Nueva prórroga: Bruselas y Londres lo seguirán intentando hasta el último minuto

Von der Leyen in Johnson lo han acordado en una breve llamada telefónica

Júlia Manresa Nogueras
3 min
El primer ministre britànic, Boris Johnson, i la presidenta de la Comissió, Ursula von der Leyen ahir.

BruselasEl Brexit todavía no tiene punto y final. A pesar de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, se habían comprometido a llegar a una decisión firme este domingo, la fecha final se ha vuelto a incumplir. Después de una llamada telefónica breve, la presidenta del ejecutivo comunitario ha anunciado en un también breve comunicado de vídeo que continúan intentándolo. Las conversaciones del post-Brexit, pues, siguen en el tiempo de descuento (donde ya hace tiempo que están situadas) con el objetivo de definir la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea después del 31 de diciembre, fecha efectiva del divorcio, y evitar el abismo.

"A pesar del cansancio y a pesar de que las fechas límite se han incumplido una y otra vez, los dos creemos que es lo responsable ir más allá. Hemos dado el mandato a los negociadores para continuar las llamadas y ver si podemos llegar a un acuerdo incluso en este punto tan avanzado", ha dicho Von der Leyen. Ninguna de las dos partes parece querer ser la primera en romper las conversaciones y ya se da por supuesto que será necesario llegar al 2021 para llegar a un acuerdo comercial. Ninguna de las dos partes se ha fijado otra fecha límite, y los equipos negociadores continúan en Bruselas.

Nueva prórroga pues, después de que las converaciones se hayan ido alargando constantemente, alargando también la agonía a pesar de que cada vez la situación parece más irreconciliable. Se habían dado hasta hoy para tomar una decisión en firme, después de un encuentro en persona en la capital belga que no dio frutos. Los últimos días los mensajes de pesimismo ya eran mucho más potentes que aquellos políticamente correctos y diplomáticos que llegaban desde Bruselas y ponían por delante el bien de la negociación.

"Un no acuerdo es ahora más posible que un acuerdo", decían fuentes comunitarias viernes, después de que la presidenta Von der Leyen actualizara a los jefes de estado y de gobierno en una cumbre que el Brexit intentó monopolizar sin demasiado éxito. Y sábado al atardecer, fuentes británicas constataban, de nuevo, que "las conversaciones continúan siendo difíciles" y reiteraban la posición de Johnson: "Un acuerdo tiene que ser justo y respetar los principios de control y soberanía".

Y vista la situación, desde la Unión Europea se ha acelerado el plan de emergencia para cuando se llegue al 31 de diciembre sin acuerdo. Más que un plan, se trata de una serie de medidas de contingencia que intentan poner una almohada en los sectores que más rápidamente pueden verse inundados por el caos cuando haya una separación definitiva entre el Reino Unido y la Unión Europea y no haya un marco legal suficientemente sólido para regular las relaciones.

Por eso, las medidas de contingencia implican básicamente prórrogas de la situación actual en el sector del transporte aéreo y terrestre y también de la pesca, pero se basan en la reciprocidad y la buena voluntad. Es decir que, por ejemplo, los aviones británicos podrán sobrevolar el espacio aéreo europeo y aterrizar en el continente dos veces a recargar combustible sin problemas, siempre que el Reino Unido permita lo mismo a las aerolíneas europeas. En esta misma línea sábado la Comisión Europea publicaba una actualización de las guías procedimentales para que las empresas sepan como operar a la hora de comerciar con el Reino Unido después del periodo de transición.

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