Derrota de Bolsonaro y del Partido de los Trabajadores en las elecciones municipales de Brasil

BarcelonaLas elecciones municipales de Brasil han dibujado un panorama político muy diferente del que ha dominado el país durante los últimos años. El presidente Jair Bolsonaro ha sufrido un importante castigo en las urnas, especialmente en Río de Janeiro, la ciudad más poblada, donde su candidato ha sido claramente superado en la segunda vuelta de los comicios. Y, en la izquierda, el Partido de los Trabajadores (PT), que había dominado esta parte del espectro político durante las últimas décadas de la mano de Lula da Silva y Dilma Rousseff, ha quedado prácticamente desaparecido en las principales ciudades brasileñas y sale reforzada una organización a su izquierda, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL).

La primera vuelta de los comicios ya había indicado que los resultados no serían satisfactorios para Bolsonaro: de los 13 alcaldables a quien había apoyado el presidente (que está en proceso de construcción de su propio partido y, por lo tanto, no estaba vinculado formalmente a ninguna de las siglas que concurrían en las urnas), solo dos habían pasado a la segunda vuelta, y los dos fueron vencidos el domingo. La derrota más dolorosa fue la de Río, donde Bolsonaro tiene su principal base de votantes: el pastor evangélico Marcelo Crivella, actual alcalde, se quedó con el 35,89% de los votos, ante el 64,11% que sumó Eduardo Paes, un candidato conservador pero que consiguió formar a su alrededor un amplio frente anti-Bolsonaro que iba desde la derecha moderada hasta la extrema izquierda. Paes ya había gobernado la ciudad entre el 2009 y el 2017.

El otro candidato de Bolsonaro que ha sido derrotado en esta segunda vuelta es Wagner Sousa Gomes, conocido como Capitán Wagner, que perdió la alcaldía de Fortaleza ante el candidato socialista Sarto Nogueira.

El PT se hunde

Los malos resultados de los candidatos de extrema derecha a quien Bolsonaro había apoyado no han ido en beneficio del PT, sino más bien de la derecha moderada: las tres principales fuerzas que representan este espacio (el Partido de la Social Democracia Brasileña del expresidente Fernando Henrique Cardoso, el Movimiento Democrático Brasileño del también expresidente Michel Temer, y Demócratas) han conseguido la alcaldía de 13 de las 25 capitales regionales del país.

El PT, en cambio, no ha conseguido ninguna alcaldía relevante: solo dos de sus candidatos habían conseguido el paso a la segunda vuelta en las principales ciudades, y los dos han caído. En Recife, Marilia Arraes, considerada la hija política de Lula, ha perdido ante su primo, el socialista João Campos; y en Vitoria, João Coser ha sido derrotado por el comisario Lorenzo Pazolini, del partido conservador Republicanos. Es la primera vez desde el 1985 que el PT no gobernará ninguna capital regional.

El vacío que está dejando el PT en la izquierda podría llenarlo el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), una escisión del Partido de los Trabajadores que sí ha conseguido una alcaldía, la de Belém, y que, además, ha disputado la segunda vuelta a São Paulo, la segunda ciudad más importante del país, con la candidatura de Guilherme Boulos, que se ha levantado como la nueva voz de referencia de la izquierda brasileña.

El conservador Mario Covas ha retenido finalmente la alcaldía de la ciudad con una ventaja cómoda, puesto que ha acumulado el 59,3% de los votos. Covas fue uno de los principales defensores de medidas como el confinamiento para luchar contra el coronavirus (ante el negacionismo de Bolsonaro) y su reelección se interpreta como un aval a estas políticas y lo sitúa como uno de los candidatos conservadores más bien posicionados para hacer frente al actual mandatario a las elecciones presidenciales del 2022.