Esto va de urnas

Esto va de urnas, y habrá que ir. Las urnas siempre han sido el objetivo del soberanismo, incluso cuando miles de personas las defendieron el 1-O en las condiciones más extraordinarias. Habrá que volver a las urnas para dar un mensaje de lectura inequívoca que permita estabilizar el país y recuperar las instituciones escuchando la voz de todos los ciudadanos. En algún momento habrá que analizar cómo se ha perdido el autogobierno y se ha ganado una declaración simbólica que no era mágica como algunos -pocos- osaban decir públicamente. Pero llegados hasta aquí, las urnas convocadas por el Estado son una oportunidad. Mientras tanto, continuaremos viviendo tiempos oscuros. La maquinaria judicial está en marcha, implacable y humillante. Dos pacifistas continuarán en prisión acusados de sedición y el gobierno catalán en pleno estará llamado a declarar por rebelión, aunque la única violencia la hemos visto proveniente del Estado o de la extrema derecha. Una parte del gobierno catalán está en Bruselas mientras la otra se reúne fuera de la administración, donde no se mueven los expedientes, ante la impotencia de muchos trabajadores públicos que han defendido la Generalitat con sentido del deber durante cuatro décadas. Después de años de movilización cívica y comprometida, los ciudadanos merecen transparencia y seriedad. La confianza en el Estado es nula, pero hay restablecer también la confianza interna para continuar defendiendo con las luces largas una propuesta de país mejor, sin improvisaciones y con dignidad en un momento tan dramático como el que nos toca vivir.