ELECCIONS

Trump no tiene opciones en los tribunales

El equipo legal de Biden denuncia el propósito de “hacer ruido” de los pleitos lanzados por el presidente

Quim Aranda / Cristina Mas
4 min
01. Simpatitzants de Trump protestant contra el recompte a Pennsilvània. 02. Bauer, amb Biden i Obama.

Londres / BarcelonaLa misma noche electoral, Donald Trump compareció ante los norteamericanos para proclamarse ganador de las elecciones, acusar sin pruebas a los demócratas de un “fraude” masivo y anunciar que pediría la intervención del Tribunal Supremo para evitar que le robaran la victoria. Ayer mismo, un de sus tuits decía, en mayúsculas: “Si cuentas los votos legales, he ganado fácilmente las elecciones. Si cuentas los ilegales y los votos tardíos, nos pueden robar las elecciones”.

Pero difícilmente los tribunales podrán cambiar la ahora más que posible victoria de Biden. Aún así, Trump anunció el miércoles que lanzaba diferentes pleitos para evitar el supuesto robo. En Michigan quería parar el recuento y que se revisaran las papeletas porque muchos interventores del partido no habían podido controlar el proceso; y en Pensilvania quiere también pararlo e impedir que se acepten las papeletas que lleguen por correo hasta hoy, a pesar de que esta opción ha sido ratificada dos veces por el propio Supremo de los Estados Unidos validando las leyes del estado.

Un condado clave

En Georgia presentó otro procedimiento impugnando los resultados del condado de Chatam, donde un interventor había asegurado que 53 papeletas del territorio habían llegado después del límite horario y se habían incluido con las que habían llegado a tiempo. Ayer mismo, sin embargo, el juez James Bass desestimó la petición. El equipo legal de Trump sabía dónde apuntaba, porque en Chatam está la ciudad de Savannah, bastión demócrata, y ahora Trump solo tiene 9.525 votos de diferencia.

En Wisconsin el magnate ha pedido igualmente recuento, y en Nevada quiere que se revisen 10.000 papeletas que presuntamente emitieron ciudadanos que ya no residen en el estado o que están muertos. Los republicanos ya habían litigado en este estado sin mucho éxito. En este caso, el juez consideró que la petición de acceso ilimitado a los centros de recuento del voto postal no tiene amparo en la ley, que supondría atrasar el proceso y, además, contravendría los protocolos anticovid. El tribunal dictaminó que los representantes de un partido pueden hacer de observadores, pero no sin limitaciones razonables.

Los juristas consideran que la estrategia de Trump de arrancar a los tribunales una victoria que parece que no le darán las urnas tiene los días contados. “Una demanda sin pruebas que muestren una infracción legal o constitucional es solo un tuit con una tasa para abrir el procedimiento legal”, ironiza Justin Levvit, profesor de la Loyola Law School de Los Ángeles, en ProPublica.

Asegura que los jueces han ignorado el ruido de la carrera electoral y las fanfarronerías de la cuenta de Twitter del presidente, que ayer continuaba exigiendo, igualmente en mayúsculas, “¡parad el recuento!” Levitt recordaba que los jueces “hasta ahora no han confundido las relaciones públicas con las bases para un litigio, y creo que seguirán así”.

A pesar de todo, los equipos jurídicos de los dos candidatos pueden empezar a sacar humo y se están incrementando las demandas. Pero lo que a estas alturas ya se puede descartar es un escenario como el de las elecciones de 2000, cuando el demócrata Al Gore y George W. Bush acabaron virtualmente empatados. Después de semanas de batalla legal, el caso recorrió todo el sistema judicial hasta llegar al Tribunal Supremo de Florida, que ordenó volver a contar manualmente los votos. La decisión fue histórica. 537 papeletas dieron la presidencia a Bush. También porque Al Gore tiró la toalla sin ponerse los guantes, cosa que permitió que el republicano estableciera el relato. Unos errores que los demócratas ahora no cometerán.

Más de un millón de espectadores

La prueba es la intervención de Biden la noche electoral, la que hizo el miércoles y la que repitió ayer exigiendo que se cuenten todos los votos y volviendo a pedir paciencia y calma a todo el mundo hasta que acabe el proceso. Además, un ejército de abogados comandado, entre otros, por Bob Bauer, hace meses que se preparan para hacer frente a las maniobras de Trump.

Ayer a media tarde, hora europea, el equipo legal de Joe Biden ofreció un webinar abierto para analizar la situación. Bauer, asesor legal del expresidente Barack Obama en la Casa Blanca, dejó muy claro, ante 1,1 millones de personas que se conectaron a la sesión, entre ellas periodistas del ARA, que persigue al presidente republicano: “Quiero enfatizar que, para sus propósitos, estos pleitos no tienen que tener ningún mérito ni ninguna justificación. No es su propósito; no es llevar a los tribunales reclamaciones de buena fe. Lo que quieren es crear la oportunidad de enviar un falso mensaje sobre lo que está teniendo lugar en el proceso electoral. Hacer ruido y teatro”.

Por más que tuitee y retuitee Donald Trump, Bob Bauer también descartó la implicación del fiscal general de los Estados Unidos en ninguno de los posibles argumentos ante los tribunales. “No he visto ninguna indicación de una inusual intervención en este sentido. No hay ninguna base jurídica para que el departamento de Justicia se involucre. Todo el proceso electoral es responsabilidad de los estados, que son perfectamente capaces de llevar a cabo los recuentos y de hacer cumplir las diferentes leyes”.

En cualquier caso, los tuits de Trump y los meses que hace que insinúa que las elecciones pueden ser objeto de un pucherazo demócrata ya han hecho mucho daño. Ayer por la noche el abogado a cargo del recuento de Pensilvania, Brian Silver, lo resumía en Fox News, la cadena preferida de Trump hasta que el martes por la noche declaró Arizona para Biden: “Si no tenemos fe en el sistema, no hay sistema”. Ergo, el presidente ha sido el gran antisistema del sistema.

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