La estrategia de vacunación de Macron suscita críticas en Francia

Casi 6 de cada 10 franceses no se quieren vacunar contra el covid-19

Alícia Sans Gardeñes
3 min
La Mauricette, de 78 anys, en el moment de rebre la primera vacuna contra el covid-19 que s’administrava a França.

ParísUna semana después de exhibir y anunciar a bombo y platillo las primeras vacunaciones contra el covid-19 en Francia, el país presidido por Emmanuel Macron no ha vacunado ni a 1.000 personas. En concreto, solo se había vacunado a 516 el día 1 de enero, según el ministerio de Salud. Una campaña de vacunación con cuentagotas bastante criticada por algunos, que consideran la estrategia del gobierno francés demasiado lenta y cauta en comparación con los otros países de la Unión Europea. Por ejemplo, Alemania ya ha vacunado a más de 200.000 personas, e Italia a más de 100.000. Los dos países empezaron a poner las primeras dosis el 27 de diciembre, como Francia. España, que también empezó el 27 de diciembre, ha administrado casi 83.000.

"Cómo muchos de mis compañeros, creo que tenemos que ir mucho más rápido en la vacunación para poder controlar la epidemia rápidamente. A este ritmo, seguiremos confinados en 2022", criticaba el especialista en infectología en el Hospital Bichat de París Nathan Peiffer-Smadja en su cuenta de Twitter.

Los representantes de las instituciones gubernamentales, sin embargo, no lo ven igual. "Si vacunamos mucho pero no a las personas adecuadas, pasarán meses antes de que podamos disminuir las hospitalizaciones y las defunciones", defendió la presidenta de la alta Autoridad de Salud [la HAS, según las siglas en francés], Dominique Le Guludec. Según los últimos datos publicados, Francia superó el domingo la cifra de los 65.000 muertos por coronavirus.

Además, la presidenta de la HAS también explicó la razón por la cual el gobierno no había optado por instalar en esta primera fase –que durará hasta febrero– los llamados vaccinodromes, centros de vacunación habilitados en espacios gigantes como por ejemplo polideportivos o bien gimnasios para vacunar rápidamente a un gran número de personas. "Enviar a los más vulnerables a hacer cola en estos centros no nos pareció la mejor solución", dijo para justificarse Le Guludec. "Son las vacunas que van hasta donde estén las personas mayores y no al revés", defendía también el portavoz del gobierno, Gabriel Attal.

Pero esta estrategia tiene una consecuencia: "Nos obliga a ir más lentamente", reconocía el presidente del consejo de orientación de la estrategia de vacunación contra el covid-19 en Francia, el doctor Alain Fischer. ¿El motivo? La logística de la vacuna Pfizer/BioNTech, la única autorizada en el país hasta ahora, es compleja. "La vacuna es difícil de transportar y de conservar", explicaba Fischer. Es quizás por eso que el ministro de Salud, Olivier Véran, aseguró que, pasada esta primera fase y con los más vulnerables protegidos, se abrirán centros de vacunación en las ciudades y lugares cercanos a los municipios, pero no serán espacios gigantes.

"Hacer pedagogía"

Véran ha defendido por activa y por pasiva la táctica gubernamental, asumiendo la estrategia de "acordar el tiempo necesario para informar a los mayores y sus familias" sobre la vacuna. De hecho, Francia pide un consentimiento por escrito antes de la inyección y se hace una consulta médica previa a la vacunación que puede durar "más de media hora", según explicó a la agencia France-Presse la doctora Bénédicte Simovic, del Centro Hospitalario Universitario de Lille. "Es esencial hacer mucha pedagogía", decía, aunque esto retarde el proceso.

Esta particularidad pretende responder al recelo de los franceses a esta vacuna: la última encuesta publicada el domingo por Odoxa revela que el 58% de los ciudadanos no quieren vacunarse. De hecho, el ejecutivo ha optado por una campaña progresiva porque sabe que la población es muy escéptica.

Pero, a pesar de la defensa enconada que han hecho del proceso diferentes miembros del gobierno, Macron hace días que tuerce el gesto. "No dejaré que una lentitud injustificada se establezca por motivos equivocados", aseguró en su mensaje institucional de Fin de Año. Es por eso que el ejecutivo ha decidido cambiar de marcha: a partir de ayer, lunes 4 de enero, el personal sanitario de 50 años para arriba también se puede vacunar en los centros que ya dispongan de la dosis. Un grupo que estaba previsto vacunar a partir de la segunda etapa de la campaña, es decir, entre febrero y marzo.

En esta primera fase solo se podían vacunar hasta ahora las personas mayores que viven en residencias, y el personal sanitario de más de 65 años que trabaja en este tipo de centro y que podría sufrir consecuencias graves si se contagiara.

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