Liberados buena parte de los niños secuestrados por Boko Haram

Este jueves el grupo yihadista había publicado un vídeo mostrando a los jóvenes por primera vez

Francesc Millan
3 min
Un dels moments del vídeo difós per Boko Haram.

BarcelonaEl gobierno de Nigeria ha anunciado este jueves por la noche que más de 300 niños que el pasado viernes fueron secuestrados de un internado en el noroeste del país por los yihadistas de Boko Haram han quedado en libertad. Aminu Bello Masari, el gobernador del estado de Katsiana –donde se encuentra el internado que fue asaltado–, ha detallado a la cadena británica BBC que han sido 344 los chicos recuperados y que se encuentran en buenas condiciones de salud. Según el gobernador, los jóvenes tienen que llegar a casa en horas y, una vez en Katsina, pasarán exámenes médicos antes de reencontrarse con las familias. El presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, también lo ha celebrado y ha dado las gracias al gobernador, a los servicios de inteligencia, a la policía y al ejército.

La alegría, sin embargo, no es completa. Tal como ha advertido el propio Aminu Bello Masari, no se ha conseguido liberar a todos los niños. “Hemos recuperado a la mayoría de chicos, pero no a todos”, ha dicho a la agencia de noticias Reuters. El número de rehenes, pues, continúa siendo un misterio. Como también son un misterio los detalles del operativo de rescate. Solo una fuente oficial ha dado alguna pista en declaraciones a France Press: “Los jóvenes han sido abandonados en medio del bosque después de que los secuestradores hayan recibido la recompensa exigida”. Desde Abuja, la capital nigeriana, sí se ha confirmado que ninguno de los chicos ha sido asesinado.

Sea como sea, la noticia ha sido un alivio para Nigeria, consciente de las similitudes de este secuestro con el de las niñas de la escuela de Chibok en 2014. En el caso de ahora, los hechos tuvieron lugar el viernes de la semana pasada, cuando decenas de hombres llegaron por la noche, en motocicletas y armados hasta los dientes, a la Escuela de Secundaria de Ciencias del gobierno, un internado masculino situado en la localidad de Kankara, en el estado de Katsina, en el noroeste nigeriano. Una vez ahí, desenfundaron los fusiles AK-47 y, después de un tiroteo, secuestraron a centenares de niños y adolescentes. Pero no fue hasta este martes, tres días después, cuando Boko Haram se atribuyó la autoría. “Lo que hemos hecho en Katsina ha sido para promover el islam y desanimar las prácticas antiislámicas como la educación occidental, que no es el tipo de educación permitida por Alá y su profeta [Mahoma]”, se justificaba el grupo fundamentalista.

Desde entonces, los niños habían estado ocultos. Este jueves, sin embargo, un vídeo difundido por Boko Haram los mostraba por primera vez en una zona boscosa imposible de identificar. En las imágenes aparecían decenas de niños, cubiertos de polvo y algunos llorando, y uno de los jóvenes –que llevaba una camiseta del Barça– hablaba a la cámara: “Hemos sido capturados por la banda de Abu Shekau [el líder de una de las facciones de Boko Haram]”, decía. En la grabación –publicada horas antes de que el gobierno nigeriano anunciara el rescate– el joven pedía al ejecutivo que respondiera a las exigencias de los terroristas para liberarlos. “Todos los ejércitos que podáis enviar no les harán nada”, afirmaba el estudiante, que parecía que repitiera las palabras que la voz de un hombre le dictaba al otro lado de la cámara. El vídeo –que fue verificado desde Abuja– también decía que el número de rehenes era superior a los 500, pero esta cifra no se pudo confirmar.

Golpe contra la educación

El caso ha sido especialmente preocupante. En primer lugar, y sobre todo, porque se temía que acabara como el secuestro de Chibok: de las 276 niñas secuestradas, a estas alturas casi la mitad continúan en paradero desconocido. Muchas de las que fueron liberadas volvieron a casa embarazadas o con hijos fruto de violaciones de los yihadistas. En segundo lugar, porque ha sido la primera operación a gran escala de los yihadistas en el noroeste de Nigeria. El grupo acostumbra a centrar sus ataques en el nordeste, la zona que los vio nacer y que hace años que sufre la brutal violencia de la organización extremista.

"Es un ataque potente, que supone un golpe de efecto a nivel internacional: vuelven a secuestrar a niños", comentó hace unos días al ARA Oriol Puig, investigador del Cidob. "Posiblemente se quiere conseguir volver a poner en el mapa un conflicto que había desaparecido un poco de la agenda internacional y que había quedado limitado a un ámbito más regional", añadió.

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