La escuela catalana, en defensa propia

Somescola rebate con datos las acusaciones de adoctrinamiento del gobierno español

Marta Vergoñós
3 min
Un professor ajuda un grup d'alumnes

L'Hospitalet de LlobregatLa comunidad educativa responde con una avalancha de datos a las acusaciones de adoctrinamiento y a los anuncios que llegan desde el gobierno español para ejercer un mayor control sobre los centros catalanes. La plataforma Somescola no ha tardado ni 24 horas en rebatir los argumentos del Estado y negar categóricamente que haya alguna prueba de que el trabajo en las escuelas haga crecer el independentismo. "No hay nada en las investigaciones hechas hasta ahora que avale, apuntale o plantee dudas sobre el trabajo que se ha hecho", ha asegurado la directora de investigación de la Fundació Bofill, Mònica Nadal.

Un acto en la biblioteca Tecla Sala del Hospitalet de Llobregat ha servido para enviar un mensaje de unidad en forma de manifiesto. El texto es una llamada a la sociedad catalana a defenderse de los ataques, presentes y futuros. "Los planteamientos que propugnan públicamente una involución educativa uniformizadora, el adoctrinamiento ideológico, la generación de sospechas y denuncias y la segregación lingüística quieren poner en riesgo este modelo educativo catalán comprometido con la igualdad de oportunidades", sostiene el documento.

El mismo texto defiende que las escuelas catalanas "han ayudado a generar la sociedad actual plural, diversa, con criterio y con unos principios de convivencia sólidos" y se llama a proteger este "patrimonio". Para ello, Somescola -que en su grupo promotor tiene más de medio centenar de entidades- insiste en que hay que "reforzar el trabajo conjunto para consolidar, proteger y mejorar el modelo educativo catalán".

"Este modelo educativo hace una aportación muy positiva al proceso de crecimiento de nuestros hijos", aseguró el portavoz de la Coordinadora d’Associacions de Senegalesos en Cataluña, Abdoulaye Fall. Ha recalcado que la "no segregación lingüística" es una garantía de convivencia y de integración para las personas migradas.

Y es que el poder cohesionador del inmersión lingüística ha sido y es uno de los argumentos más potentes que se emplean en la defensa de la escuela catalana, que ha dado como resultado una sociedad plenamente bilingüe. Como prueba de ello, la Fundació Bofill ha aportado un estudio realizado a partir de datos del Ministerio de Educación en el que se demuestra que los niños que estudian en Cataluña obtienen resultados similares en las pruebas de catalán y castellano, independientemente de si su lengua materna es una u otra. Lo que sí influye decisoriamente en el rendimiento escolar es el nivel socioeconómico de las familias, pero no su origen.

Otro informe aportado por la misma entidad, también con datos del gobierno español, refleja que los niños catalanes tienen el mismo nivel de lengua castellana en "comunicación lingüística" que los alumnos del resto del Estado. Incluso, dos puntos por encima.

Una de las críticas más recurrentes contra la escuela catalana es que se trata de un modelo que promueve el independentismo. Las críticas en este sentido se multiplicaron a raíz del 1 de octubre, cuando desde ámbitos no independentistas se acusó a diferentes centros catalanes de haber forzado debates políticos partidistas dentro de las aulas. Incluso ocho profesores de la Seu d’Urgell tuvieron que ir a declarar ante el juez por un presunto delito de incitación al odio después de que tres familias los denunciaran. A pesar de las acusaciones, el informe que ha aportado la Fundació Bofill asegura que "no hay ninguna correlación entre el aumento del independentismo y la escolarización en el modelo educativo catalán". Lo hace basándose en un estudio de la doctora María José Hierro sobre el tema que concluye que los factores que explican la identidad nacional de los adultos escolarizados en Cataluña son el contexto del barrio donde viven y la identificación nacional de la familia.

La respuesta de Somescola -que incluye diferentes asociaciones de padres y madres; el sindicato mayoritario en la educación, USTEC, y el Institut d’Estudis Catalans (IEC)- llega al día siguiente de que el gobierno español anunciara la intención de reforzar la Alta Inspección Educativa para controlar que los niños puedan estudiar en castellano en Cataluña. Se trata de un paso más del ejecutivo de Mariano Rajoy para aprovechar la aplicación del artículo 155 para intervenir en el día a día de las escuelas catalanas. De confirmarse, el gobierno del Estado podría intervenir los centros de Cataluña sin necesidad de vulnerar el Estatuto, una estrategia que también le serviría para exhibir músculo ante Ciudadanos, que hasta ahora ha monopolizado el discurso sobre el adoctrinamiento escolar en las aulas, uno de los temas que seguro que protagonizará.

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