"Dejé de ejercer la homeopatía porque es una farsa"

Expertos y ex terapeutas alertan de que las pseudociencias transforman la medicina en una cuestión de fe

Anna Mascaró
4 min
“Vaig deixar d’exercir l’homeopatia perquè és una farsa”

BarcelonaMauricio Camio ejerció de homeópata durante quince años, pero hoy no vacila cuando afirma que "la homeopatía es una farsa con todas las letras". Llegó a esta conclusión después de un largo proceso, en el que iba viendo cómo la realidad contradecía sus creencias: "Es un proceso de pérdida de fe, porque la homeopatía es cuestión de fe", explica. "Empecé tratando todas las enfermedades, pero poco a poco iba descartando pacientes, porque veía que el tratamiento no funcionaba. Primero, los infecciosos, luego los oncológicos, los crónicos, los enfermos mentales... Al cabo de diez años atendía sólo a una franja de personas de entre 40 y 50 años con una especie de insatisfacción personal, que necesitaban más a alguien que los escuchara que medicación".

La homeopatía es una de las terapias naturales más conocidas. Según varios médicos y científicos consultados por el ARA, una "pseudociencia", porque no se ha probado su eficacia. Según sus partidarios, sin embargo, es una manera diferente de curar. El Ministerio de Sanidad hizo público un documento en el que afirma que, de las 139 terapias "naturales" conocidas en el Estado, sólo una pequeña parte tiene "influencia directa sobre la salud", mientras que la evidencia científica sobre la eficacia de la mayoría es "muy escasa".

"Gano menos pero duermo mejor"

Un día, Camio decidió dar el paso. Cerró su consulta y, con más de cuarenta años, se tuvo que reciclar. Ahora trabaja como médico en una mutua de accidentes laborales: "Gano menos pero duermo mejor, y soy un médico real". Está seguro, dice, de no haber perjudicado a nadie: "Enseguida derivaba a hacer el tratamiento convencional a los que tenían un problema serio, y al resto, también, cuando veía que el tratamiento no funcionaba".

Recuerda que al terminar la carrera de medicina, en los años 80, entró en el mundo de la homeopatía a través de la Academia Médico Homeopática de Barcelona (AMHB), donde siguió con sus estudios. Gonzalo Fernández, miembro de la junta directiva de la AMHB y director del máster de homeopatía que hace unos meses suspendió la Universidad de Barcelona, asegura que el caso de Camio es "muy raro": "Nuestro índice de satisfacción con los estudios es muy alto. Además, nosotros siempre recomendamos que prescriban recetas desde el primer año. No hacen falta diez años para ver si funciona o no funciona".

"Dejar de ejercer es un golpe económico", dice Camio: "Renuncias a ello después de años de ejercer, y, ¿qué haces? Muchos compañeros homeópatas me lo han reconocido. Te autojustificas, te aferras a «daño, no hago»".

Constelaciones familiares

En la calle Ferlandina de Barcelona se anuncian talleres de constelaciones familiares. 20 euros escuchar, 50 euros hacer la constelación. Básicamente, consisten en una teatralización de los conflictos relacionales: los asistentes hablan simbólicamente con sus seres queridos y les exponen sus sentimientos. Emilio Molina, coordinador del área de pseudoteràpies con derivas sectarias basadas en el origen emocional de la enfermedad en la red RedUNE, cree que las constelaciones y la homeopatía forman parte de una "misma manera de entender el mundo". "La gente que se trata con una de estas terapias también lo suele hacer con otras". "Estas prácticas no tienen nada que ver con la homeopatía", asegura, sin embargo, Gonzalo Fernández, que cree que no todas las terapias naturales son comparables. Lo que tienen en común, dice Molina, es que "provienen de desinformaciones que te separan de la realidad: si crees en el reiki, entonces es más fácil que creas en el karma, si crees en el karma pots creer en los chakras, y puedes terminar creyendo en toda una mitología que cada vez tiene menos que ver con el mundo real".

Dios es natural

Camio creía en las terapias naturales como se cree en una religión, no como se confía en una terapia científica, y su caso no es el único. La ex naturópata Sandra Milán cuenta cómo decidió abandonar estas terapias cuando un libro sobre ateísmo le abrió los ojos: "Era una crítica hacia Dios, pero también deslegitimaba todas mis creencias sobre terapias alternativas, porque todas acaban vendiendo la idea de que existe una entidad superior", explica.

Sin embargo, los defensores de estos remedios los equiparan a la medicina. Un estudio de las conversaciones sobre terapias pseudocientíficas en las redes sociales, blogs y páginas web hecho por la consultoría Sibilare lo confirma: una parte importante de los 21.487 usuarios que durante un mes de seguimiento hablaron de ello lo hacían utilizando un vocabulario médico o académico (en cerca de 7.497 publicaciones). El problema, sin embargo, es que la mayoría de estas terapias no han demostrado su eficacia científicamente.

Uno de los naturópatas más conocidos en Cataluña es Josep Pàmies, que, en su blog Una opinión silvestre y en su libro Una dulce revolución, defiende "la autogestión de la salud con plantas medicinales", y recomienda varias plantas e infusiones como sustitutivas de la medicina convencional. Preguntado por el ARA, asegura que si la eficacia de sus remedios no se ha demostrado científicamente es porque "las farmacéuticas no tienen ningún interés en que las personas puedan curarse sin tener que comprar medicamentos, sencillamente cultivando plantas".

El investigador del CSIC y experto en medicina basada en plantas Álvaro Bayón asegura que no forma parte de ninguna farmacéutica ni tiene ningún interés en que los enfermos paguen más para curarse, pero aún así piensa que la naturopatía es "un fraude". "Hay mucha desinformación en torno a las plantas medicinales", explica. "Es cierto que una infusión puede curar dolores leves, pero no enfermedades graves. Por ejemplo, Pàmies recomienda estevia para curar la diabetes, una planta que no está aprobada para ser utilizada en humanos, porque provoca esterilidad en los machos de animales a los que se han hecho pruebas. la molécula E-970, que proviene de la estevia, sí está autorizada". Las plantas pueden curar enfermedades graves, efectivamente, "pero hacen falta dosis calculadas de acuerdo con ensayos clínicos para que sean efectivas y evitar su toxicidad. Esto puede parecer sólo un matiz, pero no es un proceso prescindible. Este proceso no se hace en la naturopatía", expone Bayón.

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