El gallo jefe

Trump dio un discurso dirigido a los individuos, atizando el miedo en el exterior y los que son diferentes, imponiendo su opinión

Esther Vera
1 min
Donald Trump, aquest dimecres, durant la seva compareixença davant la premsa a la torre Trump.

La ventaja de que Donald Trump sea presidente de EEUU es que no engaña. Hizo una campaña comportándose como un hooligan y hace gala de una gran estabilidad. La primera rueda de prensa del presidente electo, que tomará posesión solemnemente en el Capitolio el día 20 de enero, tuvo el tono fanfarrón y matón habitual. Reiteró que hará un muro con México que pagarán -aunque no lo saben- los mexicanos, admitió con naturalidad que Rusia puede haber intervenido en la campaña y garantizó millones de puestos de trabajo sin concretar cómo. La perla de la rueda de prensa llegó cuando negó la palabra al periodista representante de la CNN diciéndole que su empresa "es terrible" e instándole a mantener silencio reiteradamente. El desprecio se repitió con la BBC. El mismo día Obama se había despedido pidiendo a los ciudadanos que no se queden en el confort de sus burbujas, que la diferencia enriquece, que el otro merece respeto. Trump, en cambio, dio un discurso dirigido a los individuos, atizando el miedo en el exterior y los que son diferentes, imponiendo su opinión. Aún asumiendo los límites de la política y de los resultados del mandato Obama, hemos visto, por un lado, un discurso dirigido a los ciudadanos que hacía un llamamiento a los valores cívicos y el respeto al otro y, por otro, un discurso confrontacional y autoritario que presenta el exterior como las puertas del infierno. El país de la libertad de opinión deberá reaccionar a los que pueden carcomer sus fundamentos. Roosevelt lloraría diciendo aquello de que sólo debemos tener miedo del mismo miedo.

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