Los demócratas controlarán el Senado de los Estados Unidos

La victoria en las elecciones de Georgia refuerza las opciones legislativas de Joe Biden

Ara
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Joe Biden amb els candidats demòcrates al Senat, Ossoff i Warnock.

WashingtonNo fue ni un accidente ni una casualidad. Tampoco consecuencia del fraude que, sin pruebas, sigue denunciando Donald Trump. A la victoria de Joe Biden en Georgia en noviembre le ha seguido este miércoles la de los dos candidatos demócratas al Senado por este estado, el reverendo Raphael Warnock y el productor de documentales Jon Ossoff. Dos asientos en la cámara alta de Washington que son para Joe Biden el mejor regalo posible a las puertas de su toma de posesión el próximo 20 de enero.

El mejor escenario para la nueva Casa Blanca durante los dos primeros años de mandato, donde contará con un Congreso controlado por su partido y, por lo tanto, con más facilidades para sacar adelante su programa de gobierno. Con el Senado repartido al 50% con los republicanos, la vicepresidenta Kamala Harris podrá desempatar cuando haga falta. Además, con Chuck Schumer como líder de la mayoría, la agenda del Senado la marcará su partido.

Para el Partido Republicano, la derrota en Georgia, sumada a la pérdida de la Casa Blanca, significa abrir todavía más las heridas de su propia guerra civil. Este miércoles ha revivido en las redes un tuit de mayo del 2016 del senador Lindsey Graham, hoy aliado de Trump, en el que entonces advertía lo siguiente: "Si nombramos a Trump quedaremos destruidos... y nos lo mereceremos". Visionario. El partido conservador queda arrasado por cuatro años de Trump, culminación del ascenso del populismo iniciado hace una década por el Tea Party. Sus seguidores se manifestaban entonces contra el poder de Washington. Hoy lo hacían a favor del poder absoluto del presidente.

Prácticamente no queda nada del partido que acompañó al anterior presidente republicano, George W. Bush. Dicho en palabras de Donald Trump Jr., uno de los hijos del presidente, "este es el Partido Republicano de Donald Trump". El problema es que el presidente saliente exige fidelidades por encima del respecto a la ley y a la Constitución, de forma que, si los votantes se mantienen fieles a quien en menos de dos semanas será expresidente, vienen todavía más curvas en el futuro.

En un comunicado, el demócrata Chuck Schumer ha celebrado lo que ha definido como "un nuevo día”, un día en el que él será el líder de la mayoría en el Senado, dispuesto a "avanzar la agenda progresista y ofrecer la ayuda y un cambio audaz al pueblo norteamericano". Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que el pasado domingo renovó su lugar al frente de la cámara baja, ha subrayado el hecho de que las dos cámaras del Capitolio “trabajarán juntas". Como mínimo hasta enero del 2023, cuando se constituya un nuevo Congreso después de las elecciones de medio mandato. Será un periodo clave para la presidencia de Joe Biden, que, además de felicitarse por los resultados en Georgia, ha subrayado en un comunicado que está "tan determinado hoy como lo estaba ayer para intentar trabajar con miembros de los dos partidos". Un llamamiento a recuperar la cooperación bipartidista que estos días en Washington parece una quimera.

El primer senador afroamericano

A la capital llegará el primer senador afroamericano de la historia de Georgia, el reverendo Raphael Warnock. En su primera reacción al conocer su triunfo, Warnock, que oficia en la iglesia Ebenezer de Atlanta –de donde también fue pastor Martin Luther King–, ha querido recordar a su madre. "Solía recoger algodón para los otros", ha dicho. Con las mismas manos, y a sus 82 años, "fue al colegio electoral y eligió que su hijo más joven sea senador de los Estados Unidos". Por su parte, Jon Ossoff, de 33 años, productor de documentales de investigación, será el senador más joven después del propio Joe Biden, que llegó al cargo a los 29.

La primera consecuencia para Joe Biden de los resultados en Georgia es que, si los demócratas se mantienen unidos en la votación, podrá aprobar a sus elegidos para los diferentes lugares de su administración, para los cuales necesita una mayoría simple que le puede facilitar Kamala Harris. Entre ellos, Merrick Garland, que será la opción de Biden para fiscal general, según han avanzado varios medios norteamericanos. Garland fue el candidato de Barack Obama al Tribunal Supremo, pero su nominación fue bloqueada durante meses por un Senado entonces de mayoría republicana. Pero la cooperación que promueve Biden la necesitará para aprobar proyectos legislativos, donde requerirá un mínimo de 60 votos.

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