Joe Biden anuncia que Estados Unidos “está listo para liderar el mundo”

Trump da luz verde al traspaso de poderes pero se niega a reconocer la derrota

Carlos Pérez Cruz
3 min
Biden en la presentació de part del seu govern.

WashingtonEn el primer día en el que formalmente se puso en marcha la maquinaria de la transición, Donald Trump ofició la ceremonia de indulto del pavo previa a la festividad de Acción de Gracias poco después de que Joe Biden presentara en sociedad a parte de su futuro equipo de gobierno. A Biden le corresponderá presidir ese rito dentro de un año pero, dado que el poder es también una cuestión de percepción, el contraste entre ambos actos señala que el péndulo del poder oscila día a día hacia el demócrata. Biden anunció en Wilmington que “América está de vuelta”. Y eso se traduce, según el que será el 46º presidente de la historia de los Estados Unidos, en un país que “está listo para liderar el mundo, no para retirarse de él”.

Antes de que Trump saliera a la Rosaleda de la Casa Blanca para la tradicional ceremonia del indulto, Joe Biden puso nombre y apellidos al cumplimiento de una promesa de campaña: el de una administración que reflejará de forma más fiel la diversidad del país. La aprobación de los cargos dependerá del Senado, que en enero resolverá con dos elecciones en Georgia qué partido obtiene el control de la cámara alta. Si los republicanos no lo impiden, el presidente electo contará con la primera mujer al frente de la Inteligencia, Avril Haines, y con el primer secretario de Seguridad Nacional de origen latino, el cubanoestadounidense Alejandro Mayorkas.

Joe Biden anunció igualmente como novedad la creación del puesto de Enviado Especial para el Clima. El cargo lo ocupará el ex-secretario de Estado John Kerry, que ayer aplaudió la decisión del presidente electo de regresar al Acuerdo de París, del que Trump retiró a Estados Unidos en 2017. Kerry advirtió, eso sí, que ese acuerdo por sí solo “no es suficiente”.

Aunque Donald Trump siga conservando el poder hasta el 20 de enero, la realidad es que, desde que Joe Biden fue anunciado como ganador de las elecciones, el presidente ha ido perdiendo el mando. A su presidencia le quedan 56 días pero, conforme pasan las semanas, lo que dice y hace el mandatario importa cada vez menos mientras gana peso lo que dice y hace Joe Biden.

Los líderes republicanos en el Congreso han sido cómplices de Trump en su asalto a la integridad del proceso electoral, pero los poderes fácticos y la mayoría de líderes mundiales le han dado ya la espalda. Como resultado, y aunque insista en que continuará su lucha por revertir el resultado de las elecciones, a Donald Trump no le ha quedado más remedio que dar luz verde al inicio del traspaso de poderes.

La madrugada del martes, después de 18 horas de silencio en redes y con una agenda de actos vacía, Trump anunció súbitamente que había ordenado que, “en el mejor interés de nuestro país”, se diera inicio a la transición entre administraciones. Lo que hasta este año había sido un proceso automático y rutinario después de cada elección, quedó bloqueado por la Casa Blanca durante 16 días. Emily Murphy, máxima responsable de la Administración General de Servicios, estampó al fin su firma en el documento con el que la administración Trump reconoce a Biden como “aparente” ganador. Una firma que le permite al demócrata acceder a fondos federales, entre otros beneficios. En el terreno del simbolismo, su web pasó a contar con el dominio .gov, el del gobierno estadounidense. Trump, en caída libre, insiste en hacer creer que queda tiempo por delante para dar la vuelta a unas elecciones que calificó en Twitter como “las más corruptas” de la historia.

Tras quebrarse el bloqueo, el Dow Jones tocó techo y alcanzó ayer por primera vez los 30.000 puntos. Probablemente lo más doloroso para Donald Trump, un presidente que se ha vanagloriado de haber disparado las ganancias en la bolsa. Herido en su orgullo, Trump protagonizó la que posiblemente es una de las comparecencias más desconcertantes que jamás se hayan dado en la Casa Blanca. Acompañado del vicepresidente Mike Pence, el mandatario habló durante 64 segundos para atribuirse el éxito. “Es la novena ocasión desde el comienzo de 2020 y la cuadragésimo octava en la que hemos batido récords”, celebró Trump. Tan rápido como llegó, se marchó sin aceptar preguntas. El aviso a los medios fue tan apresurado que una integrante del equipo de prensa del presidente tuvo que asomarse a la sala de prensa para cerciorarse de que las cámaras estaban listas para transmitir.

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