Homenaje a Conxita Grangé, la última superviviente catalana de Ravensbrück

Enlace de los maquis, fue detenida junto a su tía y su prima por los milicianos de Pétain

Ara
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Conxita Grangé, l'última supervivent de Ravensbrück

"Siempre me cuenta que lo que más la impactó de Ravensbrück fue cómo estimulaban a los perros para que mordieran las piernas de las mujeres y cómo mataban a mordiscos a los niños y luego los remataban a palos", recordaba hace seis años la sobrina de Conxita Grangé, Carmen Rey-Granger, en un homenaje dedicado a las mujeres que sufrieron el infierno de Ravensbrück.

Conxita Grangé, la última superviviente catalana de los campos de concentración nazis, será homenajeada mañana viernes 26 de julio en el Museo Hidroeléctrico de Cabdella, en la Vall Fosca. En el acto, organizado por el Memorial Democrático, se inaugurará un panel dedicado a Grangé y se podrá ver la exposición 'El campo de concentración para mujeres de Ravensbrück'. Grangé nació en 1925 en Espui, uno de los pueblos que forman parte de la Vall Fosca. Junto con su tía Elvira Ibarz y su prima María Castellón, que murió pocas semanas después de la liberación, Conxita hizo de enlace de los maquis y los guerrilleros antifascistas durante la Segunda Guerra Mundial.

El 24 de mayo de 1944 las tres mujeres fueron detenidas por los milicianos de Pétain tras un tiroteo en su casa, donde tenían escondidos a algunos miembros del 14º Cuerpo de Guerrilleros. Fueron interrogadas y torturadas y enviadas en tren a Ravensbrück. Las tres mujeres entraron el 9 de septiembre de 1944. A Grangé la acusaron de sabotaje mientras trabajaba en una fábrica de materiales de aviación y la golpearon. Cuando Ravensbrück fue destruida por la aviación aliada, los soldados nazis hicieron caminar a Conxita y Elvira -María había enfermado y la habían llevado a Bergen-Belsen- hacia Berlín junto con otras mujeres. Muchas murieron por el camino. A la mayoría las mataron los nazis antes de huir para no dejar ningún testigo. Conxita y Elvira, sin embargo, se salvaron, y cuando finalmente encontraron a los soldados aliados éstos las trasladaron a París. María murió a los pocos días en un hospital de la capital francesa.

A lo largo de su vida Conxita recibió muchas condecoraciones: la Legión de Honor del gobierno francés, la Medalla al Mérito Nacional, la Cruz de Guerra, la Medalla de la Resistencia y la Medalla Militar. Además, tiene el grado de sargento. Siempre ha luchado para que no se olvide el testimonio de sus compañeras y ha dado miles de conferencias, sobre todo a escolares, en el Museo de la Resistencia y la Deportación de Toulouse.

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