciendo lo que puede, pero se debería negociar con el Estado y pedir que se destinen a Catalunya la cantidad necesaria de los fondos europeos y la compra de deuda. Creo que el Estado debe endeudarse lo necesario. Intentan evitarlo porque el nivel de deuda que hay en España es muy superior al de Alemania o los países nórdicos e intentan actuar con prudencia para no terminar con un endeudamiento del 140% del PIB, pero es una visión miope, porque si dejas que el PIB caiga mucho este endeudamiento lo tendrás igual. Hay que intentar compensar de forma justificada y en beneficio de todos para que la recuperación sea en condiciones.

3.Es trata de hacer un mix inteligente entre la parte que se destine a paliar el golpe de la pandemia para proteger empresas y familias en riesgo y la que se dedique a la reconversión del tejido empresarial para adaptarse a las nuevas pautas de consumo. Hay que ayudar en ambos sentidos y mirar a medio plazo. Debemos ver qué tenemos en el sector empresarial y movernos hacia la sostenibilidad o la digitalización

4.Habrà que hacer una reestructuración del gasto público y el sistema fiscal con toda seguridad. Pero no debería ir tanto por la via de los recortes y la austeridad, sino de la fiscalidad. Hay algunas figuras impositivas e impuestos que hay que atacar para hacer subir el nivel de ingresos. En cuanto al gasto, hay que avanzar para que sea mucho más eficiente y adecuado a los fines que persigue. Se debe buscar la manera de aplicar reformas que impliquen una contención del gasto. No se trata tanto de la visión simplista de coger las tijeras, sino de reestructurar. Por esta vía se puede ganar mucho terreno sin recortar en sanidad y educación.

Modest Guinjoan, presidente de la comisión de Economía Catalana del Col·legi d’Economistes

1.Más que la receta, puede ser la consecuencia de esta crisis, porque parece que es imposible no incrementarlo. Con la tormenta que cae a medida que bajan los impuestos y las cotizaciones, pero aumentan los gastos, lo normal es que suba el déficit. La receta debe ser apoyar la economía. No hay alternativa. Bueno, no hacer nada, pero esta sería nefasta. Se está haciendo lo que se puede con el instrumental disponible en un situación de urgencia a la que no estábamos acostumbrados. Es inédita en los estados modernos porque en la última pandemia hace más de un siglo no estaba el estado del bienestar de ahora. Si no se quiere dejar hundir la economía a remolque de la pandemia es imprescindible actuar.

2. Creo que lo tiene que hacer el Estado. Se debe distinguir entre quién tiene las competencias en un determinado gasto -la Generalitat tiene las de salud, que ahora mismo es el más crítico- y quién debe financiar. En estos momentos el Govern está gastando más de lo que puede y tengo muchas dudas de que este déficit lo deba asumir porque en los ingresos asociados como las cotizaciones a la Seguridad Social no tiene nada que decir y no ve un duro. También en el ámbito del apoyo a las empresas para los grandes impuestos quien hace la norma es el Estado, que es quien debería pagarlo. Quizás la Generalitat gasta demasiado desde este punto de vista.

3. Me parecen bien las ayudas directas, sobre todo a empresas viables. Los ejes para concentrar el déficit serán la salud y mantener el tejido productivo.

4. Es imposible de saber. Depende del grado recuperación de la economía. Según su intensidad, podría recuperar los ingresos fiscales. Habrá que ver quién paga lo gastado hasta ahora, si lo hace la UE como deuda mutualizada o el Estado (es quien pienso que debería hacerlo). No se deberían aplicar necesariamente recortes si el gobierno español está cómodo con una deuda del 130% del PIB y los mercados no lo sancionan.

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