Dimiten en bloque todos los diputados pro democracia de Hong Kong

La renuncia llega después de la inhabilitación de cuatro miembros del Consejo por órdenes de Pekín

Quim Aranda
3 min
Un moment de la conferència de premsa dels legisladors pro-democràcia de Hong Kong, que ha tingut lloc aquest dimecres després que anunciessin la seva renúncia

LondresLa represión china sobre Hong Kong continúa y la ciudad autónoma se adentra en una grave crisis política. Carrie Lam, la jefa del ejecutivo de la ex colonia británica, ha inhabilitado este miércoles a cuatro de los diputados pro democracia, horas después de que Pekín facultara a su gobierno para suspender a los representantes del Parlamento local en caso de que supusieran un "peligro para la seguridad nacional". El resto de sus colegas, 15 miembros del Partido Democrático de Hong Kong, han anunciado su dimisión en bloque como medida de protesta. Una vez más, la brutalidad de la autoridad china sobre el territorio queda en evidencia.

Compareciendo ante la prensa, los 15 legisladores han asegurado que mañana jueves harán efectiva la renuncia. En opinión de una de ellas, Claudia Mo, la jornada de hoy ha marcado "el repique de campanas por la muerte de la democracia en Hong Kong". "A partir de ahora –ha añadido–, a cualquier persona a la que se considere políticamente incorrecta o antipatriótica o que simplemente no sea agradable a la vista solo habrá que expulsarla." La inhabilitación se produce por una orden ejecutiva y sin intervención de ningún tribunal.

Sin voces disidentes

Por primera vez desde que Pekín recuperó el control en 1997, el Consejo Legislativo de Hong Kong no cuenta con ninguna voz disidente. Virtualmente, el lema bajo el cual Londres cedió la soberanía después de 156 años de dominio, "Un país, dos sistemas", se ha hecho añicos. Culmina así un proceso de socavación de la autonomía y la democracia de Hong Kong por parte del régimen comunista chino.

La gran paradoja de la situación, y que indica el grado de férreo control que quiere ejercer Pekín, es que los cuatro legisladores inhabilitados –Alvin Yeung, Kwok Ka-ki y Dennis Kwok, del Partido Cívico, y Kenneth Leung, de la Asociación de Profesionales– eran considerados moderados y nunca habían apoyado explícitamente la independencia.

Aún así, los cuatro delegados inhabilitados forman parte de la docena de legisladores que fueron vetados por el ejecutivo para tomar parte en las elecciones legislativas previstas para el 6 de septiembre, antes de que fueran aplazadas hasta el año próximo debido a la pandemia de covid-19. El grupo había pedido públicamente a la administración norteamericana que impusiera sanciones a los funcionarios de Hong Kong responsables de las presuntas violaciones de derechos humanos, en la represión de las reiteradas manifestaciones de protesta de los últimos meses.

Esta es la razón oficial por la cual han sido inhabilitados en aplicación de la nueva ley de seguridad nacional que criminaliza la "secesión, subversión y connivencia con fuerzas extranjeras". Pekín impuso la ley a finales de junio, después de años de protestas pro democráticas contra el régimen chino.

La inhabilitación de este miércoles ha tenido lugar después de que Carrie Lam pidiera al presidente chino Xi Jinping que aprobara otra nueva ley que le permitiera inhabilitarlos específicamente. La medida prohíbe a cualquier miembro del Consejo Legislativo de Hong Kong apoyar la independencia, negar el reconocimiento de la soberanía de Pekín sobre Hong Kong y pedir ayuda a "países extranjeros o fuerzas extranjeras para interferir en los asuntos de la región" o bien cometer "otras actos que pongan en peligro la seguridad nacional".

Si el periodo legislativo no se hubiera alargado un año por la extensión del mandato debido a la pandemia, como habían sido previamente vetados para poder presentarse a las elecciones, los diputados expulsados ya no formarían parte del Consejo Legislativo. Pero o bien la jefa del ejecutivo no ha querido esperar a que se cumpliera el plazo o quizás quien no ha querido esperar ha sido Pekín.

La nueva crisis no hará más que aumentar la tensión en el interior de Hong Kong y entre Hong Kong y el Reino Unido. Con todo, difícilmente ni Europa ni los Estados Unidos intervendrán de ninguna forma para defender la democracia, más allá de las medidas anunciadas por Londres de dar la ciudadanía británica a los nacionales de Hong Kong que tengan el llamado pasaporte británico de ultramar.

En este sentido, la Foreign Office acaba de hacer público un comunicado en el que asegura que "la decisión de China de inhabilitar arbitrariamente a los legisladores elegidos pro democracia de Hong Kong representa un nuevo asalto al alto grado de autonomía y libertades [del territorio], de acuerdo con la declaración conjunta Reino Unido-China", que definió el traspaso de poderes de Londres a Pekín. "Esta campaña para asediar, sofocar y descalificar a la oposición democrática degrada la reputación internacional de China y socava la estabilidad a largo plazo de Hong Kong". Reino Unido, la potencia hegemónica durante más de siglo y medio, sin embargo, solo tiene palabras para oponerse al nuevo asalto a la democracia por parte de China.

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