COVID-19

El covid lleva a los hospitales italianos al borde del colapso

Los ingresos durante la segunda oleada ya superan los de la primera, y la mortalidad se ha multiplicado por diez

Soraya Melguizo
3 min
El virus porta els hospitals italians al caire del col·lapse

MilánUna larga fila de ambulancias esperan durante horas su turno en la entrada de urgencias del Hospital Cotugno de Nápoles, en el sur de Italia, una estructura sanitaria de referencia en la región de Campania, que como muchas otras en el país se encuentra al borde del colapso. Detrás de ellas, se colocan los coches que van llegando con más enfermos a bordo. Las enfermeras corren hacia los vehículos para atender a los pacientes, muchos de los cuales necesitan oxígeno para poder respirar. Las imágenes, que abrieron los principales informativos italianos, ilustraban la llamada de socorro con la que el director general del centro, Maurizio Di Mauro, instó a la población la semana pasada a confinarse de forma voluntaria para evitar una catástrofe. “Estamos haciendo lo imposible atendiendo a los enfermos incluso dentro de los coches, estamos al límite”.

Los responsables del Hospital Cotugno reconocen que no hay camas libres ni en las plantas ni en las UCI, por lo que a los enfermos que llegan a urgencias se les realiza una prueba rápida y se les manda a casa. Solo en los casos más graves, los pacientes son derivados a otros centros de la región, la mayoría, en condiciones muy similares. El caso más dramático ocurrió el miércoles, cuando Giuseppe C., un hombre de 84 años con hipertensión y diabetes, apareció muerto en los baños de las urgencias del Hospital Cardarelli de Nápoles. Había sido ingresado el día anterior con síntomas de coronavirus pero, a pesar de dar positivo en el test, no había sido trasladado a planta. Ese mismo día, el país transalpino superó la barrera del millón de contagios desde que se declaró la pandemia. Una cifra que podría ser mucho mayor, ya que un estudio del Instituto de Tumores de Milán ha descubierto que el virus circulaba en Italia al menos desde septiembre de 2019.

Camas en iglesias

En el próspero norte del país, la situación no es mucho mejor. En el mítico circuito de Monza se ha instalado un hospital de campaña; en Turín se han habilitado camas en iglesias; y en Como, el Hospital Valduce tuvo que cerrar las urgencias la semana pasada porque no daban abasto: 70 médicos y enfermeros del centro están contagiados y ya no hay camas disponibles para nuevos pacientes, por lo que están estudiando trasladarlos a la vecina Suiza. El director sanitario, Claudio Zanon, reconoce que la situación es tan crítica como lo fue en Bérgamo en primavera, pero a diferencia de la primera ola, el personal sanitario ahora está “frustrado, desmotivado y agotado”. “Hay un abatimiento generalizado, que no ayuda en la lucha contra la epidemia”, lamentó Zanon durante una entrevista con corresponsales extranjeros.

Las asociaciones de médicos y enfermeros de Italia denuncian que la mayoría de los hospitales están “al borde del colapso”, ya que el número de pacientes ingresados por coronavirus ha superado a los hospitalizados en la primera ola. Más de 3.400 personas se encuentran en cuidados intensivos. En una carta abierta, los profesionales han explicado que faltan personal y camas, y advierten que con la actual tasa de ocupación, superior al 100% en algunas regiones, “pacientes crónicos y agudos no covid” no podrán ser atendidos.

El coronavirus ha dejado más de 45.000 víctimas mortales en Italia, 546 más solo este domingo, y la curva de contagios no deja de aumentar con casi 34.000 nuevos infectados en las últimas 24 horas. No obstante, los expertos señalan que el crecimiento ha empezado a ralentizar y el índice Rt ha descendido del 1,7% al 1,4%. El problema es la alta letalidad -alrededor del 4% de las personas que se contagian en Italia, fallecen- y la mortalidad, que se ha multiplicado por 10 desde septiembre hasta alcanzar el 10,17 por cada 100.000 habitantes en el último mes, según un estudio de la Universidad Católica de Roma.

Medio país en zona roja

Hace dos semanas, el gobierno italiano dividió el país en tres áreas -roja, naranja y amarilla-, en función de la tasa de contagio y su capacidad para trazar positivos. A Lombardía, Piemonte, Calabria y Valle de Aosta se unieron este domingo Campania y Toscana como zona roja. En total, más de 26 millones de personas viven confinadas en Italia: tienen prohibido desplazarse y solo permanecen abiertos los establecimientos esenciales, entre otras restricciones.

El paso de zona amarilla a roja en Campania provocó la ira del presidente regional, Vincenzo De Luca, para quien la decisión llega tarde. El político, exponente del gubernamental Partido Demócratico, que se convirtió en látigo de los irresponsables durante la primera ola (llegó a amenazar con mandar a los carabinieri a las fiestas en casas particulares), acusó a Roma de incompetencia en un discurso incendiario y pidió la dimisión del gobierno. “Teníamos que haber cerrado en octubre, hemos perdido solo tiempo”.

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