PANDÈMIA

Francia pide a España y a Suiza que cierren las estaciones de esquí

París y Berlín quieren detener la actividad y Austria quiere mantenerla sin turistas

Albert Castellví Roca
4 min
Tensió a Europa sobre la prohibició d’esquiar per Nadal

SabadellLas pistas de esquí se han convertido en un nuevo campo de batalla entre los líderes europeos, que no se ponen de acuerdo sobre si tienen que estar cerradas durante las vacaciones de Navidad, como medida para contener la expansión del covid-19, o bien si tienen que poder abrir para no hundir económicamente el sector. Francia, Alemania e Italia hacen frente común a favor de mantener clausuradas las estaciones de esquí hasta enero, pero han chocado con la oposición de Austria, que tiene intención de abrirlas.

Francia, que ha cerrado sus estaciones, ha anunciado que pondrá controles en las fronteras para evitar que la gente vaya a esquiar a los países donde están abiertas y ha pedido a España y Suiza que también las cierren. En una entrevista este mediodía en la cadena BFMTV, el primer ministro Jean Castex ha reconocido que "España y Suiza no se orientan ahora en este sentido pero la diplomacia sigue". París, como Berlín, quiere un acuerdo a nivel europeo. Por su parte, Catalunya ha anunciado que abrirá las estaciones después del puente.

Según informaban el martes algunos medios austríacos, las presiones de las últimas horas por parte de sus socios europeos han llevado al canciller Sebastian Kurz a buscar una salida intermedia al conflicto: las estaciones podrán abrir, pero la hostelería y la restauración estarán cerradas. Esto tendría que impedir que ciudadanos de otros países viajen a Austria para disfrutar de la nieve, puesto que no tendrían lugar donde alojarse. En todo caso, se espera que el gobierno austríaco anuncie sus medidas este miércoles.

Antes de que trascendieran los planes de Kurz, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, había anunciado que adoptaría medidas “restrictivas y disuasorias” para impedir que los ciudadanos franceses viajen al extranjero si no pueden esquiar en Francia. El detalle de las medidas se dará a conocer durante los próximos días, pero según el presidente la intención es, por un lado, impedir que los franceses vayan a zonas donde, en opinión del ejecutivo, hay riesgo de infección, y, por el otro, evitar una “situación de desequilibrio” entre las equipaciones de unos y otros países. Después de un mes de confinamiento domiciliario, Francia empezó este fin de semana una desescalada por fases que se alargará hasta finales de enero, y el primer ministro, Jean Castex, había anunciado el jueves que durante las vacaciones de Navidad se podrá ir a las pistas, pero que los remontadores y los espacios colectivos tendrán que estar cerrados. Macron reclamó el martes “coordinación” a nivel europeo en esta materia.

Es lo mismo que había pedido la semana pasada la cancillera alemana, Angela Merkel, que incluso fue un paso más allá y propuso que fuera la Unión Europea quien impusiera la obligación de mantener clausuradas las estaciones de esquí hasta después de las fiestas, tal como pasará en su país. Kurz respondió que esta era una cuestión en la cual Bruselas “no tendría que interferir” y la Comisión Europea le dio la razón argumentando que la Unión no tiene competencias sobre este ámbito, a pesar de que advirtió de los riesgos de levantar demasiado temprano las restricciones.

En el caso de Italia, el primer ministro, Giuseppe Conte, no prevé autorizar la apertura de estas instalaciones hasta el 10 de enero: “No nos lo podemos permitir”, afirmó. El país se encuentra ahora mismo en el momento más crítico de la segunda oleada de la pandemia: el martes murieron 853 personas por covid-19, una cifra que solo se había superado dos veces en marzo.

En cuanto a las estaciones de esquí catalanas, de momento el Govern no ha tomado ninguna decisión al respecto: el viernes la consellera de Salud, Alba Vergés, dijo a El matí de Catalunya Ràdio que hay que “debatir bien” qué hacer con estas infraestructuras, pero avanzó que la decisión estará “condicionada” por lo que hagan el resto de países europeos.

Más allá de Austria (donde el lunes se acabará un confinamiento de tres semanas), el otro país que preocupa a los líderes europeos es Suiza: a pesar de encontrarse en un momento álgido de la pandemia, las estaciones ya han empezado a abrir y se espera que la mayoría funcionen con normalidad por Navidad. El hecho de que este estado no forme parte de la UE dificulta llegar a una solución consensuada.

Un precedente preocupante

Se da la circunstancia de que, al inicio de la pandemia, la estación de esquí de Ischgl, situada precisamente en Austria, fue un foco de expansión del virus en todo el mundo: miles de personas llegadas de más de 40 países se contagiaron y después exportaron el covid a sus lugares de origen. Muchos de ellos presentaron una demanda contra las autoridades austríacas por negligencia, puesto que consideraban que habían mantenido abierta la estación, a pesar de tener indicios de los contagios, por motivos económicos. Según ha detallado el economista de ING Carsten Brzeski al Financial Times, los deportes de invierno representan alrededor del 4% del PIB de Austria y el 8% de los puestos de trabajo durante los meses de invierno.

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