Amnistia reclama a Amazon que no ponga en riesgo a sus trabajadores por el Black Friday

La ONG denuncia los intentos de la empresa de evitar la sindicación de sus empleados

Sònia Sánchez
3 min
Un treballador en un magatzem d'Amazon a Nova york.

BarcelonaLa del Viernes Negro es una semana frenética para los trabajadores de Amazon, especialmente en medio de una pandemia que ha incrementado todavía más las ventas a través de internet. Por eso Amnistía Internacional ha aprovechado esta fecha para hacer público un informe en el que denuncia los intentos de la empresa norteamericana de evitar la sindicación y la negociación colectiva de sus trabajadores.

"Hay una continuada preocupación por la salud y la seguridad [de los trabajadores], a menudo vinculada a la presión que Amazon impone sobre los trabajadores para que cumplan unas cuotas de productividad muy severas", dice el informe de Amnistía, que denuncia también que "Amazon no ha priorizado lo suficiente el control de la propagación del covid-19 en todas sus instalaciones en el mundo, sobre todo durante el inicio de la pandemia".

De hecho, a mediados de abril la empresa echó a dos de sus trabajadores en los Estados Unidos porque habían denunciado los riesgos de contraer el covid-19 en los almacenes de la compañía de logística y reparto.

En marzo, Amazon suspendió los objetivos de productividad de su personal por la incompatibilidad con las medidas de seguridad impuestas por la pandemia, pero desde el 21 de octubre estos objetivos personales de productividad vuelven a estar vigentes tanto en los Estados Unidos –donde la segunda oleada de covid-19 está golpeando fuerte a muchos estados del centro y el oeste del país– como en el Reino Unido y en otros países.

Presiones y control

El informe de Amnistía se centra en las presiones de la compañía para bloquear los intentos de sus trabajadores de sindicarse y crear comités de empresa para defender sus derechos. Unos intentos que pasan incluso por la "violación del derecho a la privacidad" usando "tecnología sofisticada de vigilancia y análisis de datos" para rastrear las cuentas personales en las redes sociales de sus trabajadores en los Estados Unidos.

En el Reino Unido, la empresa ha amenazado a los sindicatos con iniciar procesos judiciales contra ellos por "invasión de la propiedad privada" por haber intentado entrar en almacenes de la compañía para animar a los trabajadores a sindicarse.

En Francia la ley requiere que haya representación sindical, pero desde el inicio de la pandemia los representantes de la empresa "se negaron a sentarse para dialogar" con los trabajadores sobre las medidas de seguridad por el covid-19, explica el informe. Una inspección laboral de las autoridades francesas constató que "en los almacenes [de Amazon] las medidas de protección de los trabajadores eran inadecuadas considerando el número de trabajadores presentes en el lugar". Pero estas directrices no eran vinculantes para la empresa, de forma que el sindicato recurrió a los tribunales, que forzaron a la empresa a cerrar los almacenes entre abril y mayo y a negociar un acuerdo con los trabajadores.

En Polonia, los trabajadores denuncian que en octubre Amazon contrató a 14.000 empleados más para la campaña de Navidad, un incremento de personal que no permite cumplir los requerimientos de distancia física impuestos por el covid-19.

"Durante toda la pandemia, los trabajadores y trabajadoras de Amazon han estado arriesgando la salud y la vida para garantizar la llegada de bienes esenciales a muchas casas, ayudando a Amazon a generar unos beneficios sin precedentes. En este contexto, es alarmante que Amazon haya tratado de manera tan hostil sus intentos de sindicarse; había que esperar otra cosa de una de las empresas más influyentes del mundo", dice la investigadora de Amnistía Internacional Barbora Černušáková.

El bloqueo de la empresa norteamericana a los intentos de su plantilla de organizarse vienen de mucho antes de la pandemia. En sus informes anuales de 2018 y 2019, Amazon señaló la presencia de sindicatos como un factor de "riesgo", y en un vídeo de formación de 2018 aconsejaba al personal directivo estar atento a las "señales de alarma" sobre actividad sindical, según Amnistía.

Pero el aumento de trabajo que ha supuesto el confinamiento por la pandemia para las empresas de venta online puede haber exacerbado la situación. Un informe de Congreso Sindical del Reino Unido de octubre de 2020 hace referencia a los objetivos de productividad de los trabajadores en los almacenes de Amazon y asegura que crean "una cultura de miedo". "Muchos trabajadores no hacen los descansos a los cuales legalmente tienen derecho por el ¡mpacto que puede tener en su productividad y el riesgo que supondría para su trabajo, sobre todo para los trabajadores temporales o de agencia que contrata Amazon", decía el informe.

També este octubre, la web de noticias Recode publicó la filtración de una comunicación interna de Amazon en los EE.UU. en la que la empresa se planteaba invertir centenares de miles de dólares para vigilar las "amenazas" sindicales mediante un nuevo sistema tecnológico denominado GeoSPatial Operating Console. "Esta clase de conducta siniestra al estilo Gran Hermano es totalmente inaceptable y atenta contra la libertad de expresión de trabajadores y trabajadoras y su derecho a organizarse", añade Černušáková.

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