L’IMPACTE DE LA CRISI

La recuperación tiene forma de K

La salida de la crisis puede ser desigual, y afectar negativamente a las familias de renta baja

Leandre Ibar Penaba
4 min

BarcelonaEl mayo pasado, con la economía medio clausurada por culpa de la pandemia y habiendo entendido que no se podría recuperar la normalidad en cuestión de meses, la vicepresidenta económica del gobierno español, Nadia Calviño, habló de una recuperación en forma de “uve asimétrica” y descartó que fuera una uve normal y corriente. Algunos expertos descartaban una uve normal, y advertían del peligro de sufrir una crisis en uve doble o en u, a pesar de la posibilidad real que sea en forma de ka.

Esta sopa de letras puede parecer incomprensible, pero tiene sentido y sirve a los economistas para explicar como evolucionará la economía después del estallido de la crisis. Hay que recordar que la bajada del producto interior bruto -el indicador que mide la medida de la economía- en España fue del 17,8% en el segundo trimestre, una bajada sin precedentes desde la Guerra Civil. La mayoría de los países industrializados del mundo sufrieron caídas similares.

Pero ¿qué es la “uve asimétrica” de la que hablaba Calviño? La crisis uve es la menos mala de las crisis, y recibe este nombre porque después de un derrumbe rápido de la economía llega un rebote que permite recuperar los niveles anteriores casi con la misma velocidad. La uve asimétrica, aun así, es peor: en este caso, a la caída inicial del PIB la sigue una recuperación más lenta y dilatada en el tiempo hasta que el conjunto de la economía vuelve al mismo estado en el que estaba antes de la recesión.

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Para ilustrarlo con cifras, el gobierno español prevé que en el 2020 el PIB se hunda de media un 9,2% y que en el 2021 se recupere, pero con un crecimiento del 6,8%, lo que supone que la riqueza destruida en pocos meses del 2020 tardará años en restituirse. El Banco de España también augura que “a finales del 2022 todavía no se habrá logrado el nivel de actividad previo a la crisis”, según un informe publicado en octubre.

Con el estallido de una segunda oleada de contagios en todo el planeta y el peligro de la tercera oleada durante los primeros meses del próximo año, algunos economistas alertan del peligro de que la crisis actual acabe cogiendo una forma diferente que la uve, ya sea como uve doble o como u.

En el caso de la uve doble, se trataría de una situación como la de la última crisis financiera del 2008, cuando el crecimiento volvió en el 2010, pero en el 2011 el PIB cayó de nuevo tres años seguidos, los más duros de la recesión. Es decir, una recesión doble.

En cambio, la recesión en forma de letra u supondría que después de la caída inicial experimentada en el segundo trimestre, la economía se mantendría totalmente llana durante unos meses antes de remontar. Dadas las cifras del tercer trimestre, cuando se registró un crecimiento del 16,7% respecto al anterior, hay que descartar este escenario.

El peligro de la desigualdad

La nueva letra que se ha incorporado para la salida de la crisis es la ka, siguiendo el ejemplo de diversos economistas norteamericanos. Esta recuperación supondría que algunas empresas -industriales, por ejemplo- se recuperarían rápido, mientras que otras - el turismo o la restauración- continuarían sufriendo muchos meses más. Se trata, por lo tanto, de una recuperación muy desigual según el sector.

No obstante, lo que más preocupa a los economistas no es que haya sectores que se rehagan rápido y otros que no salgan de la crisis, sino que la recuperación también llegue de manera diferente a varios estratos de la población y que, al final, las familias con rentas bajas tarden más a recuperar el nivel de vida previo a la crisis que las de rentas altas.

“El mundo pospandemia podría experimentar desigualdades todavía más grandes” que las de antes, escribía el Nobel de economía Joseph Stiglitz en la revista del FMI. Stiglitz y otros expertos advierten que los sectores más afectados por el confinamiento son los que dependen más de trabajos precarios -camareros, dependientes- y, por lo tanto, que estos sectores vayan mal tiene un impacto directo en los trabajadores más vulnerables.

Además, la pandemia incrementará los procesos de robotització de muchas empresas, lo que destruirá puestos de trabajo poco calificados, es decir, con sueldos bajos. Stiglitz apunta a la necesidad de que el sector público intervenga para redistribuir la riqueza y evitar que los más pobres sufran más la crisis.

Recuperación rápida

La salida uve es la que comporta una crisis más corta, puesto que la economía cae durando poco tiempo y rápidamente se recupera a los niveles anteriores a la recesión. Este tipo de recuperación se descartó al principio de la actual crisis del coronavirus.

Recesión larga

La forma de la u se utiliza para hablar de crisis con una fuerte caída de la economía, que después se mantiene deprimida durante un periodo de tiempo largo antes de volver a crecer, a un ritmo relativamente fuerte.

Depresión

La recuperación en ele es la peor por una razón: en realidad no es una recuperación, sino una depresión. Después de un derrumbe, la economía se mantiene bajo mínimos casi sin recuperarse.

Recuperación lenta

La mayoría de instituciones económicas vaticinan una crisis uve asimétrica en España y en gran parte del mundo: una fuerte bajada seguida de una recuperación lenta, de manera que hacen falta varios años para volver a los niveles anteriores a la recesión.

Recesión doble

La doble recesión o doble caída: una primera recesión con una salida rápida, pero seguida inmediatamente después por una segunda bajada. La crisis del 2008-2013 en España tuvo forma de uve doble.

Más desigualdad

La última letra incorporada es la ka, que últimamente algunos economistas atribuyen a la salida de la crisis del covid-19. Después de una caída del PIB, algunos sectores se recuperan y otros se hunden todavía más.

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