ELECCIONS

Donald Trump vs. Joe Biden: las elecciones más inciertas y tensas

Nervios antes de una noche electoral que se podría prolongar durante días y acabar en los tribunales

Carlos Pérez Cruz
3 min
Una persona votant anticipadament en un col·legi electoral de Bowie, a l’estat de Maryland, ahir.

WashingtonHace tan solo un año, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, se encontraba inmersa en una investigación que derivó en el fallido impeachment a Donald Trump. El proceso, que nació de una denuncia anónima dentro de la administración, trató de desentrañar si el presidente había hecho chantaje a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski. Trump, como afirmaron varios testigos, ordenó la congelación de fondos militares destinados a Ucrania a cambio de que este país anunciara la apertura de una investigación sobre las presuntas corruptelas de Joe Biden en Kiev mientras era el vicepresidente con Obama. Zelenski no llegó a hacerlo y el mandatario salió ileso del proceso gracias a la disciplina republicana en el Senado. Esta próxima madrugada afronta el cara a cara definitivo contra el demócrata. Hace cuatro años tumbó a la candidata demócrata del establishment. Hoy buscará noquear al segundo.

La historia de esta próxima madrugada electoral empezó a escribirse en abril de 2019, cuando Biden anunció que se presentaba a la presidencia. Donald Trump intuyó entonces que el exvicepresidente era, de entre todos los candidatos demócratas, el más peligroso y probable de sus rivales. Acertó, incluso aunque las primeras votaciones apuntaron al senador Bernie Sanders. Tratar de enfangar de antemano la reputación de Joe Biden haciendo uso de los poderes del gobierno le costó a Trump ser el tercer presidente de la historia en afrontar un impeachment. En esta campaña ha vuelto a resucitar, sin fortuna, las presuntas corruptelas de la familia Biden. En una carrera hacia la Casa Blanca marcada por la pandemia, y con unas elecciones convertidas en referéndum sobre su gestión, el presidente no ha tenido la suerte que tuvo con los correos de Hillary Clinton ocupando portadas a las puertas de las elecciones. No ha habido sorpresa de octubre.

Estados Unidos llega al día de las elecciones con más de 95 millones de votos ya emitidos mediante las diferentes fórmulas del voto anticipado. En total, ya han votado el 70% de todos los ciudadanos que lo hicieron en 2016. Esta cifra extraordinaria permite anticipar, por un lado, que está al alcance de la mano una participación histórica y, por el otro, una madrugada complicada para las certezas y que estará llena de interrogantes. Cada estado tiene su propia reglamentación sobre cuándo y cómo se recuentan los votos anticipados, por lo que, en función de los primeros resultados de la noche, es posible que no se conozca el ganador hasta dentro de unos días. Por ejemplo, Pensilvania, que podría ser decisivo, sigue admitiendo voto por correo hasta el viernes. Según qué escenario dibujen los primeros recuentos, estas papeletas podrían tener la llave de la Casa Blanca y convertir a este estado en heredero de las polémicas de Florida en las elecciones del año 2000.

En manos del Supremo

En esa ocasión fue el Tribunal Supremo el que zanjó las elecciones más de un mes después otorgándole la presidencia a George W. Bush por un margen de 537 votos en este estado. El republicano fue el primer presidente en más de un siglo en llegar a la Casa Blanca perdiendo el voto popular por algo más de medio millón de votos frente a Al Gore. Donald Trump batió ese récord en 2016, haciéndose con la presidencia tras perder frente a Hillary Clinton por cerca de tres millones. Difícilmente batirá hoy a Biden en voto popular, pero el mandatario ya ha puesto su esperanza de antemano en el Tribunal Supremo para alcanzar los 270 votos electorales necesarios para ser elegido. No lo ha ocultado. Todo lo contrario. La campaña de Trump contra el voto por correo, que vincula sin pruebas con el fraude electoral, alcanzaría su clímax con un escenario en el que el alto tribunal anulara aquellos votos que sean precisos para otorgarle la presidencia en caso de que los resultados le sean desfavorables. De los nueve jueces, él ha elegido a tres.

Solo escenarios muy claros en el inicio del recuento evitarían que la madrugada no se eternice y se extienda al resto de la semana. Florida, Arizona y Carolina del Norte, tres estados tradicionalmente republicanos, prometen ofrecer resultados casi definitivos esta madrugada. Una victoria de Trump en Florida no es decisiva, pero sí necesaria para el republicano. La de Biden, que tiene opciones de llevarse los tres estados, le abriría con cierta claridad el camino hacia la Casa Blanca. Ahí pasará la noche electoral el presidente. ¿Esperará en silencio a que los resultados sean concluyentes? Haga lo que haga, ya tiene listo un ejército de abogados para litigarlos.

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