SALUD

Los entornos naturales solo benefician la salud de los vecinos ricos

Crecer en ciudades con espacios verdes reduce el riesgo de sufrir depresión

Gemma Garrido Granger
3 min
El Parc de la Ciutadella va ser l’únic parc ubicat al centre de la ciutat durant anys. A la imatge, veïns fent-hi ioga.

BarcelonaLa planificación urbana del futuro pasa por la habilitación de espacios naturales que rompan con el ecosistema gris, motorizado y compacto de las ciudades europeas. Barcelona no es ninguna excepción: el nuevo parque de la Canòpia, en Glòries, o las supermanzanas son algunos ejemplos de reforma urbanística verde que la capital catalana ha puesto en marcha en los últimos años para conseguir una ordenación pública más sostenible y, al mismo tiempo, fomentar que la población salga más a la calle y sea más saludable, física y mentalmente.

Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación Bancaria La Caixa, apunta que las personas que crecen en contacto con espacios verdes —jardines, bosques, parques urbanos— y azules —ríos, playas, lagos y estanques— hacen más actividad física al aire libre y tienen menos riesgo de sufrir depresión y estrés durante la edad adulta. Aun así, los beneficios de ir a correr al parque, pasear cerca del río o hacer excursiones no llegan a todo el mundo de la misma manera. Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) advierten que el lado oscuro de la creación de parques y zonas verdes en las ciudades es la gentrificación y, por tanto, la expulsión de los vecinos con menos recursos de estos barrios reformados.

“Los colectivos más desfavorecidos no reciben los efectos positivos que tiene para la salud mental vivir en zonas más verdes; solo se benefician unos privilegiados, los ricos”, explica al ARA Helen Cole, investigadora del laboratorio de justicia urbana ambiental del ICTA-UAB. La experta afirma que si bien el hecho de disponer de estas zonas accesibles se asocia con una mejor salud autopercibida, una ciudad considerada más verde o ecológica no siempre es “justa o saludable” para el conjunto de la comunidad. “El problema no son los espacios verdes, sino la gentrificación que se deriva de ellos. Hacen falta ciudades menos técnicas y más verdes, pero siempre teniendo en cuenta el contexto de cada barrio y sus necesidades”, precisa. Las afirmaciones de Cole se basan, en parte, en un estudio elaborado con 44.000 ciudadanos de Nueva York, en el que se revela que la reforma de los barrios –con oferta de viviendas y servicios irresistibles– atrae a nuevos vecinos con más poder adquisitivo y expulsa a la población originaria de clase social media baja o baja.

Pocos oasis urbanos en Europa

El contacto con espacios naturales durante la infancia conlleva beneficios físicos y psicológicos durante toda la vida, según el estudio del ISGlobal elaborado a partir de los datos cruzados de 3.600 personas adultas que residen en Barcelona y en tres ciudades europeas —Doetinchem (Países Bajos), Kaunas (Lituania) y Stoke-on-Trent (Reino Unido). Los participantes contestaron un cuestionario sobre la frecuencia de uso de espacios naturales durante la infancia, incluyendo las visitas intencionadas y las no intencionadas (como jugar en el jardín de casa). El análisis revela que aquellos que durante la infancia se habían expuesto menos a los espacios naturales obtenían peores resultados en los test de salud mental que los que sí que se habían criado interaccionando con entornos verdes y azules. Helen Cole, experta en desigualdades en el ámbito de la salud, subraya que “ecologizar” las ciudades es esencial para el bienestar de los vecinos: “Los espacios verdes fomentan la actividad física y tienen un efecto tranquilizador. Además, los árboles y los parques permiten luchar contra la polución y aumentar la interacción social entre ciudadanos”.

Tres de cada cuatro europeos viven en ciudades y tienen muy poco acceso a oasis urbanos. “Barcelona, por ejemplo, es una ciudad muy compacta en la que cuesta habilitar entornos naturales”, señala Mark Nieuwenhuijsen, director de la iniciativa de planificación urbana, medio ambiente y salud del ISGlobal. De hecho, durante años el parque de la Ciutadella fue el único parque ubicado en el centro de la ciudad.

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